Cuca Rivero: Un legado musical y educativo que perdura en Cuba

El presente artículo propone un acercamiento a la vida y obra de Cuca Rivero, y nos sumerge en el fascinante mundo de una figura emblemática en la historia de la música y la pedagogía en Cuba. Desde temprana edad, Cuca demostró un talento excepcional en el ámbito musical, y, a lo largo de su vida, este talento se desarrolló y floreció de manera asombrosa. Su legado artístico se distingue por su versatilidad, abarcando roles que van desde la interpretación vocal hasta la dirección coral y la composición.

En resumen, Cuca Rivero representa una figura icónica que enriqueció el patrimonio musical y educativo de Cuba. Su vida y obra son un tributo a la excelencia artística y al poder transformador de la educación musical. Su legado sigue inspirando a músicos y pedagogos en Cuba y más allá, y su nombre perdurará como un faro de conocimiento y pasión por la música.

Cuca Rivero: orígenes

Co – Autora:  MSc. Katia Susana Hernández Moreno. Profesora Auxiliar

Juana Rivero Casteleiro, distinguida musicóloga, pedagoga, versátil artista, destacada cantante, prolífica compositora, diestra locutora, y hábil directora de coro en la República de Cuba, emerge como una figura emblemática en el panorama cultural. Su entrada en este mundo se produjo el 17 de junio de 1917, en la provincia de Pinar del Río, y su partida terrenal aconteció a la venerable edad de 99 años el 31 de marzo de 2017, en la capital cubana, La Habana.

Nacida como la sexta de una prole de nueve hijos, fruto de la unión conyugal entre Juana Casteleiro Bosques y Alfonso Rivero Tellechea, un ilustre Doctor en Farmacia, dueño de una farmacia y distinguido productor de esencias de caña. Cuca Rivero, como es conocida en el ámbito artístico, se erige en un paradigma de excelencia en el campo de las artes y la pedagogía musical.

Su nombre resuena con la misma magnitud que su alias, «la profesora invisible», un apodo que refleja su influencia trascendental en múltiples esferas del conocimiento musical. La huella de su trayectoria perdura en la actualidad, evidenciada en la vigencia de su pensamiento y en sus notables contribuciones a la pedagogía musical, la dirección coral, y su notable presencia en los medios de comunicación, particularmente en el ámbito de la radio y la televisión. Estas facetas la consolidan como uno de los pilares fundamentales de la cultura musical cubana, cuyo legado perdurará en las generaciones venideras.

En el artículo publicado el 7 de abril de 2017 en el periódico Juventud Rebelde, titulado «La Profesora Invisible» y escrito por Luis Hernández Serrano, se exponen las reflexiones de Cuca Rivero:

“…me crié escuchando las melodías que entonaba mi madre, en medio de los negocios farmacéuticos que tenía mi padre, y así surgió la idea de aprender a cantar y de adentrarme en el estudio de la Farmacia…”   (Hernández Serrano, L. 2017)

Los primeros años de Cuca Rivero

Un análisis de los primeros años de Cuca Rivero nos lleva a un período formativo crucial en su vida. Cuando apenas cursaba el tercer grado, Cuca Rivero se trasladó con su familia a Guanajay, una localidad con un significado especial, ya que fue donde su padre había completado su bachillerato en su juventud. Este cambio de entorno también marcó el inicio de su educación artística, ya que comenzó a asistir a una escuela dirigida por monjas que ofrecía instrucción en diversas disciplinas artísticas.

Fue en esta institución educativa donde Cuca Rivero dio sus primeros pasos en el mundo del arte. Allí recibió clases de pintura, lo que marcó el inicio de su incursión en el ámbito visual. Además, recibió su primera instrucción musical de la madre Carmen Ruiz de Velasco, quien la inició en el arte del piano. Estos primeros encuentros con el arte y la música sentaron las bases de una futura carrera brillante y multifacética.

