En esta entrega vamos a hablar de uno de los guitarristas más importantes e influyentes de la historia de la música, que consiguió hitos con las cuerdas que ni hoy en día han sido superados… y eso que su carrera principal sólo duro 4 años, pero vaya 4 años… Hablamos del inconmensurable, inimitable y siempre respetable Jimi Hendrix.
Quizás también te interese leer:
– Monk, el Bopper del piano
– Little Richard, Buen viaje, mi reina!
– Little Richard, a ritmo de Rock & Roll
Jimi Hendrix, imagen icónica del Rock mundial
Jimi hendrix y sus primeros pasos en la música
James Marshall Hendrix nació un 27 de noviembre de 1942, en Seattle, Washington. Con una herencia familiar diversa, la historia de su familia, en concreto la paterna, es bastante curiosa, por si queréis investigar por vuestra cuenta, mis pequeños procastinantes.
Siendo pequeño, ayudando a su padre encontró un ukelele entre la basura, sólo tenía una cuerda, pero eso no le importó. Rápidamente aprendió a tocar de oído, principalmente con notas individuales, imitando canciones de Elvis Presley, sobre todo Houng Dog.
Adquiriría su primera guitarra acústica cuando tenía 15 añitos, y le costó 15 dólares. Se pasaba horas y horas practicando, siempre observando artistas de Blues como Muddy Waters, B. B. King, Howlin’ Wolf o Robert Johnson, sus primeras influencias.
Al tiempo formó su primera banda, eran The Velvetones; sin embargo, duraron muy poco tiempo, ya que con la guitarra acústica no eran capaces de sacar el sonido que querían.
En 1959, finalmente su padre le compró una guitarra eléctrica (una Supro Ozark de color blanco), y aquí se le abrieron las puertas del cielo al joven Jimi Hendrix. Daría su primer concierto por esta época con una banda sin nombre en la Sala Jaffe de Seattle. Sin embargo, tras acabar el concierto fue despedido de la banda por pavonearse y presumir con la guitarra…
Antes de cumplir los 19 ya había sido detenido varias veces, así las autoridades le dieron dos opciones: cárcel o alistarse en el ejército. Se alistó el 31 de mayo de 1961. Estando allí escribió desesperado a su padre para que le mandase su guitarra. Ya con ella, se pasaba las horas de recreo y descanso tocando.
En una de ésas, su compañero Billy Cox le escuchó y se quedó completamente alucinado, describiéndole como mezcla entre John Lee Hooker y Beethoven. Rápidamente cogió su bajo y ambos empezaron a improvisar. En unas semanas estaban tocando por los clubes cercanos a la base en una especie de banda, The Casuals.
Después de dejar el ejército, se marchó a Clarksville (Tennessee) junto a Cox, donde formaron la banda The King Kasual. Pronto se mudaron a Nashville, donde había una próspera esfera musical de R&B, y allí se ganaron un lugar como residentes en el Club Marruecos.
Los dos siguientes años, aparte del trabajo en el Marruecos, se dedicaba a ir actuando por los clubes del Sur afiliados al Circuito Chitlin. Durante esta época se dedicaba casi por completo a ejercer de respaldo de músicos ya consolidados de Soul y R&B, como Wilson Pickett, Jackie Wilson, Sam Cooke, o Ike y Tina Turner.
Nueva York, una nueva aventura para Jimi Hendrix
En 1964, cansado de esta escena musical tan comercial, se mudó a Nueva York, concretamente al barrio de Harlem. Se apuntó a un concurso de aficionados del Teatro Apollo, y, obviamente, lo ganó. Esto le permitió girar por varios circuitos musicales, consiguiendo asentarse como músico principal con varias bandas, entre ellas los míticos The Isley Brothers. Juntos lanzaron un sencillo en dos partes: Testify.
Sin embargo, nuestro Jimi tenía una mente inquieta, y cansado de tocar todas las noches el mismo espectáculo, dejó la banda a finales de ese año. Después se unió a la banda de Little Richard, The Upsetters; sin embargo, no se llevaban muy bien, y discutían bastante a menudo por las pintas de Jimi Hendrix (que lo dijera Little Richard… ver para creer). Le despidieron a mediados de 1965.
