Joe Bataan, el padre del Salsoul

Vamos a darle una vueltita de tuerca a la música negra en esta nueva entrega para hablar de Joe Bataan, un personaje poco conocido internacionalmente (ya veréis hasta qué punto), pero muy importante (y que aún sigue vivo y en activo).

Es el momento de soltarse la melena y dejarse llevar por los ritmos latinos, porque vamos a hablar de Joe Bataan, el padre del Salsoul y representante máximo del Boogaloo.

joe bataan

Joe Bataan, el padre del Salsoul y representante máximo del Boogaloo

Nacido como Bataan Nitollano, Joe vino al mundo un 15 de Noviembre de 1942, en la 110 del barrio Spanish Harlem en Nueva York.

Hijo de padre filipino y madre afroamericana, creció rodeado de influencias latinas, principalmente puertorriqueñas, que marcarán el devenir de su creación musical.

En este barrio se encontraba (y lo hace actualmente) la mayor comunidad latina de Nueva York, por tanto la fusión musical es increíble.

En este ambiente nació el Boogaloo, un estilo musical popular de los años 60 que fusionaba el R&B y el Soul con ritmos latinos, como el Mambo, el Guagancó o las Guajiras, y con letras tanto en inglés como en español (R&B latinizado).

Para que os hagáis una idea, era la música que reclamaban las segundas generaciones, hijos de inmigrantes, aún enraizados en su cultura familiar, pero ya criados en EE. UU.

Pero también creció en un ambiente violento, siempre moviéndose entre bandas callejeras enfrentadas unas con otras (como en West Side Story pero sin bailecitos y con delincuencia real…), a saber los Victory’s, los Cahaplains, los Red Wings o los Dragones, banda a la que perteneció Joe Bataan y de la que incluso llegó a ser líder.

Y en éstas estaba nuestro protagonista cuando, con 15 años, fue arrestado por robo de un coche y condenado a 5 años en el reformatorio de Coxsachie.

Esto cambiaría la vida de Joe para siempre, pues estando allí aprendió música y a tocar el piano, y su mundo se abrió a otro colmado de ritmos.

A su salida del centro, formó su primer grupo, Joe Bataan and the Latin Swinger, muy influenciado por el Boogaloo y el Doo-wop, decidiéndose a unir los dos estilos, con una clase…

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Es curioso, Joe no era latino de procedencia, aprendió a hablar español en la calle (escucharle en persona o leer una entrevista suya es todo un reto, os lo aseguro, con una especie de spanglish que utiliza que mucho cuidado para entenderle).

Y así comenzaron, tocando en el barrio, de aquí para allá.

Los Latin Swinger eran chavales de su barrio, menores de edad, y que formaban parte de las bandas callejeras. Joe quería sacarles de ese mundo, así que les puso a tocar con él.

Los padres de estos chavales no querían que sus hijos se juntaran con un ex preso de 22 años, así que Joe iba casa por casa para convencerlos con la firme promesa de que los traería de vuelta a casa antes de la hora de la cena, y así lo cumplía, convirtiéndose en el padrino de un montón de chicos, que de no ser por él estarían hoy a saber dónde, si no muertos.

Para imponerse, los trataba como si el grupo fuese una banda callejera… para verlos a todos ellos.

En palabras del propio Joe: “la gente en el barrio me veía pasar y decía: ¿acaso ése es el pequeño Bataan que solía ser el pequeño gánster? ¿Cuándo ha aprendido a tocar así?”

Y era cuestión de tiempo que se fijaran en él.

Esto sucedió en 1966, cuando Jerry Masucci, el todopoderoso productor de la compañía musical latina por excelencia, Fania Records, le hizo su primer contrato.

Un año después veía la luz su primer single (y qué single) Gypsy Woman, a partir de una versión de The Temptations.

La canción fue un éxito total en el mercado latino, y Fania se aprovechó al máximo del talento de Joe Bataan, sacando juntos 8 discos: Subway Joe (1968), Poor Boy (1969), Mr New York & The East Side Kids (1971) o Saint Latin’s Day Massacre (1972) entre otros.

Antes había estado con otras compañías, incluso creo que regentó varias a la vez.

Tras varios desencuentros económicos con la compañía, abandona Fania Records y ficha por el pequeño sello Mericana, donde grabará un disco Afrofilipino.

Tras esto crea su propia discográfica de música latina, Ghetto Records, donde tuvieron cabida, a parte de sus geniales discos, los artistas más importantes de la esfera latina: Papo Félix, Paul Ortiz o Eddie Lebron.

Y éste es el momento del Salsoul, con esta etiqueta Joe se refería a sus creaciones donde se mezclaban los citados ritmos latinos y de R&B, pero incluyendo letra en las canciones a la manera del Soul, en vez de simples fraseos animosos, como se hacía en la música latina tradicional.

En 1979 dio una vuelta más a su música publicando el single Rap-o-Clap-o, éste será el primer éxito de rap latino. Joe Bataan siempre ha sido un hombre de la calle, y a finales de los 70 la calle reclamaba rap.

De verdad que no os podéis perder el videoclip, canelita en rama lo mires por donde lo mires.

En 1981 decide hacer un parón, un largo larguísimo parón.

Durante este tiempo se dedicó a su familia, y empezó a trabajar en lo que se convertiría en su oficio permanente, educador en el mismo centro de menores en el que él estuvo preso.

Además, sufrió graves problemas de salud, estando en más de una ocasión muy cerca de la muerte.

Vuelve en 1995, gracias a una colaboración con Tito Puente y Eddie Palmieri. Ahora empezaba a recorrer mundo.

En 2005 reaparece en la escena discográfica de nuevo. Fichado por el sello español Vampisoul, saca el disco Call my Name (no es el mejor disco de Joe Bataan, pero os cuento, “la Chica Boom” viene precisamente de una canción de este disco.

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La canción en realidad se titula Chick-a-boom, y con este infradato ya sabéis algo más de mí). Vino a España por primera vez, haciendo su primer concierto en Madrid junto a la banda Los Fulanos, otros buenos personajillos.

En 2009 sacó su último disco, King of Latin Soul, puro oro donde se recogen sus grandes éxitos con una nueva producción.

Y nos volvió a visitar el verano pasado, en esta ocasión en el nunca decepcionante Festival Black is Back, donde nos ofreció un espectáculo lleno de Boogaloo, Salsoul y mucho Mambo… Además, le conocí…, lo tenía que contar.

Y así sigue, sin parar de dar conciertos, siempre moviéndose y muy activo en su comunidad. Pertenece a un montón de asociaciones latinas de música, y no para de enseñar por el mundo lo que es el Salsoul.

Debemos tener muy presente que la fusión que lleva a cabo Joe Bataan ayudará mucho a allanar el camino para la aceptación mundial de la música latina, que a nosotros se nos hace muy cercana, pero cuéntale tú a un noruego de estos ritmos de arrimarse y rozarse.

Durante muchos años se ha mirado a la música latina con un poco de estigma, como una música de segunda… Tonterías, amigos.

Yo daría parte de mi brazo derecho por teletransportarme a los años 60 al Club Cheetah de Nueva York para ver un auténtico espectáculo latino.

No os olvidéis de estos artistas olvidados (que también nos representan musicalmente a los españoles) y que aún siguen en activo, porque ellos han hecho por la historia de la música más que nadie y entre toítos ellos.

Poneos a escuchar como locos y locas a Joe Bataan y, como yo, entrad en la religión del Boogaloo. Al gurú ¡ya le tenemos!

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