Caminando entre mis soledades y calles, llegué a la Plaza Abaroa (en pleno corazón de Sopocachi), una zona residencial y bohemia por tradición paceña, donde me encontré con un par de Ferias artesanales y musicales. Me quedé rondando de extremo a extremo apreciando la variedad creativa de los expositores, escuchando nuevas propuestas sonoras.
Estaba como siempre ansioso debido a mi abstinencia alcohólica, y pretendiendo encontrarme con el doctor jamaiquino que me brinde las hierbas necesarias para apaciguar la psicosis que me ha brindado la existencia en este plano terrenal y la fama criolla.
Ya con los nervios encrespados, además que sin hogar donde retornar, me quedé atónito, casi relajado, al escuchar las jocosas líricas y preciosas melodías de un grupo que llevaba tiempo llamándome la atención, y que hasta ese instante no podía dar con él.
Boquiabierto quedé al reconocer a los nuevos baluartes de la música contemporánea boliviana, hecha con picardía, alegría, actitud, energía plena y brillantez. ¡Sí! eran nada más y nada menos que Las Ovejas Negras de Tupiza, en un show acústico sin precedentes. Luego de la actuación me acerqué perspicazmente gracias a la buena onda de un amigo conocido que los vio en primera fila.
René Hanel me presentó al vocalista del grupo, que está dando qué hablar, haciendo bailar a medio mundo con su pegadiza y auténtica propuesta de Rock, mezclada con la Tonada y el modismo de su tierra natal, ubicada al sur de Bolivia.
Al fin logro una entrevista en vivo, con ese calor humano que tanto se necesita, con esas sonrisas y alegrías que te dan los sinsabores de la viditay. Nos paseamos unas cuantas cuadras paceñas -mientras acompañaba a la puerta de su próxima tocata- conversando con Aldrin (voz y guitarra) en exclusiva para LaCarne Magazine.
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Las Ovejas Negras de Tupiza, bendecidos por la magia divina de la música
Acá estamos con Las Ovejas Negras de Tupiza. Un saludo para todos. Qué, tal hermanas y hermanos. Saludos a tod@s los que nos están leyendo. Hermano, ha sido un hermoso encuentro. ¿Cómo nace el proyecto musical Las Ovejas Negras de Tupiza?
Bueno, nace prácticamente en Cochabamba. Estuve tocando con un amigo peruano que estaba en un grupo llamado Uchpa. No sé si has escuchado.
Claro que sí, compartimos escenario en el Teatro Al Aire Libre de La Paz, con un lleno total conmemorando los 40 años de la declaración de los Derechos Humanos (diciembre 2002). Fue un espectáculo producido por el Defensor del Pueblo, a la cabeza de Ana María Romero de Campero (+). A
Algo inolvidable para los que participamos en aquel Festival, además que la banda Uchpa cerraba el encuentro musical con su original propuesta de Quechua Rock Blues, algo que me llamaría la atención e inspiración para posteriormente producir y generar el Aimara Hip Hop en El Alto con el WaynaRap (2004).
Wow, tocaba con Christian Alejo, el primer violero de esa banda (que estaba en los inicios). Ahí hemos decidido ser Las Ovejas Negras.
Después me fui a Tupiza y conocí al guitarrista y bajista, que son hijos de Don Willy Alfaro -un gran compositor-, y, bueno, con ellos hemos empezado a fluir, porque también son chicheños, y tenemos esa esencia de la Tonada.
En ese instante le interrumpo las palabras al protagonista de la presente edición, pues se nos cruza en el camino Don Dardo Greco, a quien le saludo estrechándole la mano, y él me extiende una invitación personal para su actuación en el Cine – Teatro 6 de Agosto.
Rápidamente retomé el hilo conductor de la entrevista, comentando que nos había convocado a su show el único cantante de Tango argentino que reside en la ciudad de La Paz desde que yo me acuerdo, y me disculpé por no presentarlos mutuamente (los nervios me jugaron una descortesía típica de la emoción del momento). Pero continuemos por favor.
Bueno, con estos muchachos, Ramiro e Iván, hemos empezado a sacar los temas. Yo compongo, y ellos van adornándolos con el bajo y la primera guitarra.
