Conocí a Ricardo Rodero, junto a su inseparable César Delgado, en un Taller del colectivo Raras Músicas de improvisación libre, hace ya dos años más o menos.
He tocado ya lo suficiente con él como para saber que tiene una capacidad innata para la improvisación libre, un lenguaje muy particular (que lo desarrolla con distintos instrumentos: principalmente el saxo, pero también la voz y la electrónica), y un concepto muy claro de lo que quiere hacer, tanto cuando toca como cuando conduce a otros improvisadores (aunque él en esta entrevista dice que es “una difícil tarea” definir un concepto de lo que hace). Bien, ahí van sus opiniones.
¿Cuál es tu procedencia musical?
Aunque mi formación ha sido académica, a menudo he mirado con recelo este tipo de formación por falta de creatividad o musicalidad. He investigado y practicado los más diversos estilos de música, desde el canto gregoriano al Free Jazz, aunque profesionalmente me he dirigido más hacia la docencia.
¿Cuáles son las influencias que te han ayudado al aprendizaje de tu lenguaje improvisatorio?
Cada una de las músicas que he practicado, pero en especial el jazz y la música «culta» del siglo XX. Aunque es difícil hablar de un lenguaje improvisatorio.
Incluso si nos ceñimos a un género como el Jazz, se dan dentro de él diferentes estilos y lenguajes, y un músico puede controlar de forma excelente uno de ellos sin conseguir tocar de forma convincente en otro de ellos.
Por ejemplo, se puede tocar Be-Bop de forma maravillosa y no conseguir lo mismo tocando en estilo modal o en la fusión, o viceversa. O se puede improvisar de maravilla en flamenco y no tener ni idea de Jazz.
En la improvisación libre, cada músico aúna toda su experiencia y conocimiento para dejar que entren en juego de forma inconsciente o irracional, y para construir un lenguaje personal. Desde este estilo se puede conseguir aunar y crear «magia» juntando músicos de muy diferente procedencia, recursos y lenguajes.
En mi caso, puedo afirmar que mi experiencia en este estilo particular de improvisación aparece todo lo que previamente he tocado o estudiado, y no sólo la música que incluye improvisación.
¿Cuándo y cómo llegaste a la improvisación libre?
Aunque ya me había interesado y practicado este tipo de música de forma intuitiva desde hace muchos años, creo que hubo un antes y un después a partir del curso que hice en 2015 con la asociación Músicas Raras.
Este curso supuso una inmersión apreciando diferentes tendencias y enfoques. A partir de este momento empecé a escuchar a muchos músicos que han tenido un papel relevante en el desarrollo de esta música durante los últimos setenta años.
¿Qué actividades desarrollas como improvisador?
Aparte del placer de los encuentros, organizados o espontáneos, con otros improvisadores, participo de forma regular en la Orquesta de Libre Improvisación Músicas Raras y el dúo Bosco, y colaboro regularmente en formaciones circunstanciales o esporádicas. Principalmente alrededor de la asociación Raras Músicas.
¿Podrías explicar brevemente tu concepto musical?
Difícil tarea. El punto de partida es la escucha sin prejuicios de cualquier estilo de música. A partir de ahí, la búsqueda de la musicalidad, que es en sí mismo un concepto difícil de determinar. Para mí la música es lo más parecido a la magia.
¿Cuál crees que es tu papel en la escena de improvisación?
En el mundo de la improvisación libre de Madrid todavía desempeño el papel del nuevo chico del barrio. Hoy es mi principal interés en el mundo de la interpretación musical, y espero ir conociendo más y más improvisadores cada día.
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