Aretha Franklin, la hija del predicador

Y se fue Aretha Franklin. La última gran reina del Soul (con perdón de Irma Thomas) murió el pasado 16 de agosto, después de una larga enfermedad que llevó con discreción, pues ante todo era una diva, y si se hablaba de ella que fuera por su brillo, no por su decadencia.

Con esta entrega pretendo hacerle el homenaje que no me dio tiempo en vida. Lo siento Aretha, de verdad que no pensaba que este momento pudiera llegar tan pronto.

aretha franklin

La joven Aretha Franklin

Aretha Louise Franklin nació un 25 de marzo de 1942 en Memphis, en el seno de una familia muy peculiar. Su padre era el famoso predicador Clarence LeVaughn Franklin, y su madre, Barbara Franklin, una estupenda cantante de Góspel y pianista.

Teniendo una edad muy temprana nuestra protagonista, sus padres se separan a causa de las infidelidades del reverendo (que en este aspecto era bastante desgraciado en el mal sentido de la palabra, pues, entre otras lindezas, fue padre de un hijo con una chiquilla que cumplió 13 a la semana de haber sido madre, qué asco), y su madre marcha del hogar familiar.

La familia marchó a Detroit, y allí su padre fundó la New Bethel Baptist Church, la primera Iglesia bautista, que pronto se convirtió en un centro muy famoso.

El reverendo Clarence era muy conocido y admirado, e incluso era el confesor de Martin Luther King (un “a Dios rezando y con el mazo dando” de toda la vida). Y en un ambiente rodeado de música y religiosidad creció Aretha, pues su casa estaba siempre llena de personalidades importantes como Mahalia Jackson (cantante habitual en los servicios del reverendo), Dinah Washington, Ella Fitzgerald (¿si, no?) o Clara Ward.

aretha franklin

Aretha Franklin y el comienzo de su carrera musical

Su carrera comenzó en este espacio, cantando Góspel junto a sus hermanas en la Iglesia, algo que marcó su carrera para siempre, porque si algo caracterizaba a la voz de Aretha era esa especie de canto divino y contenido, mamado directamente del Góspel.

Su primera grabación se produjo cuando tan sólo tenía 14 años, The Gospel Soul Of Aretha Franklin, una serie de composiciones góspel pero con un potente sonido Soul. Y así empezó haciendo grabaciones aquí y allá, hasta que en 1961 es contratada por Columbia Records como cantante de Soul.

Sin embargo, pronto le adentran en el mundo del Jazz haciendo estándares (incluso grabó un disco tributo a Dinah Washington). Pero esto no era lo que Aretha quería, así que en 1964 abandonó la compañía voluntariamente.

En 1967 firma con la compañía Atlantic Records, y ahora sí que sí, pues aquí se propusieron sacar todo el Soul que esta chica tuviera dentro, y vosotros sabéis que era mucho.

Su primer éxito fue «I Never Loved A Man The Way I Love You», un auténtico himno soulero, y en cuyo disco grabó versiones, entre otros, de Ray Charles (el supremo padre de todo y del que ya hablaremos, porque sin él nada de esto tendría sentido), Sam Cooke y Otis Redding.

Precisamente de Otis tomó la canción «Respect», y le dio la vuelta, creando un himno feminista y atemporal. Además compuso alguna canción, como «Save Me», o «Dr. Feelgood».

Aretha Franklin llegaba pisando fuerte y no se bajaría de la plataforma del éxito en muchos años. Ese mismo año sacó otro disco, «Aretha arrives», y vaya si arribaba.

1968 es un año importante. Saca su disco más famoso, con canciones tan míticas como «Chain Of Fools» o («You Make Me Feel Like») A Natural Woman», así como colaboraciones con Ray Charles y Curtis Mayfield (que irá introduciendo a Aretha en el “proto-disco”).

Tan sólo seis meses después estrena «Aretha Now», donde se incluían las poderosas «Think y I Say A Little Prayer». También este año componen, expresamente para Aretha, «Son Of A Preacher Man», una canción que Aretha rechaza al no parecerle respetuosa. La grabó Dusty Springfield, pero dos años después Aretha la hizo suya, a pesar de no alcanzar el éxito de la primera versión (cosa que no entendemos).

Aretha Franklin y su gran éxito

Los 70 serán años de cambio. Con discos mucho más cercanos al Rock y al Pop, encontramos muchísimas grabaciones de Aretha Franklin versionando canciones con estilo soulero de The Beatles o The Drifters (grupo Doo-Wop de donde salió el gran Ben E. King).

