Feminismo y Música desde Extremadura 2022

Seguimos en pandemia, pero hay que reconocer que el Feminismo es un movimiento claramente transversal, y que ningún virus biológico va a debilitar el poder de convocatoria y movilización de este fenómeno, que va por su cuarta ola a lo largo de la historia.

La igualdad de género es una reivindicación unánime a nivel mundial, ya que la sociedad va tomando conciencia tanto de las formas más extremas de explotación, como la sexual o reproductiva, hasta las formas más sutiles de violencia o desigualdad, como el acoso callejero o la brecha salarial.

Desde diferentes ámbitos se trabajan en la igualdad, ya sea educación, salud, deportes, empleo, universidad, y, como no, en la música. En este nuevo número, hablamos con 3 mujeres que, desde diferentes ámbientes relacionados con la música, nos comentan y nos expresan su opinión sobre el Feminismo.

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Música y Feminismo: Gema Guerra, Inma González y Prosav

feminismo gema guerra
Foto: Francis Villegas

Gema Guerra es redactora del Grupo Prensa Ibérica, y periodista habitual del mundo de la cultura para El Periódico de Extremadura.

Activista feminista y del Colectivo LGTBIQ+, es una de las fundadoras y organizadora de Grito festival, además de haber sido presentadora de otros festivales como Parque Sonoro. Si hay un referente periodístico cultural y musical en la región de Extremadura, es ella, y para nosotros es un lujo poder conversar con ella.

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Inma González es una artista multidisciplinar cacereña, responsable del maravilloso vídeo de animación llamado Martílandrán de la formación Fônal. A Inma la conocemos por ser la líder de Fônal, donde ya en algunas de sus canciones utiliza el empoderamiento femenino, además es la voz de producciones electrónicas alemanas, y, cuando le apetece, es la reina de la fiesta como Dj Surprise. Arquitecta técnica de profesión, sus inquietudes artísticas le están llevando a lo más alto de la cultura extremeña.

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Prosav es Paula Rosa Valiño, una de las raperas más interesantes del panorama Hip Hop extremeño. Detrás de esta Mc de La Serena, tenemos a una maestra de portugués, cuya vida oscila entra las clases y las rimas en un escenario o en un aula. Se muestra esquiva en redes, porque donde realmente nos muestra como es ella es encima de un escenario.

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¿Qué es para ti el feminismo?

Gema Guerra: Al feminismo le debo todo. Es el motor que nos ayuda a avanzar como sociedad. Una sociedad feminista siempre es más justa y mejor. No concibo quien soy a día de hoy sin todo lo que me ha enseñado el feminismo en referentes y en lecturas.

Todas ellas me han ayudado y me han acompañado en el camino a la hora de tomar conciencia, y de abrir los ojos en todos los ámbitos de mi vida. Identidad, sexualidad, y aspiraciones, ya sean laborales o de otro tipo.

Es importante tener claro que es un movimiento transversal e interseccional que lo aborda todo. Y que debe recoger a todas sin excepción. No hay feminismo posible sin las mujeres racializadas y las mujeres trans.

Inma González: Vivir y reivindicar una perspectiva igualitaria en todos los ámbitos, para que llegue un momento en el que no sea noticia que una mujer hace tal o cual cosa, que llega a este puesto o al otro.

Prosav: Para mí, el feminismo es no tener que llegar a definir o explicar qué es el feminismo. No sé si me explico. Mientras sea necesario hablar de feminismo, está claro que seguirá siendo necesario luchar por alcanzarlo.

A veces se hace justo explicar una y mil veces que el feminismo es una lucha histórica, no es un concepto de moda que hemos inventado ahora, como algunas personas piensan. Una lucha justa. Porque las personas feministas buscan hacer justicia desde la equidad.

Estoy cansada de escuchar el típico discurso que dice: “si el feminismo busca la igualdad ¿por qué solo se favorece a la mujer? o ¿por qué se llama feminismo y no “igualismo”?” (bla, bla, bla…) cansaaaaiiiiiisss y os falta muchaaaa información.

