Go Go Blues, Rock & Roll Sudamericano

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Tener la oportunidad de hacer una entrevista presencial es un lujo para mi persona, más aún si te encuentras con una Leyenda Viva del Rock Sudamericano, quien con su empuje y aguante logró romper las fronteras entre los hermanos países que cohabitan el continente de América del Sur, y catapultó al éxito en los 90’s a la banda Pateando Al Perro, gestándose protagonistas dentro de la historia del Rock hecho en suelos bolivianos.

A posteriori, se encaminó en renacer musicalmente junto a Go Go Blues, proyecto musical que se mantiene vigente desde los enigmáticos 2000, y que celebró sus XX Aniversario (2001 – 2021) con un espectáculo sin igual.

De misma manera nos aprestamos a vivir una fiesta con el reencuentro de los Perros, quienes en abril se unirán -nueva y únicamente- para transportarnos en el tiempo, y brindarnos sus ahora clásicos Ciudades Perdidas, Callejones, Caras y Más Caras o Santa Cru, entre otros.

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Go Go Blues, Rock & Roll Sudamericano

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Aquí, junto a Gonzalo Gómez, hermano querido, esto es para LaCarne Magazine. Un gustazo estar en tu ambiente, tantos años de amistad, ¿cómo te inicias en la carrera musical? ¿Cómo naces a la música?

Yo nací en un pueblito de Córdoba de 15 mil habitantes, y no había la posibilidad de que la chica más linda del pueblo te dé pelota -digamos- en esos tiempos, claro. O tenías que tener muchas cosas -que yo no las tenía ninguna de esas- o podías tocar la guitarra -que eso te podía acercar- (je je) al hecho. ¡Yo tenía 12 años!

Como decía Pepe Murillo, para conquistar chicas y tener amigos me hice músico (ja ja).

¿No ve? Empecé a tocar la guitarra, nunca le toqué una canción a ella, nunca supo que quizás empecé a tocar la guitarra por ella porque eso duró muy poco (ja ja ja). Mi cabeza ya estaba en otro lado, había ido a otro lugar. Ya el Rock & Roll había entrado en mí, y ya la vida pasaba por otros lados. Entonces yo toco la guitarra desde los 12 años.

¿Autodidacta?

Sí, autodidacta total.

¿Qué influencias?

Me enseñó mi profesor de mi pueblo, que nos enseñó todo. Se llama Luis Alberto Suarez, y, bueno, yo tengo influencias sin lugar a duda del Rock Argentino de los 70’s. De Manal, Vox Dei, Billy Bond y La Pesada, Pescado Rabioso, Almendra, Invisible.

¿Y en qué tiempo ya tomaste en cuenta que tenías el dote, la capacidad, el talento?

¡No! Pero sí, lo primero que hice cuando supe tres acordes fue una canción. Desde siempre hice mis canciones, eso sí. Desde que agarré la guitarra, yo siempre toqué mis canciones, y eso fue creciendo con el tiempo y fue desarrollándose en distintas cosas ¿no? Yo empecé tocando como todos en ese momento en la Argentina -estamos hablando del 82-, finales de la dictadura y principios de la democracia.

¿Post Malvinas?

Post Malvinas, claro, no te podías juntar con más de tres personas (ja ja). Entonces tocaba ¡solo! No podías juntarte con una banda porque no era permitido muchas cosas. Todavía estábamos en dictadura.

¿Cuál es tu trayectoria?

Mi primera gran influencia es León Giego, sin lugar a duda. Sus canciones me cambiaron la vida, y yo tocaba así, con mi guitarrita acústica y cantaba. Así fueron mis primeros pasos.

Ya la lograbas.

Yo agarré la guitarra eléctrica a mis 15 años -recién-.

Pero ya con un buen repertorio criollo.

Sí, tocaba Folk Rock en realidad. Ahí empiezo a tocar en una banda la guitarra, canciones del Rock Argentino (Vox Dei, Pappo Blues, Manal, Billy Bond y La Pesada). Ésas eran mis canciones de pibe.

De ahí empiezo a tocar en una banda de una ciudad más grande, que se llama Villa María. Tocaba con un tipo que era un crack en ese momento, hacíamos Rock Sinfónico, y ahí me cambia la cabeza. Practicaba todo el día, había que ensayar todo el día para poder tocar esa música.

Y toco 5 años de mi vida Rock Sinfónico (de mis 15 a 20 años) en una banda llamada Sudaca. Aprendí muchísimo. La disciplina en una banda es mucho. Si vos ensayas todos los días, en muy poco tiempo vas a tener una gran banda.