Sin embargo, es relevante señalar que, en una entrevista concedida a Roberto Rodríguez en 1994, Cuca Rivero expresó su perspectiva personal sobre esta etapa formativa. Esta declaración puede arrojar luz sobre su experiencia personal:

“…desde los 5 años yo tocaba el piano de oído. Entonces me pusieron una maestra, persona buena pero que no se había dedicado a la enseñanza y no sabía cómo tratar a una niña que ya venía tocando el piano. Lo primero que hizo fue prohibirme tocar de oído y eso me hizo tenerle terror a los estudios de piano. Pero a larga seguí tocándolo…” (Rodríguez, R., 1994 p.52)

Cuca Rivero, formación artística

En el transcurso de los años subsiguientes, Juana Rivero continuó su periplo educativo, dando forma a su formación artística y musical en paralelo a sus estudios de Bachillerato. Su compromiso con la música, en particular con el repertorio clásico y la obra de destacados compositores como Beethoven, Mozart y Haydn, así como el género coral representado por Bach, le resultó de interés y se hizo cada vez más evidente durante este período.

Cuca Rivero también demostró un profundo aprecio por la música cubana, familiarizándose con obras de renombrados compositores nacionales como An ckermann, Lecuona, Saumell, Cervantes, Eliseo Grenet, Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, entre otros. Su diversidad de influencias musicales sirvió como fundamento para su futura carrera artística.

En la década de los años treinta, Juana Rivero fue influenciada por figuras de renombre en su formación artística. Sobresalen las visitas a Cuba de los poetas españoles García Lorca y Juan Ramón Jiménez, cuya presencia enriqueció su perspectiva por el arte y la literatura. Además, María Muñoz de Quevedo, una respetada directora de coro, pianista, investigadora y crítica musical gallega, se estableció en Cuba, dejando una huella significativa en la escena musical cubana.

Una influencia crucial en su camino artístico fue Clara Amalia de los Reyes Romero de Nicola, conocida como Clara Romero, una eminente guitarrista, profesora y pionera de la moderna escuela cubana de guitarra. Clara Romero también desempeñó un papel fundamental en la introducción del estudio de la guitarra en el Conservatorio Municipal de La Habana, donde Cuca Rivero continuó sus estudios.

La educación de Cuca Rivero se enriqueció aún más a través de sus estudios en el Conservatorio Raventós y su participación en la Sociedad Pro Arte Musical -una institución cultural dirigida por mujeres-. Durante este período, recibió instrucción en ballet e inició las clases de guitarra, así como el estudio de la música popular cubana y latinoamericana, estética, armonía e historia de la música, sentando las bases para su futura exploración en disciplinas como el piano, el ballet, el canto coral y la dirección coral.

Asimismo, la formación artística de Juana Rivero persiguió los estudios universitarios y obtuvo su Doctorado en Farmacia. A pesar de ello, su pasión por la música nunca se desvaneció. Razón por la cual, se unió al grupo musical Coral Habana y posteriormente asumió roles de dirección en la agrupación. Además, en la universidad, desempeñó un papel destacado en la formación de coros, a pesar de su limitado conocimiento en la organización coral. Su compromiso con la música también se reflejó en su participación en la Federación de Muchachas Católicas Universitarias.

Tras completar sus estudios universitarios, Cuca Rivero contrajo matrimonio con Armando Rodríguez Hernández y formó una familia, dando a luz a dos hijos, Armando Rodríguez Rivero y Silvia Rodríguez Rivero. Esta etapa de su vida marcó el equilibrio entre su carrera académica y su pasión inquebrantable por la música, una dualidad que caracterizó excepcionalmente su vida y obra.

En el artículo publicado en el Portal del Museo Nacional de la Música, titulado “Cuca Rivero: La voz de la Educación Musical en Cuba”, por Gusel Ortiz Cano el 25 de junio del 2021, Juana confesó a la Radio Cubana:

“Al concluir mis estudios en la Universidad me casé y comencé a trabajar en el Instituto de Higiene. Nace mi primer hijo y me veo en La Habana sola con mi esposo. Él trabajaba y yo me quedaba con el niño. Después me incorporé al trabajo y tuve que dejar a mi hijo con una manejadora y aquello fue un trauma para mí cuando cerré la puerta y lo tuve que dejar con una persona desconocida. Eso me dio una justificación para aspirar a una plaza de música en las escuelas nocturnas que se crearon en 1946.” (Ortiz, G., 2021)