Contratado en el Café WHA? de Nueva York, se fue haciendo pronto popular gracias a su personal estilo con la guitarra. Además, se hizo muy amigo de Curtis Knight, el líder de The Squires y de Linda Keith, una modelo que hizo las presentaciones entre Jimi y Chas Chandler, bajista de The Animals, que al verlo se quedó completamente hipnotizado. Al rato le estaba convenciendo para que marcharan a Inglaterra, donde la escena de Rock era súper potente.
Jimi Hendrix y su fama en Inglaterra
Y eso hicieron, marcharon a Inglaterra, donde Chandler (su ya productor y manager) ya había reclutado al bajista Noel Redding, muy suelto en las progresiones de Blues, y al batería Mitch Mitchel. Este combo funcionó muy bien, y eso que seguir el ritmo a las improvisaciones de Jimi debía ser una auténtica prueba de fuego: The Jimi Hendrix Experience había nacido. El mismo día que firmaron el contrato, el grupo hizo una actuación improvisada en The Scotch of St James.
Durante esta época, Chandler le llevó una noche al concierto de una poderosa banda de Rock del momento, The Cream. Le invitaron a tocar con ellos, y cuando su guitarrista, un joven Eric Clapton, le vio tocar casi todos los estilos imaginables en uno sin perder el ritmo, declaró: «se fue, y mi vida nunca volvió a ser la misma«.
Casi todas las noches, jóvenes músicos como John Lennon, Pete Townshend, Mick Jagger o Kevin Ayers acudían a verle actuar. Alguno ha comentado posteriormente: «y allí estábamos en el público con la boca muy abierta, y pensando: Joder, a ver qué hacemos ahora«. A finales de 1966 estaba firmando con un nuevo sello, y grabando su primer tema, Hey Joe.
En Inglaterra se hizo famosísimo: conciertos, giras, entrevistas. Le llamaban Mr Phenomenon, pues nadie podía creer que ese sonido tan apabullante saliese únicamente de una banda con tres músicos.
Tras romper las listas de éxitos de Reino Unido, comenzaron a reunir material para sacar un álbum, y de aquí salió Are You Experience?, con temarracos como Red House, Highway Chile o Remember. Salió en 1967, y se tiró 33 semanas en las listas, llegando a ser número 2 tras los Beatles. Este álbum le dio una bofetada al mundo, y lo dejó cambiado para siempre, estando considerado entre los 15 mejores discos de todos los tiempos.
El regreso de Jimi Hendrix a EE.UU.
Volvió a EE. UU. y comenzó a girar. Invitado en el Festival de Pop de Monterey, interpretó Killing Floor de Howin’ Wolf, y el público se volvió completamente loco. Además, ya había adoptado ese estilo suyo peculiar entre hippie y Cherokee, y creó una especie de ritual vudú, donde también interpretó Rock Me Baby de B.B. King, Like a Rolling Stone de Bob Dylan, y 4 composiciones nuevas: Foxy Lady, Can you See Me, The Wind cries Mary y Purple Haze.
Al final de la actuación, después de un meneíto hiper sensual con su guitarra (literalmente parecía que estaba follando con ella), quemó su guitarra en directo y arrojó piezas al público. El mundo aún no se ha recuperado de esa actuación, creándose un momento perfecto del Rock, convirtiendo a Jimi Hendrix en imagen icónica para el Rock mundial.
Ahora ya había conquistado EE. UU. Y el mundo entero se rendía a sus pies.
Sería el momento de su segundo álbum, Axis: Bold as Love. Éste es un disco mucho más experimental, con sonidos psicodélicos que presentaba una nueva sutileza en el trabajo de Jimi, pues se atrevía a jugar con los sonidos de la mesa de mezclas, entre otras cosas.
A este disco le seguiría Electric Ladyland, su tercer y último disco junto a la Experience. En la banda estaban todos muy frustrados debido a las exigencias de Jimi, que era un perfeccionista nato, y que por otro lado estaba completamente descontrolado con las drogas y el alcohol, y muchas veces ni se presentaba a los ensayos.
La grabación de este disco no fue fácil, el ambiente estaba enrarecido, y además el estudio de grabación estaba siempre lleno de amigos y conocidos de Jimi, haciéndolo todo bastante caótico. Sin embargo, salió adelante, con temas como la versión de Dylan All Along The Watchtower o Burning Of The Midnight Lamp, la primera canción de la historia donde se usó el wah-wah.
