Deseando estaba que saliera el álbum Vermillion de la preciosa y talentosa Simone Simons para escucharlo y escribir sobre ello. Había escrito anteriormente sobre su tema Aeterna, y después pudimos escuchar R.E.D., que personalmente me parece brutal y me gusta mucho más que Aeterna.
En esta ocasión quiero escribir del álbum de una forma más orgánica, más original. Y como soy una gran fan de Simone y de EPICA, me gustaría escribir esta reseña contándoos mis primeras impresiones al escuchar el álbum por primera vez, ya que normalmente lo suelo hacer cuando ya le he dado un par de vueltas al álbum y lo he estudiado un poco más a fondo, pero en esta ocasión lo que quiero transmitir es mi reacción al escuchar tema a tema.
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Simone Simons y su álbum debut Vermillion
El álbum debut de la holandesa, llamado Vermillion, está compuesto por diez temas, en los cuales ha trabajado mano a mano con la colaboración de miembros de EPICA como Rob Van Der Loo, y también ha contado con la magia de Ayreon, con quien Simone ya ha trabajado en más de una ocasión.
Aeterna es el primer tema de Vermillion que nos abre las puertas al mundo rojo que Simone ha imaginado y creado. Me parece una pieza musical con muchos contrastes, con mezcla de sonidos electrónicos, y es como una canción con aires futuristas, y quizá sea porque ya la he escuchado anteriormente o no sé muy bien porqué. Es un gran tema para iniciar el álbum, pero me parece mucho más interesante R.E.D. como decía anteriormente, aunque a ese punto llegaremos más adelante.
El segundo corte de este álbum Vermillion es la canción In Love We Rust, canción que habla de cuando el amor se enfría en una relación, promesas incumplidas y mentiras. En definitiva, y como el titulo mismo indica, cuando el amor se oxida. Musicalmente es una balada que de romántico no tiene nada, sino que habla de una realidad muy latente en nuestros tiempos, aunque la podemos llevar a cualquier tipo de relación, es decir, no sólo al amor romántico, sino más bien a que desde hace unos años las relaciones entre personas son cada vez más frías, ¿no creéis?
A veces las redes sociales nos hacen contactar con mucha gente, pero ¿qué importancia tienen esas personas en nuestras vidas realmente? A la humanidad en general le falta más amor del bueno, del sincero, si no, se oxida. Quizá me he puesto muy filosófica, pero así es como lo siento.
El tercer tema de Vermillion sin duda es de mis favoritos, pues es una pedazo de colaboración con otra reina del metal, la guapísima Alissa White-Gluz, Cradle to Grave, en un tema que le da un subidón de adrenalina al álbum. La combinación de la emotiva voz de Simone y los guturales de Alissa son una auténtica bomba de relojería. Musicalmente es una pieza extraordinaria.
Damos paso a Fight or Flight, luchar o volar, que empieza suave y lento. Tiene unos acordes de fondo que me recuerda mucho al rock gótico de los noventa. Podría ser perfectamente una melodía de bandas como Dark Tranquillity. Se va animando con riffs potentes que, acompañado de la voz de Simone que siempre me emociona, va ascendiendo hasta convertirse en un tema épico, precisamente (risas).
The Weight of My World empieza con mucha energía, y musicalmente me recuerda un poco a algunas canciones de Ghost, banda que Simone Simons y Rob Van Der Loo admiran mucho. En serio, la voz de Simone es majestuosa, y esta canción es un chute de energía, como que el álbum va alternando canciones potentes y canciones más suaves hasta el momento a partes iguales.
Y con esta canción llegamos al ecuador de Vermillion, que hasta ahora me está gustando bastante. Os recuerdo que voy escribiendo según voy escuchando el álbum por primera vez, y os estoy compartiendo mis sinceras impresiones.
Vermillion Dreams, que suena como si de una banda sonora se tratase, me hace pensar en que Simone es una gran aficionada al cine y ella misma reconoce que tiene más películas que discos. Sin duda en este álbum podemos apreciar todas las facetas de la artista. A partir del minuto 4:00 este tema se eleva, atrapándote en ese sueño rojo y llevándote a una especie de clímax musical.
Y como vengo diciendo hasta ahora, Simone nos da una de cal y otra de arena, canción enérgica y canción suave. Pues ahora pasamos a lo cañero con The Core, que empieza brutalísima. Esta canción sí que me atrapa desde el primer momento. Quizá tenga un sonido más parecido al de EPICA, y sencillamente me flipa de principio a fin. Junto a R.E.D., de mis favoritas del álbum.
Alcanzamos ya el minuto 33:00 de Vermillion, que da comienzo a Dystopia, tema que Simone interpreta como si fuera la bruja mala del cuento. Tiene una vibra oscura, como si te adentrases en una pesadilla, pero es que aunque Simone quiera mostrarnos su lado oscuro (que lo tendrá, como todo hijo de vecino), esta chica es un amor, y tiene un gran corazón. Es una historia contada con música.
Entonces llega mi favorita de entre todas las canciones de Vermillion, como ya lo he dicho a lo largo del artículo, R.E.D. Es para mí una canción sublime, es la que más destaca para mi forma de ver y entender este álbum, tanto por la potencia de la música como el mensaje de la letra. Esto es bestial, en serio. Se me ponen los pelos de punta. Esto en directo tiene que ser una auténtica maravilla.
Y para finalizar Vermillion, un gran álbum debut de una gran artista que nos ha mostrado todas sus caras y su particular forma de ver el mundo, llega Dark Night of The Soul, una bonita balada con una melodía a piano que nos transporta a otro lugares y nos hace sentir nostalgia. Se escucha también un violín que hace que esta canción nos llegue al corazón, y es que lo digo de verdad, y ya lo he dicho en otros artículos que he escrito acerca de Simone o EPICA, es que la voz de Simone me emociona muchísimo. Es que esta chica canta muy bonito.
Un fin de álbum con el que se me saltan las lagrimitas, así que me dispongo a escuchar otra vez R.E.D., que me da un subidón que alucino cada vez que la escucho, (risas). Y hasta aquí llega mi reseña sobre Vermillion, un gran trabajo sin duda alguna y que espero poder escuchar en directo el algún momento.
¡Enhorabuena, Simone Simons!
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