El miedo escénico es una paradoja interesante. Muchos cantantes están dispuestos a sufrir parálisis por la ansiedad mientras cantan. ¿Qué nos lleva a elegir y soportar estas auto torturas?
El miedo escénico es normal e incluso útil. Le da a nuestro canto energía, pero cuando el miedo escénico es excesivo y se transforma en algo contraproducente, tenemos que tomar medidas para neutralizarlo. Aquí hay un pequeño truco que aprendí de un entrenador de Nueva York llamado Jim DeBlaises, que puede serte de ayuda para superar ese miedo a actuar en un escenario y que calmará tus nervios.
Consejos contra el miedo escénico
Pregúntate si a lo que tienes miedo va a pasar. Escribe todas las cosas que podrían ir mal, ¿qué es lo peor que te podrías imaginar? ¿Cuáles son tus peores miedos? Haz una lista de todas las cosas que podrían ir mal. Ahora confróntalas una a una realizándolas.
¿Crees que podrías desafinar? Entonces canta unas cuantas canciones desafinado. Si estás asustado de que se te olvidará la letra, vale, canta unas cuantas canciones y olvida sus letras. Quizás te asuste que tu voz se resienta, vale, pues cuanta unas canciones como si la tuvieras resentida.
Haz realidad todos los fallos que puedas pensar. ¿Qué pasa si no llegas a la canción a tiempo? Intenta también eso. Simplemente vuélvete loco, haz todo cuanto se te ocurra. Haz todos esos errores, simplemente haz un trabajo terrible.
No será tan fácil como suena, pronto verás que es más difícil cometer errores de lo que crees. De hecho, es casi tan difícil hacer errores forzados como lo es intentar ser perfecto. Pero después de que lo hayas hecho unas cuantas veces, te darás cuenta de que el miedo comienza a disiparse y tus miedos comienzan a ser graciosos. Pon algo de práctica en esto, no es suficiente sólo con leerlo.
Cada uno trata con sus nervios a su propia manera. He oído varias veces las palabras de Harry Truman, y aquí vienen perfectas: “Si no puedes soportar el calor, entonces sal de la cocina”. Se volvieron útiles cuando empecé a perder los nervios. Por supuesto es en donde quiero estar, en la cocina es donde está toda la acción. Aún recuerdo todos los días por qué quería ser artista al principio.
Si nada de eso funciona para ti, siempre está el truco que Carol Burnett usaba para mantener las cosas en perspectiva. Recomendaba visualizar a tu audiencia desnuda, pero sólo si puedes hacerlo sin ponerte nervioso.