¿Se está avanzando actualmente?

Gema Guerra: A nivel de sociedad, personalmente si hago la comparativa con mi infancia, por supuesto que se ha avanzado. Recuerdo esa época, y en veinte años se ha producido un cambio en una generación que está cansada y harta de callarse abusos en todos los sentidos.

No olvidemos también que para que esto se produjera, muchas mujeres tuvieron que exponerse para alcanzar determinados derechos para todas. Ahora vivimos una nueva fase, y es apasionante comprobar cómo las nuevas generaciones de mujeres ya parten de esa conciencia. A mí me genera admiración y orgullo.

Por supuesto que hemos avanzando, pero que no se nos olvide que queda mucho. No olvidemos las cifras de abusos, de violaciones, los asesinatos machistas cada día, y la ausencia de mujeres en todos los ámbitos de poder. 

Inma González: Sobre todo se está avanzando, porque en general se tiene conciencia de la situación, se habla del asunto, y se pueden identificar los comportamientos machistas para poder proponer acciones que los combatan.

Prosav: Me atrevería a decir que sí. Y qué gusto decirlo (suspiro de alivio). Si comparamos mi generación con la de mi madre o mi abuela, se podría decir que sí hemos avanzado.

Cuando hablo con mi madre de feminismo, me dice que ella no entiende de estas cosas. Tengo que señalar que mi madre es una mujer rural de los años 60, que tuvo que dejar el colegio para ponerse a trabajar porque era huérfana de padre, y tenía que ayudar a mi abuela en los trabajillos que le iban saliendo por el pueblo. No obstante, me escucha cuando intento explicarle algunas cosas, y cómo se verían desde una perspectiva feminista actual.

Imaginaos ahora los trabajos a los que podían acceder las mujeres en la época. Recuerdo una frase que decía mi abuela: “siempre he sido la fregona del ayuntamiento”, aludiendo a todas las horas que había pasado limpiándolo para poder conseguir un mínimo de dinero para alimentarse a ella y a sus hijos.

En la actualidad, aunque siguen existiendo estos problemas de precariedad laboral, haciendo que en muchas ocasiones la mujer quede desprotegida y desamparada, hay asociaciones implicadas que luchan por nuestros derechos, y eso a mí me llena de tranquilidad, porque sé que en una situación parecida a la de mi abuela o mi madre, mis derechos se verían más protegidos.

Es cierto que la mujer ya puede votar, puede acceder a estudios superiores, o puede ir a sacar dinero sin permiso de nadie. Bueno, corrijo, puedes hacer esto dependiendo de la zona del planeta donde vivas. Entonces, ¿se está avanzando en feminismo? Tal y como comenté al principio, sigo pensando que sí, pero ¿se está avanzando en todo el planeta por igual?¡ATENCIÓN SPOILER! la respuesta es NO.

La realidad es que NINGÚN país del mundo ha alcanzado la igualdad de género, y la falta de feminismo sigue dando pie a injustas diferencias, como la brecha salarial, la violencia, los techos de cristal, o el derecho a decidir sobre algo tan simple como es nuestro cuerpo.

En definitiva, se están consiguiendo avances, pero hay que darse más prisa en conseguir más y mejores.

¿Es la música un medio para reivindicarlo?

Gema Guerra: Por supuesto. La música es el mejor medio para apelar a las sociedades a través de las emociones. Es una herramienta que trasciende a clases sociales y a otro tipo de barreras, así que sin duda si el cambio puede llegar de una manera es a través de la música.

A nivel nacional hay colectivos como Hits with tits, que trabajan para visibilizar el trabajo de bandas de mujeres, y sellos nuevos como Snap Clap Club o Jeanne d’arc, que dan ejemplo sobre igualdad y conciencia lgbtiq.

