Acto cultural de protesta en Cochabamba

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protestaPara quienes residimos en la ciudad de La Paz y escuchamos a la distancia todo lo acontecido en la Universidad Mayor de San Simón, nos parece haber desempolvado noticias de hace más de 30 años, cuando se vivían dictaduras y la privación de estudiar era algo que tenía que aceptarse con el resto de las penurias de la mano de la circunstancia.

Para los estudiantes cochabambinos, sin embargo, son hechos reales, vividos en el presente y que desde principios de este año han desencadenado conflictos que ya superan el tema educativo y entran en terrenos políticos y sociales. Fueron más de tres meses de no pasar clases o, como única opción, pasarlas en placitas, parques, colegios, y cafés. A una pequeña cantidad de ellos les fue claro que la solución no se encontraba en violentar sus acciones y demandas; por eso, el pasado 25 de Julio, en las puertas de la Universidad, se realizó un acto cultural de protesta en defensa de la autonomía universitaria.

Convocando a una denuncia sin violencia, se invitó a todo artista inmerso en la causa a aportar con su participación y fue así que tuvimos el elenco de teatro La Murga Trono, la presentación de Desarme, A pie, y desde Sucre a La Logia, entre otros. La fecha, que coincidía con el día de la autonomía universitaria, consistió en una mañana entera de presentaciones que terminaron con A pie a principios de la tarde.

¿Esperaríamos haber visto a una gran masa estudiantil apoyando este evento? Sí, sería lo más lógico, pero el hecho de haber visto cerradas las puertas por más de tres meses no necesariamente sirvió para tal concentración. Ya sea por la difusión del evento, o la ausencia del alumnado, el acto cultural de protesta no llegó a más de 80 personas, sin contar los curiosos que observaban desde las movilidades al pasar por la avenida Oquendo, o quienes caminaban por los alrededores.

El momento clave podría ser la presentación de La Logia, que por su naturaleza de demanda, captó la esencia de la intención del evento y en las redes sociales pidió que el arte que transmitieron esa mañana se convierta en lucha, llamando al estudiante movilizado. ¿Es una llamada a la violencia? No necesariamente, sino una invitación a recordar lo que los estudiantes en Francia de 1968 gritaban: “La imaginación al poder”.

Si bien el acto cultural de protesta no llegó a todos, es un pequeño ejemplo de la acción sin violencia, de la movilización con fines de consenso, no de agresión; quizás el apoyo estudiantil es la clave que faltó; quizás el alumno movilizado no está consciente todavía de que se puede lograr mucho con el arte; o quizás, después de todo, el arte no sea considerado herramienta viable para las demandas que algunos de ellos tengan.

Sea esto bueno o no, todavía hay personas que creen con convicción en el poder del arte, y creo que esas personas ven posible el cambio con la máxima expresión de la cultura; ellos son, creo, el legado de esa protesta estudiantil de medio siglo atrás, que coreaba el famoso “Seamos realistas, pidamos lo imposible”

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