Cuca Rivero y sus primeros pasos en la pedagogía musical

A pesar de la ausencia de una formación académica pedagógica formal, Cuca Rivero dio sus primeros pasos en la pedagogía musical de manera intrépida y visionaria. Su incursión inicial en este campo se materializó a través de diversas roles, como instructora de arte, promotora cultural y pionera del movimiento coral en Cuba. Además, ostentó el título de la directora de coros más longeva en la historia de Cuba, un espacio donde no solo cultivó su propia pasión musical sino que también sembró las semillas del conocimiento en generaciones venideras.

En el año 1951, Cuca Rivero recibió una importante invitación que marcó un hito en su carrera. Fue convocada por el maestro César Pérez Sentenat y Delia Echeverría para liderar un proyecto innovador destinado a inaugurar el primer movimiento de cantorías en las escuelas públicas cubanas.

Este proyecto, conocido como la Cantoría Distrital, comenzó con la selección de 10 a 12 niños de cada escuela, rindiendo homenaje a la influencia de María Muñoz en la educación musical. Este esfuerzo trascendental culminó con la presentación en la televisión cubana en el Día de las Madres de ese mismo año, marcando así su primera aparición en los medios de comunicación.

Bajo la dirección de Cuca Rivero, se logró unir las voces de seis cantorías, interpretando a tres voces diferentes el 28 de enero de 1952. En un evento al aire libre que tuvo lugar en el Capitolio, Cuca dirigió a un total de 700 niños en esta actuación memorable.

En 1953, Cuca Rivero fundó los grupos corales en la televisión cubana, dando inicio a una era de transformación en la música coral en los medios de comunicación. Al año siguiente, en 1954, estableció la primera agrupación coral directamente vinculada a programas televisivos, a la que llamó Conjunto Vocal Cuca Rivero. Durante los años siguientes, Cuca desempeñó un papel fundamental como directora titular del coro del Instituto Cubano de Radio y Televisión, así como en el Teatro Lírico Nacional, donde dirigió coros para diversas óperas, zarzuelas y operetas.

La extraordinaria trayectoria de Cuca Rivero en la pedagogía musical y la dirección coral demostró su capacidad inigualable para fusionar la pasión artística con la educación, dejando un legado duradero en la cultura musical cubana y en la formación de jóvenes talentos.

Después del Triunfo de la Revolución en Cuba, fue una de las fundadoras de la televisión cubana y trabajó, además, intensamente en la radio, medio sobre el cual Juana Rivero expresó:

 “…me ha dado un universo entero, desde la altura de un micrófono y la inmensidad de sus cabinas… he trabajado junto a gente laboriosa, inteligente y creativa”. (Rivero, 1960) 

Premio Nacional de Música 2005 (Cuba)

Obras y Legado

La destacada trayectoria de Cuca Rivero la consagra como una de las figuras pioneras en la formación de la Escuela Nacional de Instructores de Arte. En 1962, bajo su dirección, el coro mixto de esta institución se convirtió en parte fundamental de la delegación cubana en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Helsinki, Finlandia.

Aunque su labor en esta escuela se extendió hasta 1964, dejó una huella imborrable al estrenar la icónica canción «Cuba que linda es Cuba» durante el primer Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Esta obra musical se ha convertido en un himno reverenciado por los cubanos y reconocido internacionalmente.

Juana fue una ferviente defensora de los valores patrióticos, culturales y organizativos, siempre demostró un profundo amor por la música y la educación musical. Fundó la Sociedad Coral de La Habana y dejó su huella en los planes de Educación Musical del Ministerio de Educación. Representó a Cuba en numerosos eventos culturales tanto a nivel nacional como internacional, dejando una impresión impecable en países como España, Finlandia, México y Moscú.

Uno de sus logros más sobresalientes fue la creación y presentación del programa radial de Educación Musical titulado «Llego la hora de cantar, jugar y de ir al concierto con la profesora invisible», que se emitió durante más de dos décadas. Este espacio radiófonico brindó la oportunidad a numerosos niños de todo el país, tanto en áreas urbanas como rurales, de participar en actividades musicales y culturales enriquecedoras.

