Hombre Tigre: la revolución del pop electrónico
Sabemos que crear música en equipo puede ser un desafío, pero también una de las experiencias más enriquecedoras. ¿Cómo es vuestra química creativa? ¿Hay un líder natural o preferís que cada idea surja de forma orgánica?
Es un gran desafío, pero, a la vez, es uno de los aspectos que más enriquecen la relación de una banda, el hecho de crear juntos nuevas canciones es maravilloso. En el caso de Hombre Tigre no hay un líder espiritual, todos somos líderes en algún aspecto y la manera de crear es diferente para cada canción, algunas surgen de un estribillo o estrofa que lleva alguno de nosotros, otras se desarrollan a partir de una línea de bajo o unos acordes de guitarra. Igual que las letras, intentamos aportar cada uno diferentes partes de la letra, menos los puentes, odiamos los puentes de las canciones, jaja. En definitiva, es un proceso complejo, pero a la vez mágico.
El éxito puede ser un arma de doble filo: tan emocionante como demandante. ¿Cómo lleváis este reconocimiento y qué impacto ha tenido en vuestra vida, tanto personal como profesional?
¿Éxito? ¿Eso qué es? Vamos a buscarlo en Google. Pensamos que Hombre Tigre, como dice la canción de Carolina Durante, es famoso en tres calles. Seguimos luchando por romper esa barrera invisible que hace tan difícil a los grupos extremeños salir fuera de aquí a tocar y formar parte del cartel de grandes festivales. Es nuestro objetivo para este año.
Todos los artistas tienen esos momentos que quedan grabados para siempre. ¿Qué recuerdo consideráis como el más especial o incluso surrealista de vuestro recorrido musical?
De esta pregunta podríamos sacar todo un libro, tenemos cientos de anécdotas que contar, sobre todo del verano del 23, esos meses tocamos en muchísimos lugares bastante variopintos, desde una comuna hippy perdida en medio del monte hasta en un carromato de feria, pasando por festivales en piscinas donde acabamos todos nadando en pelotas. Hubo un festival, muy reconocido a nivel regional, que nos invitó a tocar y ese año nos dio por salir disfrazados. El festival no disponía de un camerino para que nos cambiásemos y, como aparcamos la furgoneta lejos, tuvimos que ir paseando por todo el pueblo con las pintas. Fuimos objeto de algunas risas.
Cada lugar tiene una esencia que se refleja en el arte que produce. ¿Qué significa para vosotros ser embajadores musicales de vuestra ciudad o región, y cómo influye eso en vuestro trabajo?
Bueno, volvemos a la respuesta de dos preguntas atrás. Nos encantaría ser embajadores de Extremadura por toda España, pero seguimos tratando de buscar ese reconocimiento fuera de nuestras fronteras. Tratamos de incluir siempre que podemos elementos de nuestra tierra en nuestra música. Pronto sacaremos un single titulado Puertohurraco, pero con una visión amable del pueblo, sin mirar la leyenda negra. Nuestro vídeo Gritar está protagonizado por la figura de Jarramplas, es algo que siempre tratamos de tener en cuenta.
Las giras están llenas de peculiaridades, y seguro que hay algo especial que nunca falta en vuestro equipaje. ¿Qué objeto curioso lleváis siempre con vosotros y por qué?
Carlos lleva su mantita sin la que no puede dormir, Rubén nunca sale sin las esposas y el látigo, Emilio su juego de ajedrez y Fermín el kit de cuidado de su pelo.
Ha sido un verdadero placer conocer más de cerca vuestra forma de trabajar y esos pequeños detalles que hacen que vuestra música sea tan especial. Antes de cerrar esta charla, ¿hay algo más que queráis decir a vuestros seguidores o a los lectores de LaCarne Magazine?
Mandamos un abrazo muy fuerte a todos los lectores y lectoras de LaCarne Magazine y les animamos a que sigan descubriendo música y vayan a conciertos y que apoyen a los grupos que siguen apostando por hacer canciones propias aún a riesgo de que no es tan fácil como elegir un repertorio que sabes que va a funcionar porque ya triunfó en su día.
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