
DA: influencias, escenarios compartidos y el arte de no rendirse
A veces, la música refleja nuestra esencia y nos acompaña en los momentos clave de nuestras vidas. Es como si una canción pudiera resumir quiénes somos. ¿Qué canción te gustaría que fuera la banda sonora de tu vida?
Es realmente difícil elegir una sola canción, con la cantidad de buenas canciones que se han escrito en la historia de la música. Pero, tengo que decir, que “El poder del arte” de Robe es una de las canciones que más me han llegado en los últimos tiempos. También por la reciente muerte de Roberto, personalmente me ha tocado muy fuerte su partida.
Nos ha dejado una colección de canciones maravillosas que a partir de ahora serán motivo de estudio. Por su calidad técnica y artística, el de Plasencia ha creado un imaginario muy difícil de igualar. Y somos muchos los que hemos seguido su estela. Soy músico y hago canciones por culpa de Robe Iniesta.
La música es un mosaico de influencias, y a menudo hay estilos o géneros que se filtran en nuestro sonido de maneras inesperadas. ¿Qué otros géneros o estilos han dejado huella en tu propuesta musical, aunque no sean evidentes?
Desde pequeño he escuchado mucha música, he estado rodeado desde muy chiquinino de vinilos. Desde la música de los 70’ con bandas de rock míticas como The Doors, Led Zeppelin, pasando por música Jazz de John Coltrain o Miles Davis, o el flamenco de Camarón, Paco de Lucía o las composiciones clásicas de Bach o Vivaldi. Me gusta, tomar sonidos y patrones de muchas músicas. Vivimos un tiempo de collage sonoro, de mezcla y caos que me gusta mucho. Creo que ahí están las nuevas músicas, en tomar de todos lados y crear un equilibrio sonoro con identidad. Cosa que no es nada fácil.
El escenario es un lugar mágico, pero también puede ser abrumador. Gestionar la presión y los nervios es una parte esencial del oficio de ser músico. ¿Cómo gestionas la presión o los nervios antes de un gran concierto?
Siempre hay nervios antes de subir a un escenario, recuerdo antes de salir al escenario de Womad 2017, estar realmente asustado. Estaba metido en un baño portátil justo delante de la escalera del escenario, y sólo pensaba en cómo salir de ahí. Parecía un toro a punto de salir al ruedo, me abrió mi compi Rubio Salas y me dijo: “David tiramos para delante”.
Puse mi primer pie en la escalera y cuando llegué al escenario, ya no era David con sus dudas, ahí arriba la adrenalina sube y entras en una especie de estado mental que te hace levitar. La batería te da su fuerza, el bajo se te pega al pecho y lo único que puedes hacer es dejarte envolver por la magia de la música y entregarte al público. Si soy sincero, cuando estoy en el escenario no soy muy consciente de lo que está pasando, estoy en un letargo. Esa sensación es adictiva, porque por un momento desconectas de lo terrenal. Lo echo mucho de menos. Es mi pequeña gran adicción.
La escena local suele ser el punto de partida para muchos artistas, y compartir proyectos o escenarios con compañeros de la zona puede generar conexiones inolvidables. ¿Con qué artistas locales has compartido escenario o proyectos? ¿Algún favorito?
He tocado con bandas muy guapas de Extremadura. Pero si es verdad que esa escena está desaparecida un poco, no porque no exista sino porque no se le está dando cancha (ya se le dió en su momento). Quizás porque nos hemos hecho padres y tenemos responsabilidades (risas). Recuerdo a Ruiz Díaz, Fonal, Subterráneos, Chloe Bird,… Y muchos más que no me acuerdo. Pero había un nivel muy bueno.

Si ser músico fuera como tener un superpoder, seguro que muchos elegirían uno que les ayudara a superar los desafíos del día a día en la industria. Si tuvieras que elegir un superpoder para ayudarte en tu carrera musical, ¿cuál sería?
Creo que esté oficio se va de poco a poco, hace tiempo que me dejó de interesar la industria. Hago música por necesidad, me hace la vida más llevadera y me ahorro la cuota de terapia. No concibo la vida sin hacer canciones, disfruto mucho metido en mi estudio haciendo canciones o cantando mis canciones y sintiéndolas. A veces hago pequeños conciertos para mí en mi estudio que me hacen sentir muy bien, aunque realmente también echo de menos salir al escenario y cantar para la gente.
Gracias por compartir tu tiempo y abrirnos una ventana a tu música y tu historia. Antes de cerrar, ¿hay algo más que quieras decirles a tus seguidores o a los lectores de LaCarne Magazine?
Os quiero felicitar por seguir apoyando la música de Extremadura, al final todo esto queda. Es de valientes apostar por el arte y por la música en los tiempos que corren. Mi enhorabuena y a seguir adelante.
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