El programa se caracterizó por su repertorio musical especialmente diseñado para el aprendizaje de la música, el desarrollo del gusto estético y la promoción de valores culturales entre los niños. Contó con la colaboración destacada del maestro Mario Romeu como pianista y la interpretación vocal de Berta González. Las canciones seleccionadas incluían música de Olga de Blanck y letras de poetas reconocidos como Nicolás Guillén, Gabriela Mistral, Dora Alonso, Mirta Aguirre, Adelaida Clemente y David Chericián, entre otros.

En 1981, Cuca Rivero publicó el libro «Cantemos y juguemos en el círculo infantil» a través de la Editorial Pueblo y Educación. Este libro se convirtió en un recurso invaluable que contenía canciones infantiles tradicionales, cantos del folclore de adultos, composiciones de María Álvarez Ríos y Olga de Blanck, así como creaciones propias de Cuca Rivero. Además, incorporaba elementos de ritmo en el lenguaje, juegos, rimas, adivinanzas y frases, enriqueciendo la experiencia musical de los niños.

En 1997, Cuca Rivero elaboró un catálogo dedicado al destacado compositor y pianista cubano José María Vitier, que fue publicado por la Sociedad General de Autores de España (SGAE) y la Fundación Autor de Madrid. Este catálogo se presentó durante las Jornadas de la IX Edición del Concurso y Festival de Guitarra de La Habana en 1998.

Cuca Rivero y sus últimos años

A pesar de jubilarse a los 70 años, Cuca Rivero siguió siendo una personalidad activa y relevante en el ámbito musical y educativo hasta los 89 años de edad. En este período, retomó la guitarra y las canciones que había interpretado en su juventud, ofreció charlas, escribió sobre educación musical y formó parte de los jurados en los Festivales del ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión).

A los 90 años, Cuca Rivero tuvo la dicha de ser abuela de José Adrián Vitier Rodríguez, fruto de la unión de su hija menor, Silvia Rodríguez, y José María Vitier, su yerno. Además, fue bisabuela de Adrián Vitier Gómez, Ismael Vitier Gómez, Santiago Vitier Miranda y José Vitier Miranda.

Entre los Premios y reconocimientos obtenidos podemos encontrar en la Publicación “La Revistica, un sonido de papel”, del Dr. Rolando Álvarez y en el archivo del Museo Nacional de la Música:

Micrófono por el LXX Aniversario de la Radio Cubana (No aparece en año en la referencia) (Álvarez, R. 1997)

Conclusiones

Lamentablemente, «la profesora invisible» falleció el 31 de marzo de 2017 en La Habana, a la edad de 99 años. Sin embargo, en el contexto actual, la influencia de su prolífica carrera trasciende las dimensiones de sus invaluables testimonios, visión y sabiduría.

Su contribución pedagógica se materializa en la formación de generaciones de músicos y en el enriquecimiento del panorama coral en Cuba. Además, su presencia en los medios de comunicación, especialmente en la radio y la televisión, le permitió difundir la música y la cultura de manera significativa, ofreciendo una perspectiva que sigue siendo relevante y esclarecedora para el campo de la música y la pedagogía.

Por ello, su legado perdura en la actualidad de manera vívida y esclarecedora, evidenciado en la vigencia de su pensamiento y sus valiosos aportes a la pedagogía musical, la dirección coral y la cultura musical cubana en su conjunto.

El día de su fallecimiento José María Vitier, destacado compositor muy ligado a la trayectoria de Cuca, escribió un artículo que tituló “Se nos fue Cuca Rivero, la profesora invisible de generaciones de cubanos «, donde estima que:

“Cuca Rivero representa una vida de consagración a la cultura y la admiran como persona y revolucionaria. Por su incansable labor en la música ha recibido varios galardones como el Premio Nacional de la Música 2005, junto a los destacados artistas Frank Fernández, Rosita Fornés, Pablo Milanés, María Antonieta Enríquez. También ostenta la medalla Alejo Carpentier. (María, J; 2017)