Lo primero que quiero hacer es agradecer a Juan destroyer, de la revista La Heavy, que aceptara la entrevista, porque para mí es un referente a la hora de preparar las entrevistas, pues llevo años leyendo La Heavy, y por supuesto por descubrir y ayudar a las bandas de todos lados a difundir su mensaje.
¿Qué grupo fue el responsable de que desearas trabajar en la música?
Imposible quedarme solo con uno, pero sí te puedo decir que con cuatro años me entretenían por igual Barrio Sésamo y el VHS Let There Be Rock de AC/DC , que Bon Jovi llegó antes que la bicicleta, y que, no habiendo aún llegado a la adolescencia, Appetite for Destruction fue el primer disco que me aprendí de memoria. Evidentemente, en toda esa etapa de crecimiento no pensé nunca en dedicarme profesionalmente a esto, pero sin duda fueron aquellas bandas las que plantaron la semilla.
¿Cuántos años llevas en la música? ¿Colaboraste anteriormente en otro medio?
He hecho colaboraciones puntuales con otros medios, pero mi carrera va ligada a la de Heavy Rock (desde hace unos años La Heavy a secas), la edición española de Kerrang y, por supuesto, la web/e-radio MariskalRock. Mi primera crítica para Heavy Rock fue del disco Horrorscope de Overkill (1991). Ha llovido.
¿Cuál fue tu primera entrevista? ¿Cómo la vivistes?
Nunca me habían hecho esa pregunta, y lo peor es que, casi cuarto de siglo después, ¡no me acuerdo de cuál fue la primera! Por eso voy a remontarme un poco más atrás, a 1990, cuando fui al Monsters of Rock de Donington, y tuve la oportunidad de estar delante mientras Mariskal Romero hacía entrevistas. Aún recuerdo cuando le contó a David Coverdale que yo tocaba la guitarra, y éste bromeó diciendo que yo podría ser el próximo guitarrista de Whitesnake. También me impresionó ver a Spike de The Quireboys –que acababan de sacar su primer disco- pisar el sofá de cuero de su suite con las botas mientras tiraba la ceniza a la alfombra, y pedía cerveza sin parar al servicio de habitaciones… pensé que aquello de ser una rockstar molaba mucho. Por último, me llevé firmado por Poison el vinilo de Flesh & Blood, y los vi dar un concierto secreto en el Marquee de Londres, no creo que fuéramos más de 200 personas. Ahora que lo pienso, quizá aquel viaje, y no un grupo en concreto, fue el que hizo que deseara trabajar en la música.
[mks_pullquote align=»right» width=»200″ size=»18″ bg_color=»#dd3333″ txt_color=»#ffffff»]«Animo a la gente a que, en vez de escuchar tanta música enlatada, vaya a más conciertos.»[/mks_pullquote]
Juan Destroyer es un referente en la escena musical, y lo sabes. ¿Qué se siente?
Tan cliché como verdad es que el rock es una forma de vida. Cuánto honor convertirlo además en tu profesión, ayudando a propagar su palabra.
¿Hay alguna entrevista que te haya sorprendido especialmente?
Más que las entrevistas en sí, me sorprende, echando la vista atrás, que siendo aún un chaval le plantara la grabadora delante a Bruce Dickinson o a Dave Mustaine sin que me temblara la mano.
Para realizar este trabajo tiene que gustarte la música y disfrutar haciéndolo, se te nota que es así, ¿pero qué harias sino trabajaras en este mundo?
Dicen que muchos críticos son músicos frustrados… ¡y en mi caso es cierto! Al final tuve que dejar esa otra vertiente de lado porque este trabajo absorbe mucho tiempo. La lectura es mi otro hobbie, pero nunca fui buen estudiante, así que me temo que, de no ser periodista de rock, difícilmente habría tenido otro trabajo interesante.
¿Qué tipo de música escuchas?
Puedo empezar el día con Mike Oldfield y acabarlo con Slayer o viceversa. La mayor parte de mi dieta está compuesta por rock o metal en cualquiera de sus vertientes, pero a ratos tampoco le hago ascos a otros géneros. Siempre he dicho que mi garito favorito sería aquel que saltara de Extremoduro a Muse, y de ahí a Judas Priest sin que a nadie le extrañara. Si existe, no lo conozco.
¿Has tenido o tienes pensado montar un grupo?
En este punto no lo veo viable, pero el gusanillo sigue picando, así que en el futuro, si me da la vida, estaría genial volver a colgarme la guitarra.
Estás casi siempre de festival en festival , ¿te lo pasas mal, no?
Sin duda, ir a festivales o a conciertos en general, es una de las partes más gratificantes de mi trabajo. Me cuesta seguir conectando con todos aquellos conocidos que antes rockeaban y ahora hacen una vida “normal”. Como dije antes, el rock es algo más que música.
El nivel medio de los grupos españoles, tanto compositiva como instrumentalmente hablando, no ha parado de subir desde que empecé a reseñar maquetas hace más de 20 años. Hace falta relevo en la escena con nuevos héroes que sustituyan a las queridas leyendas de toda la vida, así que, desde aquí, animo a la gente a que, en vez de escuchar tanta música enlatada, vaya a más conciertos. Los anglosajones siempre tuvieron ese concepto muy claro, y da envidia ver que allí la juventud va a las salas por ir de concierto en sí mismo, aunque no conozcan a la banda que actúa.
¿Qué consejos darías a los grupos o a la gente que tiene pensado montarlo?
Cuando llegan las responsabilidades de adulto, es difícil seguir apretando con la música, así que, cuanto más esfuerzo e inversión le dediquen al grupo mientras sean jóvenes, más posibilidades tendrán de hacer algo productivo. Evidentemente, eso conlleva sacrificios en lo personal: tiempo que pierdes de estar de fiesta con tus amigos, de estar delante del ordenador o la consola, etc. Ya lo cantaba AC/DC: «It’s a long way to the top…»
