En un panorama musical en constante evolución, Grabu se presenta como una de las figuras más refrescantes de la escena actual. Este joven compositor y músico barcelonés ha conseguido algo muy especial en la música actual: ha logrado fusionar dos mundos aparentemente opuestos, la fría precisión de la electrónica y la cálida improvisación del jazz. Con Time and Again, su último álbum, ha creado un universo sonoro en el que cada tema es una exploración emocional y profunda.
En esta entrevista, hablamos con él sobre su proceso creativo, su evolución como artista y cómo prepara su próximo paso en la gira de Girando por Salas. Los días 21 y 22 de marzo, tendrá la oportunidad de llevar su música a un público cercano, en el Espacio Utopía de Valdencín (Cáceres) y La Iguana Café de Olivenza (Badajoz), dos escenarios perfectos para sumergirse en su universo sonoro.
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Entre el Jazz y la Electrónica: El Universo Sonoro de Grabu
¡Damos la bienvenida a LaCarne Magazine a Grabu! Comencemos por el principio. La escena musical local es el corazón de cualquier movimiento artístico, y siempre tiene sus peculiaridades, fortalezas y desafíos. ¿Cómo ves la escena musical en tu área? ¿Hay algo que cambiarías o destacarías?
¡Gracias a vosotros para querer hablar conmigo! La escena musical en Cataluña está en un muy buen momento. Tenemos músicos y artistas que están haciendo música increíble, de todos los géneros habidos y por haber, y hay una industria muy potente. Cataluña es muy pequeño y nos conocemos todos con todos, y eso genera una sensación de familia muy chula.
Como en todos sitios, siempre hay cosas buenas y cosas no tan buenas. El hecho de ser tan poca gente también implica que hay oportunidades reducidas y tienes que luchar mucho para hacerte un hueco ahí. En mi caso me siento súper privilegiado porque la gente me quiere y respeta un montón, pero pienso que a veces deberían haber más oportunidades.
Dedicarse a la música no siempre es un camino evidente desde el principio. Para muchos, hay un momento clave que lo cambia todo y les hace tomar esa decisión. ¿Hay algún momento de tu vida en el que supiste que querías dedicarte a la música?
Dedicarme a la música ha estado en mi cabeza desde que tengo uso de razón. Cuando tenía 5 años me apunté a clases de guitarra y tuve claro que quería dedicar toda mi vida a esto. Mis padres no daban crédito que lo tuviera tan claro a una edad tan temprana. Esa idea dedicarme a la música cada vez estaba más presente, me fijaba en la gente que estaba en los escenarios haciendo música y me venían unas ganas locas de luchar por ello. ¡Y bueno, aquí estamos! Ha sido un camino largo y a base de muchísimo esfuerzo, pero vale la pena.
Tu nuevo trabajo Time and Again es un disco en el que vemos claramente que exploras la nostalgia, el tiempo y la familia. ¿Cómo nació la idea del disco y qué buscabas transmitir con esta obra?
Algo muy curioso en mis procesos creativos es que nunca me pongo expresamente a componer, sino que siempre sale cuando menos me lo espero y de manera muy orgánica, sin forzar nada. Y creo simplemente que estas temáticas, la nostalgia, el tiempo y la familia, son prácticamente una extensión de mí, de lo que pienso y de lo que soy.
Yo soy así gracias a mi familia y la música que sale de mí es un reflejo directo de mi alma. Tenía claro que en mi primer disco (y también ha pasado en el segundo) quería que mi familia estuviera ahí, acompañándome en estos viajes musicales. Lo que busco transmitir es el amor que tengo por la gente que quiero e intentar que la gente conecte con sus propias experiencias.
La fusión de electrónica y jazz en tu música es muy característica. ¿Cuáles fueron las influencias clave en este disco y cómo ha evolucionado tu sonido desde Blast?
¡Escuchar Blast ya me empieza a provocar nostalgia, y solamente hace un par de años! Mis referencias para este disco eran artistas que a día de hoy sigo admirando y escuchando como Clara Peya, FKJ, James Blake o Stromae, entre otros. Algunos de ellos los he visto en directo y siempre han sido una gran inspiración.
Cuando empecé a crear Time and Again, estaba en otro momento musical, pero sin olvidar de dónde venía, musicalmente hablando. El referente clarísimo en Time and Again ha sido sin duda Fred Again y The Blaze e incluso podría llegar a decir Disclosure, aunque este último se aleja ya bastante de lo que hago. Pero los dos primeros me han abierto un mundo sonoro en el que me he sentido muy cómodo y de momento creo que voy a seguir por ahí.
El sonido ha ido evolucionando más hacia la electrónica. En la primera gira íbamos con un saxofonista, pero en la gira del segundo disco decidimos ir a dúo por una cuestión estilística. Y es que el proyecto evoluciona y tenemos que irnos adaptando a lo que está pasando.
Los conciertos son una fuente inagotable de anécdotas, y a veces lo inesperado puede convertirse en lo más memorable de la noche. ¿Qué es lo más raro que te ha pasado durante un concierto?
Lo que no me haya pasado a mí… ¡Creo que me ha pasado todo! Ir a tocar en festivales implica que siempre te pasan cosas: desde tocar lloviendo, conocer a algunos de mis ídolos con los que compartia cartel, alguna gente del público volviéndose loca, problemas técnicos que tienes de resolver de manera elegante y divertida para que el público no lo note, etc. Me acuerdo que el primer bolo de Grabu que hice en mi vida pasó a verme Marc Gasol, jugador de básquet muy conocido, y también uno de los hermanos Roca (cocineros de estrella Michelín). Me quedé muy flipado la verdad!