Inma González: La música es un instrumento válido, al igual que puede haber otros, para la reivindicación. Por su carácter popular, las canciones pueden llevar el mensaje de manera directa y clara a todo el mundo. No hace falta meterse en debates sesudos para reflexionar sobre las situaciones que atacan la igualdad, bien sea a través de la letra, de la puesta en escena, de la propia actitud de los músicos, etc.

Prosav: Por supuesto. Lo es la música y lo es cualquier manifestación artística. Cuando hablamos de arte quiero pensar que nos quedamos con lo que nos transmite la obra, ya sea un cuadro, una escultura, o una pieza musical, y no con quien ha hecho la obra, eso es irrelevante.

De adolescente, cuando empecé a escuchar rap en un pueblo de apenas 500 habitantes, me encontré en primer lugar que se trataba de un género que no gustaba demasiado, y en segundo lugar que apenas tenía oyentes, y los pocos que tenía eran chicos.

Recuerdo que lo primero que escuché de rap fue Eminem, luego vinieron grupos nacionales como SFDK, Doble V, 7 notas 7 colores, Tote King. Pasé muchos años de mi vida escuchando a estos grupos, hasta el punto en el que un día me propuse hacer mis propias canciones. Pero, ¿las mujeres hacían rap?

Me puse a investigar sobre referentes femeninos (ya que estaba claro que hombres había bastantes en el género), y encontré a algunas chicas como Arianna Puello, Úrsula de Sondkalle, Kenyarkana, y la Mala Rodríguez.

O sea que sí, había mujeres haciendo rap, pero por cada mujer había 20 hombres. ¿Qué pasaba entonces? ¿Qué sigue pasando? Es cierto que es difícil encontrar a mujeres que hagan rap. Siempre que me han preguntado algo al respecto, no sé qué contestar exactamente.

Yo soy mujer y me encanta el rap, no miro quién lo hace, simplemente cómo lo hace, y qué me hace sentir, pero es cierto que la falta de referentes femeninos en el género puede que haga sentir a algunas mujeres que esto del rap no va con ellas, o las numerosas letras machistas (que aunque cada vez son menos) siguen existiendo en el rap.

“Acho, pos pa ser tía rapea bien”, “te pareces a la Mala Rodríguez”… Éstas son algunas de las frases que he tenido que escuchar a lo largo de mi trayectoria musical. La primera no tiene ningún sentido, ¿por qué iba a rapear mal por ser mujer? Y la segunda me da un poco de risa. Creo que a veces la gente lo dice desde la ignorancia.

La Mala Rodríguez es la cara visible por así decirlo del rap femenino español. Cuando recapacitan en rap y en mujeres, muchas personas piensan automáticamente en la artista. Creo que por esto, cuando algunas personas escuchan mi música, la asocian directamente con la Mala, pero estoy lejos de parecerme a ella o de querer hacerlo. Yo solo quiero parecerme a mí misma, sonar a Prosav es más que suficiente.

Es por esto que cuando escuchéis mi música, quiero que os olvides de lo que soy, y os limitéis a sentir lo que estoy rapeando y punto.

¿Hay trabajo por hacer en Extremadura?

Gema Guerra: No diría que todo porque se están haciendo cosas, pero hay mucho trabajo por hacer. A gran escala hay intentos de programar con perspectiva, pero a mí parecer son todos intentos fallidos de ejercer el feminismo en las artes, porque luego rascas y te encuentras que la obra está dirigida por un señor, el elenco al completo es masculino, y que no se incluyen a mujeres salvo en el escenario para lavar la imagen, es decir, son iniciativas que parten ese compromiso porque algo han escuchado, pero no saben cómo hacerlo. Pretenden ser aliadas, y al final se convierten en machistas. 

Luego, ya en la realidad de las salas extremeñas, ya de por sí parten de una escasez de programación porque activas hay dos en toda la región, y diría sin temor a equivocarme que en uno de cada diez directos hay mujeres. Uno de cada diez. Por esa razón nació Grito en 2017, y lamentablemente cinco años más tarde la realidad es la misma. 

