El pasado 21 de noviembre, vísperas de Sta. Cecilia patrona de los músicos, vio la luz una publicación con un contenido esencial: la música en extremadura, o que han hecho y hacen los extremeños, de aquí y de allá, de antes y de ahora.
Se trata de una obra coeditada por la Universidad de Extremadura, la Asociación Musical Cacereña, la Unión Cultural y Centro de Documentación Amigos del Flamenco de Extremadura, la Federación Extremeña de Folklore y la Biblioteca del IES El Brocense de Cáceres.
Los autores de este libro, Rosario Guerra y Sebastián Díaz, colaborador habitual en LaCarne Magazine con la sección Música viva, estamos convencidos de que Extremadura es muy rica en música.
Como se recoge en la contraportada, la música que se ha hecho y se hace en nuestra región es mucha, buena y variada, aunque su repercusión mediática y educativa no se corresponda con esta cantidad, esta calidad y esta variedad.
Este libro, que no es el libro de la música en Extremadura sino uno de los muchos que sobre ella se pueden escribir, no tiene mayor pretensión que contribuir al conocimiento de dicha música, en sus diferentes géneros, desde el folklore a la música histórica, desde el flamenco al rock, desde la copla a la música de cantautor… siempre desde una perspectiva introductoria, porque de cualquiera de estos géneros y de su presencia en Extremadura podrían escribirse no uno, sino varios libros.
Hay que señalar que el material impreso sobre la Música en Extremadura es sólo una de las partes de una obra más extensa, que cuenta en su apartado digital con un bloque de sugerencias didácticas para el trabajo de cada género musical cultivado en Extremadura en contextos educativos, y con otro de discografía y web-grafía sobre los músicos y grupos musicales extremeños.
El libro, prologado por diferentes músicos y gente vinculada a la música en Extremadura, como el cantautor Pablo Guerrero, el pianista y compositor Guillermo A. Iriarte o el flamencólogo Juan Bazaga, entre otros, está estructurado en cinco capítulos.
Los dos primeros capítulos están dedicados a nuestro folklore musical, recogiéndose en el primero las músicas de los ciclos de la vida y del año, además del romancero; y en el segundo, los bailes, las danzas y los instrumentos.
El capítulo tercero habla del flamenco y la copla en Extremadura. El capítulo cuarto, a modo de cajón de sastre, lleva por título La Música Moderna en Extremadura.
Bajo esta acepción tan poco precisa se presentan todos aquellos géneros que no pueden incluirse en los tres capítulos anteriores, ni en el quinto y último, dedicado a la música histórica o clásica, desde la época romana al siglo XXI.
El capítulo cuatro incluye, por tanto, al blues, al jazz, al rock, al rap, a las fusiones y mestizajes musicales, a la música de cantautor, incluso a las músicas festivas o músicas de tunas, charangas, murgas y comparsas.
Todo ello, aderezado con información digital bibliográfica, discográfica y webgráfica de cada capítulo y de cada género en él tratado, y de información digital didáctica, con sugerencias de cómo trabajar esta música en Primaria y Secundaria, conforman lo que pensamos es una obra atractiva para todo aquel interesado en la cultura extremeña en general y en la música de esta comunidad en particular.
Desde estas páginas de LaCarne los autores del libro queremos agradecer a toda la gente que nos ha ayudado a hacer este libro y, en general, a todos los miembros de cofradías, mayordomías, hermandades, etc. que hacen posible el mantenimiento de las tradiciones musicales en contextos festivos, a todos los componentes de grupos de folklore por su excelente trabajo en la investigación, revitalización y difusión del folklore musical extremeño haciéndonos recrear en cada uno de sus conciertos todo ese mundo de raíz que nos hace ser como somos; a todos los cantaores, tocaores, bailaores e investigadores en el ámbito del flamenco y de la copla que nos hacen vibrar con su cantes, toques y bailes; a todas las bandas e intérpretes vinculados al blues, al jazz, al rock, al pop, al punk, al rap, al ska, al reggae, a la música electrónica, a las fusiones y mestizajes musicales, y todos esos géneros modernos de talante juvenil, que en cada una de sus actuaciones sacan de nosotros ese punto de rebeldía e inconformismo que aún nos queda a los mayores y tienen a flor de piel los jóvenes; a los cantautores que nos emocionan con esos textos cargados de musicalidad, de poesía y de reivindicación; a los miembros de charangas, comparsas, murgas, tunas, rondallas y otros géneros de carácter festivo capaces de arrancarnos momentos de risas y alegría siempre bienvenidos; a todos los integrantes de coros, de orquesta, de bandas de música, de bandas de cornetas y tambores, de ensembles, cuartetos, dúos y otros grupos de cámara, a los músicos solistas: pianistas, violinistas, clarinetistas, guitarristas, cantantes, etc y a los compositores e investigadores de la música histórica, por su poder para remover nuestras emociones y sentimientos en cada uno de sus conciertos, transportándonos con su música a otros mundos, a otros tiempos a otros espacios.
Gracias a todos ellos, porque ellos son los auténticos protagonistas de nuestra música, la Música en Extremadura.