En mi última gira con Guillem Gisbert, en la cual estoy como teclista, hemos viajado un montón y creo que podría escribir un libro de anécdotas. En resumen, siempre digo que soy súper consciente que mi trabajo es un privilegio. ¡Tocar delante de tantas personas, viajar en sitios y conocer a gente nueva es de los mejores trabajos que podría llegarme a imaginar nunca!
Y ya que hablamos de conciertos, tu gira con Girando Por Salas te llevará a ciudades como Valdencín y Olivenza durante los próximos días 21 y 22 de marzo respectivamente. ¿Qué expectativas tienes para estos conciertos y cómo te preparas para conectar con un público que quizás aún no te ha descubierto?
Tenemos muchísimas ganas de hacer estos conciertos en Valdecín y Olivenza, la verdad. Tocar tan lejos de casa y que venga gente, aunque sean 10 personas, es una sensación extrañísima para mí. Tanto yo como Sara, la batería del proyecto, estamos disfrutando mucho de esta gira. Extremadura es una región que nos encanta y desde luego que vamos a darlo todo para quien venga a vernos.
Conectar con un público que no me conoce es de mis cosas preferidas. Me lo tomo siempre como un reto. El concierto, en cierta manera, está planteado para que las primeras canciones te atrapen y no puedas desconectar. Con los primeros temas ya tengo el trabajo medio hecho. Luego tan solo hace falta explicarles bien de qué va grabu. Sé que no es música mainstream y que no es fácil de entender, pero en cada concierto intento que la gente pueda sentir todo lo que estoy explicando con música.
El Espacio Utopía (Valdecín) y La Iguana Café (Olivenza) son escenarios íntimos y especiales. ¿Cómo adaptas tu propuesta sonora a este tipo de espacios en comparación con festivales o auditorios más grandes?
Pienso que el concierto de Grabu es más adecuado para sitios pequeños, por una cuestión de proximidad y conexión con el público. Yo creo que el ejercicio es más al revés: adaptar el concierto en festivales y auditorios más grandes. Hacerlo más grande es siempre un reto. Cuando se trata de un escenario más recogido e íntimo, todo fluye mucho mejor, la gente está mucho más conectada con todo lo que estamos haciendo y la experiencia es mucho más satisfactoria para todos.
He visto fotografas de las dos salas y tengo muchas ganas de verlas en directo. También hay algo que me gusta hacer mucho (siempre que puedo, que es muy poco), y es ir a las salas un poco antes de las pruebas de sonido. Tener tiempo de ver la sala, ponerme en situación y sentir la energía que desprende. En Cataluña es algo que ya no me pasa casi nunca porque he tocado en casi todos los sitios, pero en esta gira me está gustando mucho hacer esto.
Girando Por Salas es una plataforma que impulsa a artistas emergentes en la escena nacional. ¿Cómo está siendo la experiencia para tí y qué impacto crees que tiene en tu carrera?
Girando Por Salas creo que es una oportunidad increíble para los artistas. La opción de tocar por toda España no es algo que pasa todos los días. Convocatorias como GPS creo que son súper necesarias para el tejido cultural de toda la península y dar oportunidades a artistas pequeños para crecer es siempre algo positivo para la música y para todo el mundo.
Creo que GPS está teniendo y tendrá un impacto enorme para mi carrera. Es mi primera gira fuera de Cataluña y desde luego que estoy aprendiendo mucho cómo funcionan las cosas fuera, cómo es la gente, etc. Me siento muy afortunado de vivir esta experiencia y de haber sido elegido entre tantos grupos de altísima calidad que se han presentado.
Tras estas fechas en Extremadura, ¿qué otras paradas destacadas tienes en la agenda y qué sorpresas pueden esperar los seguidores de Grabu en 2025?
Después de Valdencín y Olivenza, nos esperan dos fechas más de Girando por Salas, Valladolid y Ourense. Aparte, también tenemos un par de conciertos en Barcelona en abril y en mayo, y algunas fechas más que aún no podemos anunciar. Durante 2025 seguramente habrá música nueva. Me quiero tomar el nuevo disco con calma, pero seguro que publicaré algún single para que la gente pueda escuchar lo nuevo que estoy haciendo. ¡Tengo muchas ganas de seguir haciendo conciertos y de viajar como estoy haciendo ahora!
Gracias, Grabu, por compartir con nosotros tu historia y reflexiones. Antes de terminar, nos encantaría saber si tienes algún mensaje final que quieras enviar a tus seguidores o a los lectores de LaCarne Magazine.
¡Gracias a vosotros! Si tuviera que dar un mensaje a la gente que haya llegado hasta el final de la entrevista, es sobre todo un mensaje de agradecimiento por dar oportunidad a artistas como yo a enseñar su música. A veces la gente no sabe la importancia de un pequeño gesto como escuchar una canción de un artista pequeño, seguir en redes sociales o comprar una entrada para un concierto.
Este gesto aparentemente sin importancia ?ene una fuerza enorme para nosotros. Y es que al final, de lo que vivimos es del amor que nos da la gente. Sin público no hay artistas. Así que recomiendo a todo el mundo a ser curioso, escuchar música nueva e interesarse por artistas que no conocen. Es el ejercicio más placentero y satisfactorio de la historia.
¡Muchísimas gracias por hablar conmigo durante este rato! Un abrazo enorme.
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