Inma González: Por supuesto, como en cualquier lugar del mundo, porque lamentablemente la igualdad no es un hecho todavía, sino una aspiración que pretendemos llegue lo antes posible. Pero el poso de tantísimos años de historia patriarcal no es fácil de borrar, aunque cada acto cuenta. Artículos como éste, por ejemplo, son una gran oportunidad para dar voz a las mujeres.

Prosav: Tal y como comentaba antes, hay trabajo por hacer en Extremadura y en el mundo entero. El planeta necesita ser feminista, y deberíamos tener prisa por alcanzar este objetivo.

La realidad de Extremadura es que predomina el entorno rural, y esto, aunque para algunas cosas está muy bien, para el feminismo no tanto.

Como sabemos, el medio rural se caracteriza por una baja tasa de empleo, y si a esto le sumamos que el poco empleo que existe se caracteriza en su mayoría por la segregación, pues resulta complicado cambiar los roles a la hora de encontrar trabajo.

Tengo la suerte de ser de pueblo (para algunas cosas es una suerte), y por eso he visto en primera persona cómo la mayoría de mujeres de mi pueblo se han dedicado a empleos tradicionalmente considerados femeninos, y los hombres a empleos tradicionalmente considerados masculinos. No obstante, no se trata de generalizar, ya que no todas las mujeres de mi pueblo, ni todos los hombres, cumplen con esta norma tan extendida.

Hay ejemplos como el de Julia Galán (maestra de profesión, pero que nunca llegó a ejercer como tal), ya que su verdadera vocación era el mundo de los negocios y abrir su propia empresa. Así lo hizo Juli (como la conocemos en el pueblo). Siempre he admirado mucho a esta mujer, que además de apostar por su sueño y abrir su propio negocio, lucha por sacarlo adelante.

Otro caso que me gustaría destacar es el de mis vecinas Berna y Estrella, las cuales siempre se han salido de la norma social, y se han dedicado al campo. Trabajan la tierra, además de muchas otras cosas, como la recogida de fruta temporal. Si tengo alguna duda de jardinería o agricultura, no dudo en preguntarles.

No obstante, me gustaría poder acercar el feminismo a mi pueblo y a todos los entornos rurales, porque en las ciudades suele estar más presente, y creo que hay más medios para acercarlo a las personas.

Aunque las mancomunidades de municipios propias de las diferentes comarcas extremeñas cada vez realizan más actividades relacionadas y enfocadas a la mujer, considero que son insuficientes y los ayuntamientos deberían invertir más en seminarios, charlas informativas, convivencias…, ya que sería algo bastante enriquecedor.

¿Se puede desde el ámbito periodístico educar en la igualdad?

Gema Guerra: Por supuesto. La información se puede abordar desde una perspectiva feminista. El solo hecho de que en tus informaciones las expertas a las que recurras sean mujeres, ya estás educando, porque estás dando una perspectiva completa de la realidad, no solo una parte sesgada, como se ha hecho siempre.

De hecho, hay una iniciativa muy interesante que puso en marcha la asociación de periodistas de cáceres, y que creó un directorio de mujeres expertas para facilitar la pluralidad. Otra manera de hacer feminismo es no contribuir ni participar en iniciativas que no sean paritarias. 

Inma González: Cada disciplina artística supone una herramienta valiosa para educar en la igualdad, pero no sólo por el mensaje intrínseco de las obras en sí (en mi caso, a través de la creación de un vídeoclip de animación en el que la protagonista es una chica), sino por cómo intervienen todos los agentes alrededor de la misma: la valoración que se le dé al trabajo realizado por una mujer, el recorrido y el apoyo que pueda disfrutar su obra comparándolo con el de compañeros masculinos, el trato personal que se le dé a la autora (que ha de ser profesional, no paternalista o condescendiente), etc.