Tres horas al día, en un año, tendrás 20 temas increíblemente hechos. Lo que pasa es que antes laburábamos (ja ja). Ahora no quieres estar tres horas al día, porque tienen mil cosas en la vida que no les permite hacerlo.

Posteriormente.

Después llegó el Rock & Roll en mi vida: AC/DC, esa locura, Redonditos de Ricota, y me fui a vivir a Córdoba Capital, una ciudad de 2 millones de habitantes. Ahí hice una banda que se llamó Triángulo, y después Pabellón, donde algunas de las canciones de Pateando Al Perro vienen de esa banda.

Volví a mi pueblo a los 23 años, y armé una banda llamada La Vidal Abal, que es el hospital psiquiátrico más grande de Sud América, y está en el poblado en donde yo nací, y me crie ahí adentro. El Hospital se llama Dr. Emilio Vidal Abal, entonces nosotros le pusimos a la banda La Vidal Abal (ja ja), canciones de esta banda son las que inician Pateando al Perro.

¿Y luego Bolivia?

Llego a Bolivia -a Tarija primero- a mis 25 años.

¿Cómo surge esa “migración”, si vale el término?

Simple, yo tenía discusiones políticas con mi papá -cosa que nunca me había pasado en la vida-, Menem era el presidente en la Argentina, y se venía la reelección.

Entonces mi viejo me dice -luego de tanta discusión-: “bueno, te la voy a poner así de clara, Menem va a ganar la reelección, así que, si vamos a seguir 5 años así, preferible o que cerrés el pico o que te tomés el palo y te vayas a otro país. Esto va a ser así, y si no te gusta…”.

Y me llamó un amigo a los 3 días, que necesitaba un guitarrista para formar una banda en Tarija, porque estaba inaugurando un Pub. Yo había tocado con él en Córdoba en esa banda, Pabellón, y le dije: en 10 días estoy allá. Dejé todo y a Tarija.

Go Go Blues, Rock sin lugar a sudas

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Foto: Miguel Butrón Sanjinés (Rock&Pop)

Primera estación, Tarija.

Tarija, lo digo siempre, si yo fuera boliviano, sería chapaco, sin lugar a duda. Ampliamente amo Tarija, y aunque te parezca mentira, en ese tiempo, que no fue mucho, me generó con los años una pertenencia a un lugar, y un cariño enorme por una ciudad. Son cosas que no tienen explicación, el sentimiento no se explica.

¿Qué año fue eso?

1995. Después armamos Pateando al Perro. Se da el vuelco, se va alguna gente, y viene Gastón (había tocado conmigo en Pabellón y La Vidal Abal), y ya formamos con Julio (bajo), el Menduco (batería), Gastón (guitarra) y yo (guitarra y voz) la primera idea de Pateando al Perro.

¿Julito ya estaba en Tarija?

Yo lo conocí en Tarija. Yo llegué, y él ya estaba ahí. Armamos el primer Pateando al Perro con el que llegamos a La Paz.

De ahí dicen: ¡vamos a la Capital!

Sí, fuimos soporte de WAPB’s, que tocó en Tarija en un boliche, y el Zegada nos dice: “¡qué están haciendo ustedes en Tarija!”.

¿Cómo nace Pateando al Perro?

Había otro guitarrista en esa banda -como dije-, y yo no me llevaba bien con él. Entonces le digo al Julio y al Marcelo: “muchachos, muchas gracias por invitarme, pero me vuelvo porque no me llevo bien con este joven. No me gusta”.

Entonces me dicen: “¡no! A nosotros tampoco nos gusta tocar con él, pero nosotros no lo podemos echar, porque él nos ha juntado acá”. Ah… si se trata de eso, yo le digo que se vaya (ja ja).

Me junté con el caballero y le dije -yo era un atrevido, era un pibe de 25 años, y el tipo era de 40 y pico de años-: “mirá, vos vivís de acá a 4 cuadras, yo vivo a 4 mil kilómetros. Yo no me llevo bien con vos, así que te tenés que ir de la banda”. Y el tipo me dice a mi: “vos no podés entrar al pueblo pateando al perro”, como el dueño de la pelota, como el mejor de todo. Y ahí nació Pateando al Perro (ja ja).

Que lindo modismo ¿no?

Entonces yo llego con los chicos y les digo: “ya está, ya hablé”. Obviamente que se resintió el señor, cosas que suceden en la vida. Se quedó ahí.

Tomaremos el nombre, ¿dices?

Sí. Muchachos, ya tengo el nombre – ¿sí? – Sí, ya sé que se va a llamar la banda – ¿cómo se llama? -, Pateando al Perro (ja ja).

Se viene la primera formación, el primer cuarteto, gracias al Zegadex, a WAPB’s.

