por Valen Via
Pronto se encetarán un séquito de festivales por toda España que traerán a muchas caras conocidas y que, en grandes trechos, se repetirá la misma ceremonia de cada año con bandas de reconocido prestigio y fama mundial. Cuando haya terminado el verano todo habrá finalizado hasta la primavera siguiente. Basta ya, de verdad. Muchos ya estamos hartos de ver siempre las mismas caras de la moneda. Aunque no lo parezca, los amantes de la buena música también necesitamos cariño, y no grandes afluencias de personas para ver quién sobrevive y quién es derrotado, perdiendo su cartera, gafas y desperdiciando un caro refresco por encima de la multitud. Para los que son más melómanos está muy bien ir a grandes festivales para disfrutar en directo de los discos que tanto nos gustan, pero también nos atraviesa esa curiosidad para ver qué hay más allá del horizonte comercial.
Ahora que existen Spotify y Bandcamp, y aunque estas plataformas online parecen facilitar las cosas, resulta una ardua tarea encontrar grupos minoritarios con los que empezar a compartir afinidades musicales. Porque la verdad es que hay muchísimos. Por suerte, aquí encaja aquella sabiduría popular que dice: no es oro todo lo que reluce. Y hasta este punto todo parece ser optimista. Una vez decides dejarte llevar por los temas de un grupo que no conoces de nada y te das cuenta de que te convencen mucho, terminas rezando: ahora, por favor, un directo cerca de casa. Ante este punto de autodescubrimiento uno parece no poder hacer nada. No puedes presionar al grupo para exigirle directos al bar que hay justo debajo de tu casa. No. Empiezas a delirar. ¿Qué hago? Porque necesito verlos en directo… Muy sencillo, la primera opción es quedarte en casa y joderte escuchando una y otra vez los mismos álbumes con tal de conciliar el sueño muy pronto. Y la segunda opción es…
Desde hace unos años se ha abierto una brecha muy diminuta por la que se ha filtrado brillante luz celestial. Siempre hay alguien que lo mueve tanto su lado más altruista y que, por encima de todo, quiere ese máximo bien para un grupo infinito de personas. Una de las pocas materializaciones de este sentimiento se encuentra en el festival Fusiònica 17.0, que se celebra cada mes de octubre en Granollers y Barcelona, y que ya va a por su 19ª edición. Se trata de un pequeño festival independiente, y no comercial, de música y arte visual de ambiente casi familiar, con el que los asistentes pueden disfrutar de una exhibición que desmitifica cualquier tipo de propuesta por parte de salas y asociaciones con la finalidad de reunir grupos de calidad, tanto de la escena underground nacional como de la internacional. Porque reúnen aquellos que de verdad quieren arder en el escenario y enloquecer al público o, de lo contrario, bandas que quieren abrir su corazón para enternecer al público.
Si bien se sabe que la primera banda en ser confirmada para la próxima edición son los más que irreverentes Tendrum (Barcelona), su sonido se caracteriza por levitar entre un punk rock muy puro pero embadurnado con matices de bandas de otros estilos, como krautrock y melodías noise cercanas a Sunny Day Real State.
En sus ediciones anteriores se han dejado entrever muchas gratas sorpresas sobre el escenario, así como una variopinta oferta de estilos y bandas muy distintas entre ellas, pero con un mismo denominador común: el underground. Formaciones europeas como la banda alemana de post-punk Monochrome, los ingleses Action beat o los austríacos Valina han desfilado por los escenarios del Fusiònica. Grupos de la escena catalana y nacional como Zeidun, del que forma parte el cantautor Joan Colomo, Salvaje Montoya, Afraid to speak in public, Nueva Vulcano, Caustic Roll Dave, Furguson, L’hereu escampa o los más que agresivos Abobinable, entre otros, han irrumpido a lo largo de estos años en las dos ciudades que acogen esta muestra musical para dejar claro que el festival es más que una cantera de grandes promesas de la música independiente contemporánea.
Por favor, desde aquí incitamos a todo el mundo para que asista y genere festivales de estas características porque de talento hay muchísimo, se mire por donde se mire. Porque disfrutar de buena música también es posible junto con un grupo de amigos que se reúna para tocar y no cobre nada por lanzar sus álbumes a las redes y quiera, por encima de todo, compartir con todo el mundo su música y, como no, su grito personal. Ante todo, seguiremos pendientes de las próximas confirmaciones y esperemos de todo corazón que esta vez el cartel sea aún más amplio y con una mayor conjunción de estilos y de formaciones anónimas. Y como en cada edición del Fusiònica que se sigan haciendo estos festivales simplemente por amor al arte, en el sentido más literal de la frase.