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Prosav: Sí, se puede educar en la igualdad. De hecho, no contemplo otra forma de hacerlo. Mi alumnado para mí debe gozar de ese derecho fundamental, aunque a veces pienso que la igualdad debe estar ligada a la equidad, es decir, en algunas ocasiones no es que no podamos tratar al alumnado por igual, sino que deberíamos reflexionar sobre qué forma sería la justa de hacerlo.

Tratarlo por igual sería darle las mismas oportunidades partiendo de que el contexto de cada persona es el mismo, y esto no es así.

A lo mejor un determinado alumno solo necesita que le explique los verbos en portugués, pero a lo mejor María necesita que además de explicarle los verbos en portugués la consuele porque ha llegado al colegio nerviosa por una pelea que han tenido sus padres, o que le proporcione algún alimento porque hoy no ha desayunado, o simplemente que le de un lápiz nuevo porque no tiene.

Entonces, ¿estoy tratando con igualdad a estos dos alumnos? Yo quiero pensar que sí, ya que parto de posicionar a María en el mismo punto del que parte el otro alumno ( este parte de una buena situación familiar y económica), y a partir de ahí le enseño los verbos en portugués.

Hay que mirar con perspectiva lo de dar a todos lo mismo, porque puede que eso sea igualdad, pero a veces más que igualdad hay que buscar la equidad y ser justos en el proceso, porque no siempre se tienen las mismas oportunidades, ni se empieza el camino desde el mismo punto o con las mismas facilidades/ dificultades.

En cuanto a las instituciones, creo que en los colegios se apuesta por esta equidad, al menos la mayoría de docentes están concienciados, y quiero pensar que llevan a cabo tareas responsables de igualdad con el alumnado, aunque, bueno, hay de todo en la vida.

Comentar por último que recientemente se ha incorporado a los centros educativos el plan de igualdad de género, y se están empezando a llevar a cabo actividades de información con el alumnado y el profesorado.

¿Festivales, radios, salas, pubs…, cumplen con la paridad?

Gema Guerra: Aquí ni uno cumple el test de Bedchel. De los grandes festivales, sólo Primavera Sound se comprometió a ser paritario y lo hizo, no sin críticas de los machistas festivaleros de turno.

Hay iniciativas interesantes que analizan estos datos, las asociaciones Mujeres en la industria de la Música (MIM), o la asociación andaluza Territorio de Nabos, analizaron los festivales uno por uno, y solo el Gijón fest llegaba a un 20%, y era el máximo. 

En Extremadura ninguno salvo Grito. Y hace poco una idea que montaron los alumnos del Brocense enfocado a la igualdad y a combatir la brecha en la música, y programaron a Ruiseñora y a Tiburona

Inma González: En general no, aunque se siguen dando pasos adelante. Se suele poner como excusa que, al no existir tantas mujeres dedicadas a la música, no se tiene la oportunidad de elegir en igualdad.

Sin embargo, resulta un círculo vicioso el que las mujeres no tengamos tantos referentes femeninos como nos gustaría (sobre todo teniendo en cuenta lo importante que son en la infancia), ya que así ellas nunca tendrán la ocasión de elegir su camino y estar ahí.

Prosav: Qué más quisiéramos. Pero no, realmente no se cumple, y eso que en los últimos años se intenta que todo sea más “igualitario” en ámbitos culturales.

Hoy en día sé de algunas asociaciones que intentan cumplir con esta paridad cuando realizan eventos públicos culturales, como es el caso de la Komuna (corralón records) en los Santos de Maimona, que apuesta en sus eventos de freestyle por introducir un jurado diverso en el que haya presencia femenina.

El año pasado se pusieron en contacto conmigo para su evento “La Komuna Freestyle”, en el que participé como jurado.

