canciones de quintos

Canciones de quintos, un rito de paso

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Cada localidad extremeña cuenta con un rico repertorio de canciones de quintos. Se trata de canciones vinculadas al ya desaparecido Servicio Militar, obligatorio hasta el año 1990 para prácticamente todos los jóvenes varones españoles.

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canciones de quintos

Las canciones de quintos siempre fueron parte del rito de paso que los jóvenes varones extremeños vivían entre su etapa de joven adolescente, que estaba finalizando, y la nueva etapa de joven adulto.

Se trataba de canciones que se solían interpretar, con variaciones de una localidad a otra, en tres momentos festivos: el día del Talleo, el día del Sorteo y el día de la Ida.

Se llama talleo al acto de medir la altura y el contorno del pecho de los jóvenes de 18 años y comprobar si alguno de ellos tenía algún problema físico o psíquico que les impidiera realizar el Servicio Militar.

Éste era un día festivo para los jóvenes que era aprovechado para cantar las llamadas canciones del talleo. El día del Sorteo se sabía el lugar al que tenías que ir a hacer la mili.

canciones de quintos

Los lugares menos deseados eran Ceuta, El Sahara (hasta los años 70 colonia española) y Melilla, de ahí que estos nombres, sobre todo el último, sean los más recurrentes en las letras de las canciones: No temo ir a Melilla, ni pasar por el Estrecho…”, “En Melilla hay un cañón que le llaman Bocanegra…”, “No temo ir a Melilla, ni que una bala me mate…”.

Por último, uno o dos días antes de que el joven se marchara a cumplir con el Servicio Militar, solía hacerse una fiesta familiar de despedida en la que también se entonaban canciones de quintos, éstas generalmente más tristes, propias de un momento de despedida.

canciones de quintos

Como ya vimos en las canciones infantiles, un breve análisis de las letras de las canciones de quintos también nos permiten referirnos a las tradicionales asimetrías de género.

Generalmente en estos cantos son constantes las alusiones a las dos mujeres centrales en la vida de un joven; por un lado, la madre, incluso la abuela; y por otro, la novia.

El hecho de que sean la novia y la madre las únicas asociadas a emociones, sentimientos y momentos de exaltación de la afectividad, frente al padre al que nunca se cita en estas situaciones de pesar y llanto, remite a modelos tradicionales de género, que asocian la mujer al género débil.

Los siguientes fragmentos de coplas son un exponente claro de esta afirmación:

El novio cuando se va
la novia lloraba a gritos,
se dicen unas a otras
mañana se van los quintos
El día de mi sorteo
estabas en la ventana
y al oír mi mala suerte
te caíste desmayada
Las madres son las que lloran
que las novias ni lo sienten
se quedan cuatros chavales
y con ellos se divierten
Las novias son las que lloran
que las madres no lo sienten
se quedan con sus maridos
acostás a lo caliente
De que soy quinto
mi madre llora
la mi morena, la dejo sola,
la dejo sola, la he de dejar,
a mi morena, ¡qué tal la irá!
 

Es de destacar el papel de otra mujer, la abuela, con autoridad suficiente como para conseguir librar al nieto de la mili:

Si te toca te jodes,
que te tienes que ir,
que te libre tu abuela,
como me libró a mí

Las relaciones con la novia, repetidamente mencionada en los textos, se presentan de una manera incierta e inestable. Nuevamente sobresalen modelos tradicionales de género que definen a la mujer como un ser vulnerable, sometida al hombre y a sus designios.

De esta manera, el temor que manifiesta el joven que se marcha, más que a lo desconocido de su destino, es a la fragilidad de su novia ante situaciones de galanteo por parte de otros jóvenes que se quedan. Esta fragilidad y la incertidumbre del noviazgo quedan patentes en textos como los siguientes:

No temo ir a Melilla
ni pasar por El Estrecho
lo que temo es mi morena,
que otros la toquen los pechos
Las madres son las que lloran
que las novias no lo sienten
se quedan cuatro chavales
y con ellos se divierten
Los quintos cuando se van
se dicen unos a otros
mi novia me aguarda a mí,
mientras que no vaya otro
De que soy quinto mi madre llora
la mi morena, la dejo sola,
la dejo sola, la he de dejar,
la mi morena qué tal la irá
No siento ir a Melilla
ni que una bala me mate
lo que siento es mi morena
que otro chulo la maltrate
Los quintos cuando se van
a sus novias las encargan
que no se dejan meter
las manos por las enaguas

Como sugiere Julián López, “Si el matrimonio supone cierto sosiego social, el noviazgo ha implicado, como decimos, una situación de incertidumbre que tiene su lógica en la esencia incontrolable de sus protagonistas” (2002: 68).