¡No te hemos presentado, hermano!
Ja, ja…
¿Cuál es tu nombre y dónde has nacido?
Aldrin Sibila Nogales. He nacido en Tupiza – Potosí, al sur de Bolivia.
Hermoso momento para charlar un poco más. Las Ovejas Negras de Tupiza han dado patada voladora y entran con el Sello Discolandia (que es una de las pocas disqueras sobrevivientes en nuestro país) a firmar su primer álbum. ¿Cómo fue el proceso de producción de este disco debut de Las Ovejas Negras de Tupiza?
Bueno… un trabajo ¿no? Los de Discolandia son bien serios. Un poco fue apresurado -tal vez- el trabajo, porque ahí el tiempo es oro. Tuvimos que hacerlo lo más rápido posible, aun así salió bien.
¿Grabaron ahí? ¿En los Estudios antiguos de Discolandia?
Sí, en Obrajes.
Wow…que linda experiencia, en tiempo record. ¿Qué titula el disco?
Revolución Mental.
¿Cuántos temas nos trae?
Diez canciones.
Lo presentaron el 2021, ¿qué tal les fue?
Lo hemos presentado en agosto en Tupiza, y de ahí comenzamos una pequeña gira por Cochabamba, Sucre, Santa Cruz, Samaipata, Tarija.
¿Cómo está la respuesta del público con Las Ovejas Negras de Tupiza?
Excelente, excelente. Lo bueno es que la banda ya se ha estabilizado muy bien.
¿Quiénes integran la banda?
Iván (bajo), Ramiro (guitarra), Alan (batería) y Aldrin (voz y guitarra).
Han sido bien recibidos, están de gira. Coméntanos del material -que es lo que nos gusta a los melómanos de la revista-, ¿qué está hablando Las Ovejas Negras de Tupiza? ¿Cuál es la temática? ¿Un pincelazo del nuevo disco?
Eh…un poco tiene contenido social ¿no?
He escuchado un par de canciones que me han llamado mucho la atención. El tema dedicado a las personas queridas que se van me ha encantado y hecho sentir, ¿entra en el álbum?
Ah…El Quenchozito. Sí, está en el álbum. Bueno, está un poco variado. El disco tiene de todo un poco, tiene un poco de picaresca con La Mosquita Muerta, el Laka Laka.
¡Y con harto modismo tupiceño!
Sí, sí…también un poco la Tonada, el ritmo boliviano ¿no? Tratamos de hacer un Rock, pero bien boliviano.
Hermoso, tienen un feeling bien auténtico. ¡Y eso que los bolivianos tenemos poca autoestima e identidad propia!
Sí.
Ustedes están rompiendo con toda esa maldición de bajas vibras, otra vuelta -podríamos decir-.
Sí, sí, sí.
Digamos, fenómeno post Lou-Kass llegan Las Ovejas Negras de Tupiza. ¡Que Discolandia no le abre fácilmente las puertas a nadie!
Ah…sí, me dijeron eso. Lo bueno fue que a la señora (que ya falleció), Doña Dueri, le gustó mucho lo que hago, y contra el Ingeniero de Sonido y contra todos dijo: ¡no, Las Ovejas Negras de Tupiza graban y graban! Ja, ja, ja…Que En Paz Descanse.
¿Ella escucha el material y parte a mejor vida en COVID?
Sí.
Oh…sensible, pero linda anécdota. O sea, la Reina del Imperio Discolandia aprueba que ustedes entren, y, en contra de viento y marea, ustedes registran el material, que ahora está -me imagino- dando qué hablar a medio mundo.
Sí, he visto en las plataformas que hay bastante respuesta por el Internet. Aquí también la gente en los conciertos ya…
¡Coreando los temas!
Coreando los temas.
Como decía Sting en una última entrevista, las canciones se hacen solas y van caminando solas, vienen de una cierta divinidad hacia nosotros. La gente está aprendiendo sus canciones como si las conociera de toda una existencia, porque tienen precisamente esa magia. ¿Qué temas están siendo ya coreados por el público?