Nos venimos a La Paz.

Sin dudarlo.

Sin dudarlo, y nosotros llegamos aquí en febrero del 96. Ahí viene la historia de Pateando al Perro. Justamente los primeros años no fueron fáciles. Antes de grabar nuestro primer disco fue difícil poder formar parte de un lugar, estamos hablando de un Movimiento y de un momento del Rock Nacional que estaba en un auge importante.

Hay que contarle a la gente que cuando Pateando al Perro venía a tocar -que son 4 argentinos-, el Grillo acababa de sacar su primer Llegas, Coda 3 cambiaba a Octavia para sacar el Aura -discazo-, Estaba Dies Irae, Annada.

¿Estaba Atajo por ahí?

No, Atajo vino después. El Panchi tocó en una banda que se llamaba La Bluesera, fue uno de los compañeros con los que empezamos a tocar. El Panchi nos dio una mano bien grande en ese primer momento.

Sabían de esa energía paceña que se estaba cocinando para ¡pujjj!

Sí, sí… Nosotros andábamos claros, no teníamos que ver con ninguno.

Pero con buena estrella han caminado.

Claro. Sonoramente te hablo, Pateando al Perro no sonaba como nada de lo que hubiera en ese momento en el Rock Nacional.

Tenían sus propias composiciones.

Pero, claro, y las mezclábamos con canciones del Rock Argentino, que era como vivíamos. Nosotros no vinimos con ninguna beca a La Paz (ja ja). Vinimos 4 cordobeses, con 100 dólares llegamos, que se acabó en una semana (ja ja). De ahí había que salir a tocar y ganarse la vida como podíamos.

Nosotros tocábamos de martes a sábado, todas las semanas, y ganábamos 100, 200 Bs., que nos permitía comer al otro día, entonces – ¿qué hacíamos esa noche? -, salíamos donde nos daban de tomar, de comer, y ganábamos lo que fuera. A no ganarlo, era preferible tenerlo ¿no es cierto? Y nosotros trabajábamos con eso.

Luego llegaron otras oportunidades. El primer Pub donde tocamos fue La Luna, y hasta el día de hoy tengo ese cariño y agradecimiento por la Marta y el Jorgito.

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Foto: Miguel Butrón Sanjinés (Rock&Pop)

Miércoles de Pateando al Perro.

Nosotros tocábamos martes y miércoles en distintos bares. Martes tocábamos en el Equinoccio, que en ese momento era un bar de Folklore, no era de Rock. Las primeras bandas en empezar a tocar en el Equi – Rock fueron Black Jack -miércoles- y Pateando al Perro -martes-.

Y la Cultura de Pub, ¡era Cultura de Pub!

Sí, y el martes era el martes, y el miércoles era el miércoles, y también se tocaba. Los martes y miércoles tocábamos en el Equinoccio o en el Green Bar, de un amigo que se llama Mauro Gómez. Ahí ganábamos 200 lucas un miércoles, 300… ya comíamos al otro día, en la semana.

De ahí tocábamos fin de semana en distintos boliches, como por ejemplo La Luna (jueves, viernes, sábado), Metrópolis (abajo del Café Ciudad), El Socavón era del Villegas en ese momento. Sólo tocaban fines de semana bandas que tenían discos grabados. Entonces alguna que otra vez tocamos miércoles, porque nosotros no teníamos disco. No era fácil, para nada, había que tocar y vivir tocando.

Abriéndose las puertas, empiezan a laburar el primer álbum, que es una joya en el Rock Bol. Contadnos de ese discazo.

Después del año de conocernos y emborracharnos con el Villegas -digamos-, y tanto hincharle las pelotas (ja ja), dijo: “está bien, les voy a dar un fin de semana”.

Y ahí la rompen.

Creo que fue el fin de semana más vacío en El Socavón (ja ja). Pero ese fin de semana nos sirvió para conocer a Oscar García, que justamente fue el primer Productor de Pateando al Perro, que nos llevó y presentó en Pro Audio, que luego sería para nosotros el Sello Disquero y el Estudio que nos cambiaría la vida ¿no? Creo que fue lo mejor que nos pasó en la vida.

Yo le agradezco siempre al Villegas por haberme dado ese fin de semana, y agradezco cruzarme en la vida con un tipo que me ha enseñado y me ha dado tanto como Oscar García. Siempre un agradecimiento enorme. Ojalá me dé la vida los años suficientes como para agradecerle todo lo que nos ha dado.

Hermosos momentos, y vino el disco debut Disfrazados. Cuéntanos de ese álbum. Sony Music Entertainment (Bolivia) lo distribuye.