Meses más tarde darían una serie de conciertos en el Royal Albert Hall que serían los últimos de la formación como tal. Las relaciones entre los tres estaban más que viciadas, sobre todo entre Hendrix y Redding, que finalmente fue sustituido por Billy Cox. Finalmente, Mitchel también abandonó el grupo. La nueva banda estaba formada por Jimi, Billy Cox y Ed Shaughnessy.
La fama mundial de Jimi Hendrix
En 1969 nos encontramos con que la fama de Jimi es casi mundial, siendo en ese momento el músico de Rock mejor pagado, así que se convirtió en cabeza de cartel de todos los festivales de Rock del momento. El más conocido de ellos fue el de Woodstock, todo un acontecimiento que consiguió reunir un aforo de 400.000 personas en total, un auténtico hervidero de hippies, vamos… Jimi era el encargado de cerrar el festival.
La noche del domingo, cuando le tocaba subir al escenario, al ver a tanta gente reunida se agobió, y decidió cambiar la hora del concierto, cerrando el festival el lunes a las 8 de la mañana.
Esta actuación es un hito en la historia de la música, donde incluyó una versión del himno americano distorsionada y con mucho uso del feedback, y para siempre permanecerá en nuestras retinas ese hippie vestido con chaqueta de cuero blanca con flecos azules y bandana en el pelo, y con la Fender Stratocaster como prolongación de su brazo (la imagen más icónica de toda una época, con permiso de Janis Joplin y sus flores en el pelo).
Al acabar la actuación se desmayó de cansancio. Llevaba tres días sin dormir.
Después de varios festivales más, se decidió a hacer un disco con actuaciones en directo. Para ello creó una nueva banda, Band of Gypsy, para la que reunió a Billy Cox y el batería Buddy Miles, con quien Jimi hizo muy buenas migas. Cuando improvisaban juntos se creaba una especie de combinación entre Rock y Jazz.
Un trágico final
De nuevo estaba girando por Europa; sin embargo, Jimi estaba exhausto física y emocionalmente. El 16 de septiembre de 1970 daría su último concierto en una jam improvisada en el Soho de Londres, junto a la banda War, aunque únicamente hizo de guitarra de acompañamiento. Moría días después, el 18 de septiembre de 1970.
Su muerte aún sigue envuelta en un poco de misterio. Parece ser que cenó con su novia del momento, después ésta le llevó a casa de unos amigos y le recogió más tarde. Se acostaron, y a las 11 de la mañana, cuando ella despertó, le encontró respirando, pero en estado de inconsciencia. Le recogió una ambulancia, pero a las 12.45 se confirmaba su muerte.
Según la autopsia, aspiró su propio vómito, produciéndole asfixia e intoxicación por barbitúricos. Su novia declaró que había consumido 18 veces más de la dosis recomendada de unas pastillas que le habían recetado. Tiempo después se reveló que el motivo de la muerte fue un enfisema pulmonar.
Se embalsamó el cuerpo y se mandó al cementerio de Greenwood de Renton, Washington, junto a su madre. Entre amigos y colegas de profesión se reunieron más de 200 personas a su funeral.
La relación de Hendrix con las drogas y el alcohol pues fue como siempre, un foco de destrucción. El alcohol le ponía muy violento, y con las drogas, pues eso, que si subidote de LSD, que si fiestorro de coca… Esta época es muy convulsa, y la experimentación con las drogas estaba a la orden del día, y así pasaba, que muchos ni llegaban a los 30.
Considerado el instrumentista más grande de la historia del Rock, Jimi Hendrix expandió el vocabulario de la guitarra eléctrica hasta caminos insospechados. Con unas habilidades técnicas increíbles, y una capacidad creativa enorme, hizo del instrumento una fuente de sonido eléctrico, convirtiendo efectos como el acople o la distorsión en algo controlado.
Jimi se inspiró en el R&B y el Blues eléctrico. Estaba muy a favor de los amplificadores saturados con alto volumen y ganancias, además hacía uso de sonidos causados por la retroalimentación del amplificador.
Fue de los primeros en utilizar unidades de efecto con la distorsión fuzz, el wah-wah o el uni-vibe, además de ser el primer músico en usar efectos de fase estereofónicos en grabaciones. Todos esos efectos él los convertía en un vocabulario fluido y controlado.
A saber qué vueltas hubiera dado el Rock si este joven de 27 años no hubiera muerto… Nos queda un impresionante legado por lo menos… Joder, Jimi, qué bien lo hiciste, pero qué corto.