Socialmente, la falta de control es aceptada en el caso del muchacho, no tanto en el de ellas. La situación de extrema subordinación de las chicas a los chicos y a los deseos de éstos, se puede leer en el siguiente cantar, en el que la muchacha está totalmente obligada a dar el sí a su pretendiente, ya que en ello está en juego su propia vida:

Si no me das el sí,
te meto en un costal,
te arrimo a una pared,
te pego un cogotón
y acabas de una vez.

Algunas canciones de quintos nos hablan de la existencia de cierto sistema de parentesco con matices patrilineales, caso de la Canción del talleo recogida en Piornal, pequeña localidad del norte de Cáceres (Guerra Iglesias, 2000).

Se trata de una canción de forma estrófica simple en cada una de las coplas se repite el año de la quinta que la interpreta; dado que en una ronda de quintos se canta un numero de elevado de coplas el año de la quinta se escucha incesantemente.

Además del año mencionado, en las coplas de esta canción también aparece el apodo del padre de cada mozo, apodo heredado por éste.

Veamos algunos ejemplos de estas letras correspondientes a varias quintas o canciones de quintos diferentes.

Quintos del  62,
ninguno vamos borracho
que llevamos por delante
al hijo de Manuel Chato.
Quintos del 75,
todos vamos en hilera
que llevamos por delante
al hijo de tío Jilera.
Quintos del 78,
Aquí no va ningún chulo
que llevamos por delante
al hijo de tío Machuno.
Quintos del 84,
todos comemos en baña
que llevamos por delante
al hijo del señor Raña.
Quintos del 97
y todos con dos cojones
que llevamos por delante
al hijo del Romanones.
Quintos del  2004,
no tenemos ninguna pena
que llevamos por delante
al hijo de tío Jilera.

Es importante reseñar que el nombre de cada mozo carece de importancia en estos cantos, sin embargo el apodo que lo liga a un grupo de parentesco de su padre resulta fundamental, ya que el quinto cobra importancia, más que como individuo, como ser social, por referencia a otro quinto, generalmente su antepasado más directo, es decir, su padre, en torno al cual se gesta el rito de paso en el que el joven se encuentra1.

Es respecto al estatus de adulto que posee el  padre, frente al que el muchacho efectúa su metamorfosis, dejando de ser un adolescente dependiente, en continuo periodo de aprendizaje para en un futuro cumplir con la comunidad de la que es miembro, y pasando a convertirse en un adulto con todas las condiciones necesarias para mostrarse independiente y ya plenamente preparado para llevar a cabo las funciones que la comunidad le encomienda, es decir, producir y reproducirse.

Solo en casos excepcionales, generalmente cuando el quinto era huérfano de padre, se mencionaba a la madre, que tras la muerte del marido pasaba a convertirse en el cabeza de familia, asumiendo el rol social que tenía asignado éste.

Quintos del 63
y no tenemos envidia
que llevamos por delante
al de Marcela La Rubia.
Quintos del 69
todos con mucha alegría
que llevamos por delante
al de Casimira Díaz.

También era corriente en las canciones de quintos, hacer una sola copla para aquellos mozos de la misma familia que tuvieran el mismo apodo por parte de padre (primos paralelos patrilaterales).

Quintos del 79
y nos gustan las mujeres
que llevamos por delante
a dos de los Periqueles

En la siguiente tabla recogemos más letras de canciones de quintos.

