Kilian Noise y su revolución en el shock rock español
La escena musical local es el corazón de cualquier movimiento artístico, y siempre tiene sus peculiaridades, fortalezas y desafíos. ¿Cómo veis la escena musical en vuestra área? ¿Hay algo que cambiaríais o destacaríais?
En estos momentos la escena musical de nuestra área está en un momento complicado. Por un lado, sí que tenemos mucha gente que organiza festivales e incluye bandas emergentes, cosa que nos encanta porque creemos que hay mucho potencial en bandas que están surgiendo. Pero, a pesar de ello, los ayuntamientos, salas medianas, discotecas y mayoría de promotoras prefieren invertir su dinero en bandas tributo y rechazan totalmente la música nueva, cosa que hace que cueste más crecer y que el oyente promedio, deje de ver bandas nuevas.
Los conciertos son una fuente inagotable de anécdotas, y a veces lo inesperado puede convertirse en lo más memorable de la noche. ¿Qué es lo más raro que os ha pasado durante un concierto?
Una vez fuimos a tocar en Valencia, con cero expectativa. No teníamos presupuesto para promocionar mucho el evento y esperábamos que no viniera casi nadie. ¡Pero al final resultó todo lo contrario, conocimos mucha gente nueva, y, para mí, lo más extraordinario es que nos vinieron Los de Marras a ver tocar! Muchas gracias Black Note Club.
Dedicarse a la música no siempre es un camino evidente desde el principio. Para muchos, hay un momento clave que lo cambia todo y les hace tomar esa decisión. ¿Hay algún momento de vuestra vida en el que supisteis que queríais dedicaros a la música?
Cuando fui a ver a Iron Maiden por primera vez. Yo era batería, y vi a Nicko McBrain sentado ahí, haciendo un espectáculo enorme, y fue entonces cuando supe que fuera lo que fuera que hiciera en la vida, tendría que ver con la música, con transmitir un bombo a todo volumen y que le tiemble a la gente el cuerpo.
El equipamiento y los montajes del escenario son una parte esencial de los conciertos, pero también el origen de historias curiosas e incluso caóticas. ¿Hay alguna anécdota graciosa relacionada con el equipamiento o el montaje del escenario?
Una vez, cuando el proyecto todavía estaba empezando, en Londres, íbamos a tocar en el Dublin Castle, en Camden Town. Habíamos pactado con una banda para que nos prestasen un amplificador. Pero, al principio de la noche, desaparecieron y no se les volvió a ver. Así que fui corriendo hacia la casa de un colega a por su amplificador y volví, enchufé la guitarra y empezó el show, pero con la quinta marcha puesta. De toda la adrenalina y estrés, fuimos el doble de rápido en las canciones. ¡Eso sí, quedó un concierto punk muy chulo! JA, JA, JA
Vuestra área tiene una gran personalidad musical, y seguro que hay lugares especiales para disfrutar de la música en directo que merecen ser destacados. ¿Qué lugares recomiendas para disfrutar de música en directo en los alrededores?
La Sala Bóveda, sin duda la mejor para bandas emergentes, por suerte van a tratar de volver a hacer conciertos. Para conciertos ya grandes, Sala Salamandra, sin duda, y ya, un poco más alejados, hay dos sitios muy especiales, Vade Música en Sabadell y Rec On Fire en Igualada. Dos de los mejores sitios que hemos tocado.
Gracias por compartir con nosotros estas historias y reflexiones. Antes de terminar, nos encantaría saber si tenéis algún mensaje final que queréis enviar a vuestros seguidores o a los lectores de LaCarne Magazine.
Recordar que estamos sacando las canciones de nuestro nuevo EP, “Horror Party”, y que el 2 de octubre saldrá esta última para celebrar Halloween por todo lo alto. Seguimos planeando nuestro próximo tour, así que las contrataciones siguen abiertas. Podéis enviarnos un mail si queréis. ¡Gracias por todo, y que la oscuridad os acompañe a casa!
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