Su sonido empezaba a modernizarse y se adaptaba al nuevo momento, acercándose cada vez a la música disco. En este momento renueva su imagen y aparece en escena la gran diva en la que se estaba convirtiendo la joven Aretha.

aretha franklin Solía aparecer en las portadas de sus discos engalanada con joyas, vestidos brillantes, abrigos de piel y cardados muy funkys. Sin embargo, en 1972 sacó el, para mí (y yo sé mucho), mejor disco de su carrera «Amazing Grace», una vuelta al sonido Góspel y Southern Soul que es casi una obra maestra.

En 1975 creará junto a Curtis Mayfield la banda sonora de la película Sparkle, sacándose de la manga varios himnos generacionales como «Giving Him Something The Can Feel».

Los años 80 serán una nueva y prolífica época para la cantante, grabando discos con sonidos renovados y adaptados a los tiempos. Siempre conseguía mantenerse en los primeros puestos de las listas de éxitos, mezclando Soul, Rock, Urban y Quiet Storm (música suave).

En 1982 tuvo un grandísimo éxito con «Jump to it», revolucionando la escena musical y en el que se acompañó de personalidades como Smokey Robinson o The Isley Brothers (a modo de infradato os cuento, uno de mis grupos de R&B favorito de siempre).

En 1987 será la primera mujer en entrar en el Salón de la Fama de Rock and Roll (a los organizadores ya les vale a ver esperado hasta casi los 90, será que no hubo pioneras en todos los estilos musicales).

aretha franklin También en los 80 participó en la mítica (aunque malísima) película Granuja a todo ritmo de los Blues Brothers, seguro que habéis visto alguna imagen de Aretha riñendo a su marido mientras le dedica un tremendo “You better think”.

La década de los noventa traerá un nuevo horizonte para Aretha. Si bien los discos pararon, no así sus actuaciones en directo, rodeándose siempre de grandes personalidades como Frank Sinatra (tal vez tenga que escribir sobre este personaje de Nueva Jersey, porque de una manera u otra aparece siempre en todos los artículos), George Michael, Michael Jackson y muchísimos más, además de actuaciones institucionales y la recogida de un montón de Grammys (18 nada menos).

Son años prolíficos, pero musicalmente complicados. Ya sabéis lo chungo que fueron los 90, tanto para lo bueno como para lo malo. Así nos encontramos con inclasificables grabaciones de neo-Soul, Hip-Hop e incluso colaboraciones con artistas Country y de electrónica, que tú te dices ¿Cómo? Y eso mismo te contestas cuando las escuchas.

Y siguió.

En 2009 hace una increíble actuación en la toma de posesión del presidente Obama, interpretando «My Country This Of Thee.» Años más tarde sacó un disco de versiones de artistas contemporáneos, pero al poco tiempo anuncia su retirada de los escenarios. Se sabía enferma y quería descansar con los suyos.

Aretha Franklin, la última gran Reina del Soul

Aretha Franklin fue una mujer complicada, no os creáis. Tuvo su primer hijo con 12 años, y el segundo con 14. Se casó varias veces y sufrió malos tratos, pero nunca quiso reconocerlo, pues no quería convertirse en otra historia más de mujer afroamericana golpeada por la sociedad, no quería ser otra “triste figura del Jazz”, por eso era bastante hermética con la prensa y con su vida privada en general.

Tuvo una relación complicada con su padre. Aretha, influenciada por Ray Charles y Sam Cooke, quería sacar la música religiosa de las iglesias y acercarla a todo el mundo, algo que su padre no entendía.

Además hay una historia de orgías en casa del reverendo que prefiero no toquetear mucho. Sin embargo, cuando tuvo que cuidar de él, finalmente acabó volviendo a Detroit para hacerse cargo (a su padre le pegaron un tiro en casa, cuando entraron a robar y permaneció 5 años en coma).

Aretha Franklin era una persona con muchas inseguridades, jugueteó hasta quemarse con el alcohol y mantuvo una relación enfermiza con la comida, que la mantuvo atada a la obesidad muchos años. En 1984 tuvo un episodio traumático (le daba bastante miedo volar) y no volvería a subir a un avión nunca más, reduciendo así sus giras únicamente a EE. UU.

Por otro lado, era una mujer fuerte, que nunca permitió cobrar menos que un hombre, y que, sabedora de todas las trampas que la industria musical había hecho con los negros, cobraba sus actuaciones por adelantado y en efectivo. Lo mismo hacía ella con sus músicos.

Pero por encima de todo, Aretha que consiguió traspasar al público afroamericano para convertirse en un icono mundial.

Aretha Franklin parafraseaba sin esfuerzos, como si no estuviera pensando lo que estaba diciendo, contenía y explotaba, con sus discos de Góspel conseguía convencer al más ateo de la existencia de Dios, y es que Aretha rezaba cantando.

Por eso, ¡God save the Queen!

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