Las Flores del Valle Encantado. No sé si la has escuchado
Aún no, hoy acabo de escucharlos -al fin-, y estoy muy contento, ¿la han tocado?
No, no la hemos tocado… pero ésa sí que corean las “flores” (las chicas), es su canción preferida. Después, La Mosca Muerta también corean demasiado. Hay otra que no está en el álbum, que es Botellita de Jerez, igual está pegando. El Flash, y Las Hierbas del Olvido que corean bastante.
La portada, ¿quién se encargó en trabajarla?
Yo.
Eres un artista multifacético que tienes ese carisma que a muchos de los “artistas de redes” les hacen falta, porque creen que, poniéndose una producción de mucho dinero y alta definición, van a ser lo máximo. Ustedes van en contra de todo esto con una sencillez que la puedo vibrar. ¿Cómo está el proyecto 2022 para Las Ovejas Negras de Tupiza?
En enero tenemos programado grabar otro álbum en Santa Cruz, ya no con Discolandia.
Ahora, ¿con quién van?
Nelson se llama el dueño del Estudio, y que también ahora será nuestro manager. Ya hemos hecho contrato. Quedamos seriamente en grabar el segundo disco ahí. Espero que entre enero y febrero nos vayamos a Santa Cruz hasta terminar de grabar.
¿Qué influencias musicales has recibido en la vida?
Pink Floyd… bastante desde niño. Mis hermanos escuchaban Pink Floyd desde que amanecía, entonces yo he crecido con esa música: The Doors, Supertramp…
Digamos que el Rock de esa época.
Sí, sí, sí… porque mis hermanos eran roqueros, ¡nops! En la casa sólo se escuchaba esa música. Y después también me gusta Manu Chao, de todo un poco. No escucho mucha música, hermano, no tengo tampoco celular.
¿Manejas las redes sociales?
No.
Hay muchos artistas que están en ese tren porque saben que te ocupa mucho tiempo y espacio, además energía.
Sí, yo estoy convencido que es necesario, ¿no? Pero… no sé, hay algo que me dice adentro: ¡no, no… esto no es para vos! Ja, ja…
Ja ja… yo igual. He tenido muchos problemas gracias al Facebook, y es recomendable no usar sin saber el propósito. Yendo más allá, sin conexión a Internet en un retiro personal, ¿qué discos recomiendas para irse de viaje?
Moby me gusta mucho.
¿Qué álbum?
Todo, me encanta Moby.
Del comienzo al final Moby es alucinante, ¿no? Empieza y termina en un viaje muy astral. ¿Qué más nos recomiendas de la música que gustas?
Estos últimos… hay un grupo The Hu de Mongolia, son muy buenos.
Uy… los escuché últimamente con un tema (Wolf Totem) en colaboración junto al vocalista de Papa Roach, realmente aluciné.
Y antes de finalizar nuestra charla y jocosa conversación, se acabaron las energías de la batería del celular, y se frenó en seco la brillante entrevista. Aldrin me comentaba que partían a la ciudad de Cochabamba para finalizar el rodaje de su videoclip, que más de la mitad fue grabado en Samaipata (Santa Cruz).
Durante la edición de la presente entrevista, pude disfrutar del álbum Revolución Mental en el Canal YouTube de la empresa discográfica, que, nuevamente han ganado para sus archivos, una placa discográfica que trascenderá el tiempo y espacio de seguro. Las Flores del Valle Encantado, La Mosquita Muerta, y el álbum completo suenan genial.
Cerrando el encuentro fortuito, y aclamado hasta por los más escépticos, luego de desearnos éxitos presentes y venideros en el frontis del local ubicado en dependencias de la Universidad Real, me salpicó una emotiva chispa de alegría en el alma peregrina, pues Aldrin invitó formalmente a compartir a la Marraketa Blindada en una próxima canción que irá hilvanando melódicamente para que pueda participar con algún parafraseo vocal, que formará parte del próximo álbum de Las Ovejas Negras de Tupiza.
Orgulloso, me retiré a mi alcoba, en ese inmutable silencio de los monjes musicales que meditamos en ritmos y versos hechos canción.
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Me parece muy buen rock y lo mejor es boliviano. Sigan adelante.