Diez años de Aqua, año que detuvo el tiempo de ANGRA.
El 11 de agosto se cumplieron 10 años del lanzamiento de Aqua (2010), aunque la versión europea salió a finales de septiembre.
El séptimo álbum de Angra combinó diversos factores que, a una década distancia, nos permiten ver lo disminuida que está la agrupación hoy en día.
Si consideramos a Angra como la conjunción de determinados músicos, podemos decir con absoluta certeza que Aqua fue el último disco de esta agrupación.
Lo que vino después fue la paulatina degradación de un conjunto que se terminó convirtiendo en una banda de covers con Fabio Lione como principal gancho publicitario.
Recordemos cómo se gestó este álbum que no fue sino el preludio del final de una era que hoy en día no ha vuelto a ser alcanzada.
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Aqua: una era que combinó las dos primeras
Hasta ese entonces, Angra se dividía en dos eras: la era Matos y la era Rebirth. La era Matos murió en 2000, cuando Luis Mariutti (bajo), Andre Matos (vocalista) y Ricardo Confessori (baterista) dejaron la banda.
Luego vino la otra era con el lanzamiento del álbum Rebirth (2001), donde llegaron Edu Falaschi (voz), Felipe Andreoli (bajo), y Aquiles Priester (batería).
Aqua significó la combinación de ambas eras, pues marcó el retorno de Ricardo Confessori.
“Tuvimos problemas con nuestro antiguo baterista, Aquiles (Priester)”, narró el guitarrista, Kiko Loureiro, en una entrevista para Radio Metal en noviembre de 2010.
“Él tenía su propia banda —continuó Loureiro refiriéndose a Hangar— y estaba completamente involucrado en su proyecto”.
Pero había otro problema:
“Aquiles estaba más dirigido al metal. Era un muy buen baterista, pero muy dirigido al metal, no estaba tan abierto a otras influencias”, agregó Kiko.
Por su parte, Andreoli platicó ese mismo año para Sea of Tranquility que Confessori fue su primera opción de reemplazo, “pero no la única”.
El bajista explicó que Confessori les pudo ayudar a traer de vuelta “ese sentimiento étnico que estuvo tan presente en Holy Land”, el álbum de 1996 de la era Matos.
El regreso de Confessori fue una circunstancia afortunada. El otro guitarrista de Angra, Rafael Bittencourt, lo contactó para que tocara en su disco solista de 2008, Brainworms I, el mismo año que Angra estuvo en la inactividad.
Loureiro explicó que ese encuentro permitió revivir viejos tiempos, y aseguró que “el sentimiento de amistad afloró de nuevo”.
Algo que no ocurrió con los otros miembros: “con Ricardo nos dimos cuenta que ahí seguía la química, pero no pasó de la misma manera con Andre (Matos)”.
El regreso después de un prolongado silencio
Aqua rompió cuatro años de no sacar material nuevo, el lapso más largo que había dejado pasar la banda hasta ese entonces.
Después de lanzar Aurora Consurgens, salieron de gira durante 2007, hasta que en 2008 tuvieron problemas con quien los manejaba, lo que detuvo las actividades de la banda.
“Para mí fue un descanso —expresó Kiko Loureiro para Radio Metal—. Nos dedicamos a cambiar de manager. Aunque la banda ahí estaba, no hicimos nada desde el punto de vista artístico”.
Fue hasta septiembre de 2009, después de girar con Sepultura, que los miembros de Angra empezaron a trabajar en ideas para lo que sería su próximo álbum.
En enero de 2010 ya habían elegido nueve canciones de aproximadamente 30 piezas que llegaron a componer.
Felipe Andreoli explicó cómo fue trabajar en la casa de campo de Rafael Bittencourt:
“Nos quedamos ahí, y ensayamos las canciones con toda la banda completa durante cuatro semanas”.
A mediados de febrero entraron a los estudios Norcal de Sao Paulo, y para mediados de junio de 2009 el disco ya había sido terminado.
La traición: el tema central de Aqua
Aqua es un álbum basado en La tempestad, no sólo la última obra escrita por William Shakespeare, sino la única donde al final el vengador perdona a sus enemigos.
En la portada está representado Próspero, el protagonista que fue enviado al mar por su hermano, Antonio, para morir en un bote.
“De hecho, lo que pasa en la obra se relaciona mucho con lo que nos ha pasado en los últimos años —reveló Loureiro—. Alguien muy cercano a nosotros nos traicionó, como el hermano de Próspero”.
Así como Próspero perdona a su hermano, “nosotros nos sentimos de esa manera actualmente”, aclaró el guitarrista en aquella entrevista de 2010 y comparó:
“Continuamos con Angra, no miramos atrás. Siempre tenemos una mirada optimista al futuro, y eso es un poco lo que ocurre en la obra”.
