Jimmy Club es un quinteto nativo de Rosario, Santa Fe, Argentina, conformado por jóvenes que van desde los 19 a 21 años.
La banda irrumpió hace cuatro años en la escena rosarina cargando un sonido lisérgico y una predilección por lo introspectivo. El resultado era una narrativa sonora envolvente, que llevaba de viaje al oyente, especialmente en ocasión de concierto.
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En 2017 editaron Aviones de papel, álbum debut que se adentra en profundidad en una psicodelia contemporánea de dinámica australiana, con dejos de stoner rock post Kyuss. En ese equilibrio, los –por entonces- adolescentes se perfilaron como autores de micro atmosferas cósmicas de tendencia melancólica, que gozaban de libertad absoluta para entrar y salir de la canción o, simplemente, de deshacerla.
La novedad es que acaban de publicar el simple El día después, cinco minutos donde las guitarras se funden en un mar melancólico de anhelo por todo aquello que pudo haber sido.
“Fotos viejas, bañadas en alcohol/Pero ni el fuego hará que sea mejor/¿Será el karma dictando su piedad?/¿O es que siempre supe lo que sos?”, reza la letra de la canción, entre interrogantes, ansiedad y lo infranqueable de lo trascendente.
Musicalmente, El día después se compone de una electricidad sónica de principios de los noventa. Sin embargo, la carga eléctrica deja espacio para sutiles arreglos de flauta. Esa convivencia de partes traza un diálogo con una psicodelia del rock argentino de los años setenta, como Pescado Rabioso o Aquelarre.
En su hipnosis, la canción termina siendo un vuelo intergeneracional pergeñado por un puñado de talentosos centennials crecidos en la era de información, que, aglutinando Zettabytes de data, hoy amalgaman un sonido honesto que despierta la curiosidad de viejos rockeros y adolescentes sin deseo de catalogarse.
Refiriéndose al simple, Martín Miguez, cantante, guitarrista y compositor del grupo, explica que “todas sus estructuras y partes tienen la forma de una canción tradicional. Se diferencia bastante de las canciones de nuestro primer disco que son estiradas y tienen otra esencia. Hay una marcada influencia de bandas de post punk y del rock de los años noventa”.
Jimmy Club forma parte de Remedio Casero Discos, sello independiente que desde hace algunos años publica su catálogo en cassette, albergando sonidos de shoegaze, punk, electro pop, post punk, surf rock, dream pop y más.
El día después es un simple adelanto del segundo trabajo del grupo, titulado Bestiario, que será editado en octubre.
“En el nuevo disco hemos explorado territorios a los que nunca antes nos acercamos. Todo coexiste en un disco bastante pintoresco”, explica Miguez adelantando el inminente lanzamiento.
Sobre el crecimiento musical y despegue que se evidencia luego de un disco debut atado a sonidos lisérgicos, el cantante reflexiona: “nosotros hemos adoptado, en un momento, el rock psicodélico. En este disco entendimos que la psicodelia no es simplemente una cuestión de género, es, sobre todo, una cuestión de bandera, es nuestra forma de llevar las canciones. La idea es plasmar una locura, una textura, o una búsqueda sobre las canciones. Es una meta para mantener siempre. Buscamos llevar al otro a un lugar donde pueda perder su conexión con la realidad, tratar de generar un estado mental que desconecte del mundo. Buscamos llevarte a otros rincones de tu mente, ésa es nuestra búsqueda: generar un estado mental alterado”.