No obstante, hay que ponerse las pilas en este ámbito, ya que, aunque se intenta cumplir cada vez más con la paridad, no es del todo suficiente. No nos podemos quedar simplemente en el intento.

Gema Guerra, ¿qué es Grito Festival?

Gema Guerra: El Grito festival es una idea que surgió precisamente para combatir la ausencia de mujeres en las salas. Nació con esa aspiración, visibilizar y dignificar, desde la perspectiva de la autogestión, la cercanía, y el respeto que tenemos a la música, y que queremos reflejar a las bandas. Si algún día volvemos a hacerlo, seguirá con la misma idea. 

Prosav, ¿qué es Bujaco?

Prosav: Bujaco, además de ser una torre emblemática situada en la Plaza Mayor de Cáceres, es el título de uno de los temas que pertenece a mi maqueta: Pisando Asfalto, grabada por Volton XL en Búnker Studio (Don Benito). Para mí es un tema especial, ya que fue el primero que llevé a videoclip gracias a la ayuda del rapero pacense Yago.

Bujaco representa mi amor por Cáceres. El año que lo compuse fue el primero que viví en Badajoz, y dejaba atrás mi dulce vida cacereña jajaja. Reconozco que lo pase un poco mal cuando dejé de vivir en la ciudad monumental, y me tuve que mudar a Badajoz para continuar con mis estudios de posgrado, ya que me costó adaptarme a la capital pacense, aunque ahora estoy súper agusto y me encanta vivir aquí. 

Una de las frases del estribillo dice: que ya era hora de sonar en la Alcazaba ¿y sabes qué? Que Bujaco me reclama, aludiendo a que por fin me abría a mi provincia en cuanto a lo musical, ya que soy de un pueblo de la Serena, y normalmente esto ha pasado desapercibido (muchas personas pensaban que era de Malpartida de Cáceres, y no, soy de Malpartida pero de la Serena jeje).

Aunque como he vivido algunos años en Cáceres y he conocido más rap cacereño, pues siempre me había tirado más la capital cacereña que mi propia capital de provincia. No obstante, eran otros tiempos. Estoy orgullosa de ser de donde soy, y he descubierto que Badajoz tiene mucho talento y artistas que son un lujo de escuchar y conocer.

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¿Qué le dirías a las mujeres/hombres que no se han sumado todavía al movimiento?

Gema Guerra: Es complicado apelar a alguien que no quiere. No creo que el feminismo sea un movimiento al que hay que presionar para conectar.

Si eres mujer, tarde o temprano serás consciente de todas las violencias que ejercen sobre ti, y si eres hombre, tarde o temprano te darás cuenta de los privilegios o de las violencias que ejerces queriendo o sin querer. Y si eso no ocurre, sinceramente tienes los ojos vendados porque es la realidad.

Yo, desde mi posición, les diría que mirasen más allá, y simplemente actuaría desde una postura feminista. Yo creo que un poso siempre queda. 

Inma González:  Les invitaría a revisar los modelos en los que la igualdad es un hecho, para que pudieran comprobar que todos ganamos. Muchos aún no se han sumado al movimiento por desconocimiento, al estar influidos por una tradición cultural muy larga e intensa; sin embargo, estoy convencida de que, gracias a la educación, el futuro será más igualitario.

Prosav: Que sería muy positivo que lo hicieran.

Aún recuerdo la primera vez que aprendí en condiciones el término “feminismo”, y fue gracias a Beatriz Muñoz, profesora que impartía la asignatura de sociología de género en el grado de Educación Primaria en la Facultad de Formación del Profesorado de Cáceres.

No puedo negar que al principio no entendía muy bien qué era exactamente el feminismo, pero Beatriz, gracias a sus clases, debates, tertulias dialógicas, visitas a la casa de la mujer…, nos mostró una nueva forma de acercarnos a él y de conocerlo. Por eso es tan importante lo de acercar el feminismo a las personas, porque muchas no saben de qué trata, y la información es el primer paso para descubrirlo.

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