Está muy de moda esto del multiverso gracias a todas las películas de ciencia ficción y cómics que hablan de eso. Y actualmente, la más reciente, es la película de DC cómics: Flash.
Todas las películas tienen una visión muy diferente de lo que significa el tiempo en todo este embrollo. Sin embargo, me quedo con esa encrucijada que tienen todos los personajes por querer arreglar el pasado. Algunas ideas son más chistosas que otras, pero al final nos presentan una densa y oscura impotencia por resolverlo todo y no poderlo hacer.
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Peter Gabriel y su nueva canción Playing For Time
Y es que hablo de esta encrucijada, porque en la actualidad existen personas que desearían regresar al pasado y evitar tanta contaminación ambiental. Y ése es el tema del día de hoy.
Playing For Time es la nueva canción del cantante británico Peter Gabriel, y debo expresar mi encanto y admiración hacia esta canción en particular, pues a pesar de que es el más vivo estilo del ex miembro de Genesis, el mensaje es musicalmente impactante.
Ya habíamos escuchado algo similar de él en la banda sonora de Wall-E, la película de Disney Pixar, donde nos invita a vivir en la tierra, pues tenemos tantas cosas bellas por las cuales luchar por conservar, con una intención muy juguetona y divertida. Pero el mensaje persiste. Hagamos un cambio. Vivamos para recuperar nuestro planeta, no para destruirlo.
Y es de la misma manera que Peter Gabriel nos presenta 15 años después una canción mucho más compleja, más densa, pero con la misma esperanza que la anterior. Y esto, es así:
La canción inicia con una escala muy peculiar, muy similar, a mi perspectiva, a la marcha fúnebre de Frédéic Chopin. Es verdad que una es mucho más oscura que la otra, pero si fuese un mensaje de Gabriel, es como si estuviese iniciando su obra con tristeza, desesperanza, oscuridad y muerte.
De igual manera, el ritmo es diferente, y lo percibo como una advertencia. Como bien dijimos anteriormente, la versión de Peter Gabriel es mucho menos fúnebre que la de Chopin. Sin embargo, tiene drama, tiene tensión, y solo los últimos dos acordes nos dejan ver un poco de esperanza. Ya nos han empapado de una montaña rusa de emociones, y solo he hablado de los primeros 11 segundos de esta producción.
Seguimos, ya con los acordes protagonistas en casi todas las estrofas. Es igualmente una escala tan bella, que te lleva de la desolación a la alegría. De la añoranza a la tristeza. En conjunto, con una letra tan magistralmente escrita, que te empapa de emociones.
Escuchas una canción con tintes similares a la banda sonora de Toy Story 2, y el sentimiento es el mismo. Abandono, después de un deterioro. Jessy la vaquerita, el personaje de Toy Story, y el planeta tierra, tienen esto en común. Pues así de ridículo como suena tiramos nuestro planeta a la basura, como si fuera desechable y pudiéramos comprar otro a muy bajo precio.
“Muy muy lejos, fuera de nuestra galaxia, existe un planeta que gira muy despacio, al que llamamos nuestro”.
Así es como inicia la letra de esta canción, y es un mensaje fuerte, pues entre ironía y reclamo nos está describiendo un mundo al que no se le da la importancia que representa, cuando en realidad se le debe de agradecer por ser el refugio y sustento de nuestra vida. Y también tiene otra connotación, por supuesto que está la sensación de magnificencia.
La vida de nuestro planeta es tan enorme que los humanos sumamos tan solo minutos de tiempo en la historia de vida que tiene nuestro hogar. Y con esa perspectiva, Peter Gabriel describe con inteligencia la grandeza que hay en uno de los tantos mundos que tiene el espacio, en un punto pequeño dentro de toda la vía láctea, la relatividad de lo que realmente somos. Pues, en realidad, solo somos un grano de arena en la inmensidad del universo.
Y luego viene lo que yo creo que es el coro, donde nos recuerda todo lo que realmente importa. Habla de las memorias, de los recuerdos que hemos cultivado en este lugar. Nos recuerda todas esas grandiosas necesidades que hemos explotado hasta matarlas.
¿De verdad no importa? Nos invita a reflexionar, nos pone a pensar cuál es el verdadero objetivo que tenemos nosotros, los humanos. Aquellos seres vivos pensantes que creemos que nuestra felicidad radica en la necesidad de generar dinero porque lo que logramos con él es la felicidad. Cuando en realidad la felicidad radica en el tiempo. Pero estamos tan necesitados de dinero, que perdemos lo que realmente importa. Por eso “jugamos con el tiempo”.
Por último, tenemos el momento clímax de la canción. Llega una batería imponente que nos despierta. Nos emociona con unos violines envolventes y una escala mucho más motivadora. Sí, nuestro mundo está crítico, y estamos a minutos de perderlo. Porque el que antes era nuestro tiempo, con el que jugábamos, ya se reveló. Ya no queda tiempo. Pero mientras exista iniciativa, la esperanza no morirá. Y con eso, nuestro planeta seguirá dándonos refugio y sustento de vida.
Ésta es una bellísima canción, pues la música y la letra se complementan de forma asombrosa. No busco dar un mensaje político, ni institucional. Busco traducir las emociones que esta obra causó en mí. Cuando la música te hace llorar, reír, y hacerte sentir bien, es porque el artista la realizó abriendo su corazón y dejando un poco de emoción propia en la canción.
Podremos desaparecer, podremos ser olvidados, pero las emociones que generamos no nos la pueden quitar. Y después de tanto reproducir y escuchar esta canción, sigo desbordando emociones como la primera vez que la oí.
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