
Mala Sangre: el productor extremeño que redefine la electrónica alternativa
Todo artista tiene ese escenario o destino soñado que representa un objetivo a alcanzar, un lugar donde tocar sería como hacer realidad un sueño. ¿Hay algún destino o escenario en el que siempre hayas soñado tocar?
Pues suelo fijarme objetivos alcanzables aunque a veces muy complicados pero alcanzables, Y de unos años a esta parte, es un poco sueño tocar el Monkey Week.
Es posible que la gente piense que es poco ambicioso pero ya te digo yo que es bastante complicado, entonces, pues sí yo creo que sería, aparte de pues un check o un hándicap superado sería muy muy emocionante para mí. Seguramente esté idealizando, pero lo fijo como un punto de inflexión, un lugar en el que si consigues entrar es un indicativo de que vas por el camino correcto. Eso o telonear a Gesaffelstein, pero eso más que un sueño se me antoja una p*ta alucinación.
Es inevitable que el lugar donde crecemos deje una huella en quienes somos y, por supuesto, en nuestra música. Cada ciudad o región tiene una historia, un sonido, una energía que influye en los artistas que la habitan. ¿Cómo crees que tu ciudad/región ha influido en tu música?
Pues si me hubieses preguntado mucho más jovencito cuando empecé con 16 años 18, 20 incluso, te hubiese dicho que muy poco pero hoy en día es parte indispensable de quién soy, de quién soy como persona y por tanto como artista o como escritor de canciones.
Gracias a esta tierra he encontrado un grupo de personas con el que he formado un colectivo, que es La New Wave Extremeña, indispensables para mi, presentes en mi música, como Briggida, que te eriza la piel piel cuando recita lo que has escrito, a Cesar con el que tengo Güalter Sangre, una movida que me hace olvidar por completo la dureza de este camino, a mi amigo y compañero KMKR, principal compinche en toda esta historia y podría decirte mil más, las HIFI, Isa, Marcos o mis amigos de toda la vida que me enseñaron lo que es el DO IT YOURSELF antes de saber que eso tenía un nombre.
Este universo pequeño íntegramente extremeño que no se si hubiese sido posible en otro contexto, por que lo que nos unió en un principio fueron cosas como la falta de oportunidades, la carencia de personas afines con la misma visión y los mismos valores que tú, no deja hoy en día de enseñarme el poder de la comunidad, y lo dentro que llevamos todas la idiosincrasia de esta tierra, que es tan especial especial en algunas cosas.
Posiblemente también forme parte de mi discurso, cosa que siempre intento plasmar en mis canciones ¿no?, por tanto hoy en día es un porcentaje muy alto de lo que digo y como lo digo. Cuando hago canciones y cuando no. Es parte de mi identidad, claro.
La música, como la comida, puede ser una mezcla de sabores y texturas que nos sorprende y nos deja con ganas de más. Comparar tu estilo con un plato puede revelar mucho sobre cómo os defines. Si pudieras describir tu estilo musical con una comida, ¿cuál sería y por qué?
Pues diría que mi música es como un helado de vainilla con aceite de oliva y sal o gambas con chocolate negro. A priori parece raro y poco apetecible quizá pero cuando lo pruebas te das cuenta de que fusionando elementos dispares, es de donde pueden salir los platos más interesantes o con más personalidad.
Las influencias de la infancia siempre permanecen, incluso aunque cambien con el tiempo. Esas primeras canciones y artistas que escuchamos suelen ser las que siembran la semilla de nuestra pasión por la música. ¿Qué música escuchabas de pequeño y cómo ha influido en tu estilo actual?
Pues yo tenía dos tíos con los que tuve la la suerte de poder convivir muy cercanamente con ellos cuando era pequeño. Eran hermanos que eran muy diferentes entre sí y mientras uno me ponía Daft Punk en sus primeros discos o Pet Shop Boys, el otro me ponía Fresones Rebeldes o The Clash.
Una tercera, mi tía, tenía en bucle un VHS de Los Héroes del Silencio en directo y el primer disco de Shakira, y recuerdo con mucho cariño las tardes escuchando con mi madre uno de esos discos recopilatorios, (este se llamaba MUSIC OF THE MILLENNIUM), que traía temas de Queen, con quienes me obsesioné, U2, Bowie, Phil Colins, UB-40… ahí es nada el jaleo que tenía en la cabeza.
Pero creo que esos elementos tan dispares en esa época me marcaron profundamente. Me dieron la capacidad de poder disfrutar de músicas que en su día eran antagónicas culturalmente y con ello unos oídos bien abiertos que perduran hasta el día de hoy.También quería ser como Michael Jackson, pero eso es un tema aparte (jajaja).

Las giras no solo son conciertos, también son viajes llenos de anécdotas, sorpresas y momentos que no estaban en el guión. La carretera a menudo se convierte en una fuente de historias inolvidables. ¿Qué es lo más sorprendente o inesperado que te ha pasado en la carretera?
Pues este año tuve la oportunidad de tocar en Cádiz gracias a las HIFI SESSIONS y realmente iba un poco acojonado ¿no? Era jueves y yo esperaba un Gran Baba semi vacío y yo ahí arriba tocando deseando terminar. Estuvieron pinchando los compañeros y la gente no terminaba de llegar. Pero justo antes de empezar el concierto empezó a llegar gente. Gente que había viajado para verme, querían decirme que había viajado para estar allí conmigo, gente recomendada por otra gente, e incluso personas que no sabían que iban a ver.
Con toda la sorpresa me subí un poco nervioso pero bueno estaba muy bien y fue uno de los mejores conciertos de mi vida a día de hoy emocionalmente. Recuerdo que tuve la necesidad de bajarme a bailar con la gente porque fue increíble, no por la cantidad de público sino por las diferentes historias que me contaron de porqué estaban allí y el cariño tan increíble que recibí esa noche tan inesperada. Si alguien quiere ver el video del momento puede verlo en mi perfil IG, en la parte de Reels ;-).
Gracias por tu tiempo y por compartir estas historias y reflexiones con nosotros. Antes de cerrar esta entrevista, ¿te gustaría dejar unas últimas palabras para tus seguidores o para los lectores de LaCarne Magazine?
Sí, sé que esta revista la leen compañeras y compañeros músicos y me gustaría darles un consejo, que no me ha pedido a nadie (jajaja) y es que, si están en esto les diría que lo indispensable es que no se rindan, que no se les acabe la fuerza, que sigan trabajando que aquí creo que no lo consigues por bueno sino por por pesado básicamente.
O sea que sigan luchando que vayan viendo con mucho cariño cualquier pequeño avance y que nunca la dejen a pesar que no se estén dedicando profesionalmente, que no sea una de esas cosas que abandonas y que años después te das cuenta de que no deberías haberlo hecho. Por que si has conseguido terminar una canción, eso se te clava dentro, y esa sensación de necesidad de hacer otra no se va nunca. Yo sigo en la lucha.
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