En la plaza de la Sera,
cuando salgas del rosario,
verás a los quintos nuevos
como pingonean los gallos.
Nosotros somos los quintos
los soldados ¿quiénes serán?,
al otro año, por ahora,
por las calles volverán.
Los quintos de este año
son los que han hecho la raya,
a cojones y a dinero
y a camelar las muchachas.
Soy un quinto que la pinto,
quintito de hogaño, madre,
y el que se meta conmigo,
ya veremos cómo sale
Quinto soy de la que viene,
vergüenza me da decirlo,
sin un pelito en la barba
y la cara como un niño.
Ya viene la locomotora,
la que arrastra los vagones,
la que se lleva a los quintos
de todas las estaciones.
Cuando me marché al servicio
volví la cara llorando;
adiós (nombre del pueblo) hermoso,
qué lejos te vas quedando.
Ojos que te vieron ir
por el cerro el Molinillo,
cuándo te verán venir
por la Cruz del Torrisquillo.
Adiós (pueblo) hermoso,
cuántas noches te he rondado,
y las que te rondaré
cuando venga licenciado.
Los quintos en el cuartel,
unos cantan y otros lloran,
y otros van a por papel
para escribir a la novia.
Dicen que te vas mañana,
yo me voy al otro día,
si te quieres esperar
iremos en compañía.
En Melilla hay un cañón
que le llaman Bocanegra,
que cada vez que dispara
todos los moritos tiemblan.
No siento (temo) ir a Melilla
ni que una bala me mate,
lo que siento es mi morena
que otro chulo la maltrate.
No siento (temo) ir a Melilla
ni pasar por el Estrecho,
lo que temo es mi morena,
que otros la toquen los pechos.
Como me tocó a Canarias
me llaman el pobrecito,
como si Canarias fuera
un matadero de quintos.
Al llegar a Leganés
me tengo que retratar,
para ver si me sienta bien
la ropa de militar.
Cuando me marché al servicio
a despedirme salieron:
padres, parientes y hermanos;
ellos a casa volvieron,
y a mi solo me dejaron.
 

Para terminar, presentamos una selección de grabaciones que diversos grupos de folklore y coro extremeños han hecho de canciones de quintos, además de una breve bibliografía..

CANCIONES DE QUINTOS
TítuloGrupoÁlbumAño
Ronda de quintosAn-hinojo folkFolklore Tajo-Salor2010
AlféizarDesde la cuna2007
CogollaCon ese aire…1994
Coro de la UEXCoro Universitario1994
AltamiranoVolumen II1992
El CalderoZipiriquitrón1988
Siberia ExtremeñaA segar segadores que viene el día1987
Coro de la UEXCanciones folklóricas extremeñas1978
Canción de quintosVirgen de los RemediosAl Resolano2007
Tonás de la tierra mesma1992
La SerranaArriba en Piornal1994
El CalderoLos carranchonis1986
Los quintosAgustín VázquezSones cacereños de gaita y tamboril2010
TorrejoncilloAlegres recuerdos1997
JaramagoPor los barrancos1992
AltamiranoCantares de Trujillo1988
Jota de quintos / Jota de quintos de AlmendralejoAgla25 años de folclore2004
Aires de la SerenaCantando a Extremadura2003
Tierra de BarrosPor San Marcos1996
Siberia ExtremeñaA segar segadores que viene el día1987
Tonás de quintosAlonso de MendozaComo juncos de ribera1997
Siberia ExtremeñaY de ronda van los mozos1991
El guindoRaíces ExtremeñasVoz y arraigo1996
El Redoble…para bailar1992
Rianisí, si, si / Riani si siVirgen de la SoledadDe la Soledad a los Barruecos2011
Sección Femenina del MovimientoFolklore de Extremadura
(1ª edición 1969)
2007
Los JaterosLos Jateros1974
Ya se van los quintos, madreCoro de la UEXMúsica coral del siglo XX2002
Los quintos de JaraízVirgen del SalobrarCantares de La Vera1993
Despedida de quintosEl CalderoLos carranchonis1986
  • GIL MUÑOZ, C. (2002): Cancionero popular de quintos y soldados de Bonifacio Gil, Ministerio de Defensa, Madrid.
  • GUERRA IGLESIAS, R. y DÍAZ IGLESIAS, S. (2008): Los sonidos de un pueblo. Diputación de Cáceres y UEX. Cáceres.
  • LÓPEZ GARCÍA, J. (2002). Ideologías y ritos populares de nacimiento, noviazgo, matrimonio y muerte. Diputación Provincial. Ciudad Real.
  • RODRÍGUEZ PASTOR, J.  (1993): “Los quintos y la Navidad en la Siberia extremeña”, Revista Saber Popular, nº 8, Fregenal de la Sierra (Badajoz),  págs. 7-15.
  • ROMERO DÍAZ, F. (2006): “Fiestas y quintos en Herguijuela (Cáceres)” Revista Saber Popular, nº 23, F.E.F. Fregenal de la Sierra (Badajoz), pp. 41-56

1 Algunas veces la relación de parentesco se traslada del padre al abuelo, como se recoge en la siguiente letrilla: “Quintos del 2004, y somos uno más tres, que llevamos por delante, al nieto del Periqué”. Se ha tratado ésta de una de las quintas con menos miembros, solo cuatro jóvenes, por eso cantan lo de “uno más tres”.

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