El disco Nevermind de Nirvana: un icono, un mito, un clásico
Es innegable reconocer que para los que vivimos en su día una adolescencia noventera, sin el Nevermind (1991) de Nirvana la historia no hubiera sido al menos tan apasionante.
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En este mes de Septiembre, se cumplen nada menos que 25 años de la aparición del disco definitivo del grupo, formado por Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl, un soberbio trabajo que sin duda marcó el comienzo de un nuevo movimiento musical, e influyó de manera significativa en multitud de bandas que asomaron tras la consecución de los grandes éxitos obtenidos en la breve carrera del trío.
Desde su icónica portada a los primeros compases del “Smells Like Teen Spirit”, pasando por el rasgeo del “Come as you are” o la densidad de las guitarras de “In Bloom”, junto con una pose y una actitud que molaban a la rebelde muchachada de la época, Nevermind pasó a convertirse en la referencia del sonido que marcó para siempre una época, y de paso a toda una generación.
Desde el mostrador de este insigne Carnicería, no podemos obviar tan importante efeméride y recomendar a nuestros más jóvenes lectores su necesaria escucha, para entender los designos de una nueva serie de bandas que no se conformaron con las reglas comerciales previamente establecidas por la Industria, que afixiaba y reprimía a algunas grandes bandas de los 80.
Algunos críticos y expertos insisten en que sin la desgraciada muerte de Cobain, de la que por cierto hoy en día se siguen sucediendo increíbles hipótesis, y oscuras y desgarradoras leyendas, el impacto histórico de la banda hubiera quedado en algo un poco más relevante que una simple anécdota. Como adivinarán, su seguro servidor no puede dar por válidas semejantes patochadas salidas de las tragaderas de una panda de insensibles, incapaces de reconocer lo que la música de Nirvana ha supuesto para la historia.
Bien es cierto que tras el increíble y totalmente inesperado éxito comercial, el grupo no pudo mejorar, sino todo lo más, tratar de copiar la fórmula del que es su disco definitivo. Aun así, en In Utero (1993) se probó una técnica de grabación nueva, un sonido diferente apreciable por los críticos más conocedores de las técnicas de grabación, algo que sin embargo para el gran público pasó inadvertido, asimilando el nuevo disco como una mera continuación de sus primeros éxitos. Aun así legó para la historia temas como “Rape Me”, “Heart- Shaped box” o las deliciosas “Dumb” y “All Apologies”.
Kurt Cobain sin duda cargaba con el peso artístico en todos los aspectos. Compositor de prácticamente todos los temas, también destacaba musicalmente, ya que como guitarra y vocalista ejercía la mayor parte de responsabilidad. Aun así, Novoselic aportó un peculiar sonido de bajo y alguna gran interpretación en temas como “Lithium”. El excelente baterísta Dave Grohl contribuye a la marca del sonido Nirvana con una ejecución apasionante, potente y realmente imaginativa, que a Dios gracias, el tiempo ha sabido colocar en su sitio. ¿A nadie más le parece que hay mucho de temas como “On a Plain” en la primera época de Foo Fighters?
Se ha escrito, y mucho, sobre desavenencias y problemas entre sus miembros, a lo que su seguro servidor alega “¿Y en que maldito grupo no ocurrre?”. Quizás es probable que los rumores sobre una inminente salida de Grohl fueran algo más que palabrería, ya que éste consideraba el proyecto una aventura más de Cobain y Novoselic que suya, y esto a pesar de resultar primordial para la consecución final que imprimía su estilo.
Al igual que los seres humanos, algunos discos envejecen mejor que otros, o con desigual fortuna, y sin duda Nevermind ha de considerarse simpatizante de los del primer grupo. Desde el corte uno al último, el sonido es impresionate y las sensaciones que ofrece innumerables. También, por supuesto, el viaje en el tiempo que nos evoca contribuye a la magia de un disco que sigue sonando a nuevo. Ojalá pudiéramos afirmar tal verdad al referirnos a la mayoría de trabajos firmados en los últimos años.
25 años ya del Nevermind. No sé si seguirá oliendo o no a espíritu adolescente, pero es a la vez un icono, un mito, un clásico… y hasta me atrevería a afirmar que de los discos más modernos que pueden escucharse para siempre jamás.