Todo parecía ir viento en popa, sobre todo porque el año siguiente iba ser el 20 aniversario de Angra.
Aquello significaba que Felipe Andreoli y Edu Falaschi cumplirían 10 años en la agrupación, casi la misma cantidad de años que militaron Luis Mariutti y André Matos.
Ahora ninguna época podía ser más añeja que la otra. La historia los vería finalmente a la par.
La gira que marcó el fin de ese Angra
Aqua World Tour comenzó en la tierra natal de Angra, Brasil, el 8 de agosto de 2010 en el Bahia Café Hall, y terminó oficialmente el 31 de julio en Macapá.
La gira comenzó a lanzar las primeras señales de lo que hoy ya es un hecho: el nivel de convocatoria de la agrupación iba en descenso.
En Chile, en el Teatro Teletón, alcanzaron con mucho esfuerzo el medio millar de asistentes, y en la Sala Ritmo y Compás de Madrid tampoco lograron una destacada asistencia.
Luego vinieron las dos últimas fechas del 2011. La última habría de ser la celebración máxima de la agrupación por su vigésimo aniversario, Rock in Río, pero las cosas salieron mal.
La voz de Edu Falaschi simplemente colapsó. La agrupación tuvo que sacar un comunicado aduciendo problemas técnicos, pero nunca señalando la voz de su cantante.
“Tuvimos una lucha heroica contra 60 minutos de problemas técnicos en escenario… No fue nuestro propósito que fallaran los micrófonos”, justificó la banda.
Falaschi publicó más tarde su propio comunicado reconociendo que cantar en Angra significó “adaptarme a una forma particularmente alta de cantar que estaba totalmente fuera de mi alcance”.
En una entrevista para Max Metal en 2018, el vocalista recuerda todo de la siguiente manera:
“Estaba solo en esa batalla, enfermo, triste, tratando de mejorar, y ese show fue mi límite, ¡así que renuncié!”.
Aquel fue el último concierto de Edu Falaschi como miembro de Angra. En mayo de 2012 anunció finalmente su salida de la agrupación, además de remarcar su distanciamiento con Felipe Andreoli.
En su comunicado, Falaschi dijo que su salida le significó “una mezcla de alivio, alegría y tristeza”.
¿Por qué Angra no volvió a ser Angra?
Aquella fatídica tarde de Rock in Río fue la última presentación de Angra con una formación netamente brasileña.
Medio año después de que Edu anunciara su salida de Angra, Loureiro habló con Hellpress sobre su salida:
“Él —refiriéndose a Edu— ya no se estaba sintiendo cómodo cantando en tonos altos, le provocó algunos problemas graves en su voz y, además, quería ir en otra dirección como vocalista”.
Para ese entonces, Angra ya tenía agendado un concierto a finales de enero en un crucero.
Aunque el guitarrista mencionó que se encontraban haciendo audiciones, mismas que estaban a cargo de Bittencourt, ya tenían un reemplazo.
Así lo anunció el mismo Loureiro en dicha entrevista de diciembre de 2012:
“Haremos un concierto en el 70.000 Tons Of Metal de Miami el próximo mes de enero. Vamos a invitar a un amigo para que cante allí —refiriéndose a Fabio Lione sin mencionar su nombre—“.
¿Qué vino después? Una oscuridad total, pues, aunque siguen siendo compositores e intérpretes de élite, no han sido capaces de crear una nueva canción verdaderamente referencial.
¿Qué significa referencial? Que tenga la capacidad de mantener a la banda vigente, sin necesidad de seguir volteando al pasado.
¿Qué hizo Angra después de Aqua? Celebraron el 20 aniversario de Angels Cry con Fabio Lione, y luego lanzaron Secret Garden (2014).
¿Y qué hicieron después? Celebraron el 20 aniversario de Holy Land para más tarde lanzar ØMNI (2018).
En sus siguientes giras tocaron más canciones de Temple of Shadows y Rebirth que de Aqua, demostrando que aquel álbum fue el broche final de la agrupación.
“Creo que ha habido discos menos inspirados para Angra —estimó Loureiro en Hellpress—, pero estoy de acuerdo en que nuestra ejecución en Aqua no fue muy buena. En esa ocasión no nos dirigimos hacia otras posibilidades musicales, pero creo que hay canciones y melodías muy buenas”.
La gente sigue ubicando piezas eternas como Angels Cry, Carry On; Nothing to say y Make believe; además siguen viendo a Temple of Shadows (2004) como su obra máxima.
Y le son completamente ajenas canciones como Perfect Symmetry, Black Hearted Soul; Light of Transcendence y War Horns, grandes composiciones de sus dos últimos álbumes.
La historia de Angra terminó hace diez años con Aqua.
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