Reflexiones sobre Improvisación Libre parte 2

improvisación libre

Miquel Àngel Marín, bien conocido en esta publicación, se ha animado a ampliar el artículo sobre Reflexiones sobre Improvisación Libre que escribí para esta revista el mes pasado relacionado con reflexiones sobre la “efimeridad” en el arte, y la necesidad de limpiar el retrete de vez en cuando, buen sitio para elucubrar y limpiar la mente de ideas preconcebidas.

Según Miquel Àngel, esa misma falta de ideas preconcebidas, y esa apertura de mente ya es en sí “poesía” y “arte”. En alguna ocasión le he oído decir que “cualquier nota, sonido, instrumento, consonancia, disonancia, ruido, gesto, acción, iluminación, palabra, imagen, contexto…, es música. Cualquier relación entre nota, sonido, instrumento, consonancia, disonancia, ruido, gesto, acción, iluminación, palabra, imagen, contexto…, es música. Todo está permitido, todo me vale”.

Pues bien, aquí les dejo con el director del Festival BOUESÍA, el que dice que “nosotros somos unas guerrillas que queremos evitar que la cultura se considere sólo algo serio”, y que se asemeja a un mosquito, una especie incómoda, y que crea una cultura que vuela y que no tiene los pies en el suelo:

LIMPIAR EL ARTE

A ver si me funciona la elipsis.

improvisación

James Joyce publicó su poemario Chamber Music en el año 1907 (el título hace referencia al sonido del pis al chocar con el orinal, chamber pot en inglés). Marcel Duchamp presentó su urinario en el año 1917. John Cage compone su pieza de silencio 4’33”, una partitura sin una sola nota, en el año 1952. Joseph Beuys enuncia su famosa frase “todo hombre es un artista” en el año 1979.

La importancia de limpiar el retrete radica en que dejas espacio a la vida, a dejar que la vida pase, a no negar los rincones, los residuos, una apertura generosa a lo que viene, a lo que llega. Como la improvisación misma, como la vida misma.

La música tiene el poder de convertirse en el centro de atención, y aquí es donde el músico regula el dar espacio o convertirse en un agujero negro que chupa todo lo que se pone a tiro. La música no es buena y bella por naturaleza y de forma absoluta, es mala si se convierte en agujero negro que todo lo barre. De aquí la importancia de barrer y fregar y limpiar el retrete.

Estos grandes artistas de la vanguardia, más allá de la extravagancia a la que se les asocia de forma superficial, dieron espacio, y aire, y fuego al arte, y abrieron puntos de fuga por donde colarse la vida. Todas las voces son genuinas, interesantes, insustituibles, únicas, empezando por la de uno mismo.

La grabadora es uno de los grandes inventos del siglo XX: el sonido como objeto encontrado, ready made, la grabación indiscriminada, totalmente azarosa. El cuerpo irrumpe, entra en escena, deviene: desborda, salta, sale de la página, del cuadro, de la partitura, del disco para empezar a escuchar, leer, mirar, tocar, pensar, escribir, vivir de otra manera, por sí mismo…, ¿la creación?

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