Principios básicos para tocar un instrumento

Tocar un instrumento – Principios básicos

por Skinnerbox

instrumento

Sigue a Skinnerbox en su viaje para explicar cómo tocar música electrónica en directo.
Parte 1: Cómo tocar música electrónica en directo: una introducción.
Parte 2: Estructurando tu set en directo (desde el punto de vista informático)
Parte 3: Tocar música electrónica en directo II – Improvisación y público
Parte 4: Más abajo

Como ya comenté al principio, yo toco un sintetizador en los conciertos. Lo hago porque quiero expresarme. Cuando escucho música que de alguna manera me gusta, normalmente suelo grabarla, cantar y silbar sobre ella. En el contexto de la música electrónica, los sonidos acústicos no suelen ser los más apropiados. Por eso yo tengo un instrumento flexible con un amplio espectro de posibilidades sonoras. Esto me permite producir los sonidos que me imagino.

Un instrumento es una herramienta. El objetivo es permitir que una idea se convierta en realidad. Cuanto mejor conozcas tu herramienta, más precisos serán tus resultados. Esto vuelve a ser cuestión de práctica. Del mismo modo que tocar música es algo más complejo que romper un huevo con una piedra, la variedad de cosas a tener en cuenta sobre esa práctica, va más allá de “cómo sujetar la piedra con la mano” y de “cómo mover el brazo para golpear el huevo”. Profundizar en la práctica comienza precisamente con este tipo de cuestiones básicas.

Encontrar la posición adecuada

Muchos instrumentos pueden ser tocados de forma manual y digital (con las manos y los dedos). Así que lo primero a tener en cuenta a la hora de practicar o incluso aprendiendo a tocar un instrumento es encontrar la posición más natural y relajada de tu mano, intentando al mismo tiempo reposarla sobre el instrumento y estar preparado para tocar. Con el piano hay que empezar por sentarse en la posición correcta. Los taburetes de piano se pueden regular en altura y no tienen respaldo. La mejor posición para sentarse es cuando tus piernas hacen un ángulo de 90º respecto a tu cuerpo, colocándolas un poco abiertas para ganar estabilidad, pero pudiendo moverlas si fuera necesario. Por tanto no te sientes demasiado lejos. Tu espalda debería estar erguida y tus manos alineadas con tus brazos (muñecas rectas). Finalmente ajusta la distancia a la que te sientas del piano. Tus manos deberían poder reposarse sobre el teclado sin tensión alguna.

Todo esto puedo sonar un poco estricto y de la vieja escuela; y está específicamente relacionado con el piano, pero te puedes hacer una idea para saber en qué debes fijar tu atención. Y esto es más duro de lo que puedas pensar, ¡porque es realmente vital mantener una rutina de práctica! El propósito de todo esto es conseguir relajar tu cuerpo lo máximo posible. Debes averiguar qué músculos necesitas usar y cuáles no. Por ejemplo, si practicas con algo rápido te darás cuenta que tus brazos se tensan y tus hombros se encogen hacia arriba. El resultado es que tus manos y dedos pierden agilidad de movimiento y que tu objetivo se escapa de tu alcance. Esto es un clásico que le pasa a todo el mundo. Simplemente tenlo en cuneta y si eso para de tocar, relájate y después continúa.

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Movimientos pequeños

Los típicos mecánicos nos dicen: ¡Q=C*´o! El trabajo es el resultado de fuerza y desplazamiento. Para traducir esto a nuestro tema: El esfuerzo de presionar una tecla es proporcional al esfuerzo que necesitan tus músculos para mover tus dedos al apretar y volver a soltar la tecla, a la distancia que recorren. Esto significa que es mejor mover todo el brazo en vez de sólo los dedos, ya que eso es menos efectivo porque necesitas más fuerza (el brazo pesa más que el dedo, ¿no?). Nuestra fuerza muscular es limitada, por lo que menos efectivo significa: “cuesta más tiempo”, lo que realmente significa es que “la velocidad es limitada”. Si quieres tocar rápido necesitas restringir tus movimientos a lo mínimo necesario. Ahora igual te queda más claro por qué relajar los músculos que no necesitas usar es tan crucial.

A parte de tocar ridículamente rápido y conseguir un montón de reproducciones en YouTube por una actuación más acrobática que musical, existen muchos otros aspectos de cómo tocar un instrumento: La Expresión.

Profundizaré más en este aspecto en uno de mis próximos artículos, en que hablaré sobre la estética. Por ahora sólo usaré un aspecto, llamado “Dinámicas”, para dar un ejemplo aplicable a la relajación muscular. Imagina la simple idea de tocar notas corcheas con un tambor de mano, unos bongos por ejemplo, pero podría ser también la mesa a la que te sientas; la música puede suceder en cualquier lugar. Como ya comentamos antes, solo quieres usar los músculos que realmente necesitas para golpear el tambor: tus dedos y igual tu mano si quieres un poco más de potencia. Tus hombros y antebrazos no participan aún y están relajados. Hacer esto puede ser aburrido después de un rato porque es todo una repetición de simples sonidos. Si quieres darle un toque más picante puedes simplemente acentuar cada cuarto golpe. En cualquier caso esto no significa aplicar más fuerza con tus dedos y manos, que están siendo empleados para ocuparse de llevar el compás de las corcheas. Son tus articulaciones superiores del brazo las que deben ocuparse de hacer eso. Solo tienes que levantar el brazo antes y dejarlo caer en el golpe que quieras acentuar. La fuerza extra para ese golpe se produce de esta forma independientemente de tu mano. Las partes más ligeras para las acciones rápidas y las más pesadas para generar patrones superiores.

Conoce tu cuerpo

Un entrenamiento adecuado tiene, en consecuencia, muchos aspectos positivos. Empieza por diferenciar entre los distintos grupos de músculos. Aprende a usarlos independientemente. Probablemente expandas estos conocimientos a todo tu cuerpo. Esto acelerará el proceso de aprendizaje físico en el futuro. Por último, aunque no menos importante, ¡es divertido!

Esta a sido una muy breve introducción al salvaje mundo del entrenamiento. En todas mis próximas contribuciones incluiré temas relacionados con la práctica, para darte métodos de entrenamiento más específicos que te ayudarán a llevar a cabo tus ideas.

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