Después, una locura. Es el primer disco de Pateando al Perro que empieza a producir Pro Audio con un cambio de socios. Era Pro Audio del Mosca Claros, y, a partir de ese momento, el Ricardo Sasaki y el Oscar García se ponían de socios, entonces ellos producen ese disco.

¡Discazo!

En ese momento no había una producción nacional distinta de lo que fuera Discolandia. En todos los Estudios de Grabación vivían de Publicidad, entonces nosotros grabábamos en los huecos que podíamos. Grabamos nuestro disco entre 1997 y 1998.

Caras y Más Caras fue el videoclip promocional. Filmado en El Salar de Gastón Ugalde, con el feat. especial de Omar Gonzáles, una de las pocas colaboraciones del vocalista de Octavia.

Yo quiero decirte que los Octavia se portaron con nosotros de una manera espectacular en el primer disco. El Simón me ayudó muchísimo en armar la guitarra, en prestarme amplificadores, guitarra, darme consejos. Porque ellos ya habían grabado varios discos.

El laboratorio científico de la buena música.

Sí, ellos tenían más experiencia que nosotros, y era increíble. El Ricardo, al ser tecladista de Octavia y Productor, el Omar cantando esa canción -ni hablar- como parte de ese primer disco, creo que histórico.

Lo mismo sucedió con el Grillo, tanto Llegas como Octavia fueron bandas que hicieron mucho por Pateando al Perro. No te olvides que yo el 98 entro a tocar con el Grillo en la banda del Almaqueloide.

Eras el guitarrista soporte de Llegas.

Entonces ya iba a tocar con Llegas a los bares, y, cuando iba a arreglar la plata, me decía: “acompáñame”, y esto lo cuento porque es la verdad, y así son los amigos, ¿viste? Nosotros la rompíamos con ese Llegas.

Entonces, cuando íbamos a arreglar la plata, me presentaba: “hola, Gonzaloal dueño del bar-, qué bueno que tocan ustedes dos -decía-, te cuento que él tiene una banda llamada Pateando al Perro”. ¡Sí! Y arreglábamos una fecha, crack él, me presentaba a un tipo y aparte para ganar.

Uy… llenaron el Teatro al Aire Libre, me acuerdo. Todavía me acuerdo de ti, con un estilo único, y yo diciendo: ¡qué buen guitarrista! ¡qué feeling!

Sí, era una banda muy linda, y nosotros hacíamos una performance muy linda entre los dos, con las dos guitarras. Yo empecé a jugar en “primera” en este país gracias a él. Desde que comencé a laburar con Llegas, empezaron los viajes en avión (ja ja), hotel de 5 estrellas, y de comer ceviche y milanesa de la calle, pasé a comer buffet, ¿no ve? (ja ja).

De una a otra clase.

Claro, y a su vez, Pateando al Perro comenzó a crecer. Salió el primer disco y la cosa fue distinta.

Go Go Blues y su último disco Vida, Muerte y Resurrección

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Rememoro varias etapas, el Gonzalo Productor de Dezaire, grabando el álbum Helado Propicio de El Papirri -donde nos reencontramos-, ¿cómo ha estado esa etapa como productor, básicamente de una joya como es el debut de Dezaire?

Yo disfruto mucho produciendo, es una de las cosas que más me gusta ¿no? Tanto como componer, me gusta mucho producir. Yo empecé a producir por una cuestión de que había muchos trabajos en Pro Audio, y no daba abasto el Ricardo y el Oscar con eso.

Tenía experiencia en dirigir sesiones y bandas, ya había pre producido Pateando al Perro sin darme cuenta, y siempre tuve esa iniciativa en la banda, organizar las cosas.

En su segundo álbum, ya migran lo Sellos disqueros (Sony Music, etc.), y Pro Audio se queda a dar la cara.

Sí.

Discolandia estaba en decremento.

Sí, aparte que nunca nos quiso Discolandia a nosotros.

A nadie quiso.

Bueno, a nosotros en particular. Entonces produje muchos proyectos. El primero fue Carlos Mattehw, 3 discos de este señor, luego Carlos Aliaga -4 discos que son muy lindos, donde yo cantaba también. He producido a Sic, una banda de Heavy, y produje por esas cosas del destino a las 2 bandas más importantes que vinieron después del boom de los 90’s, que fueron Dezaire y Quirquiña.

Uy… ¡claro!

Mucha Leche lo produje en el Estudio del Alfredo Bellott, y la cosa es así -simple-, era 15 de diciembre y suena el teléfono -existían los teléfonos y sonaban en casa (ja ja)-, y es Ricardo Zelaya: “¿cómo andas? Necesito que alguien produzca el disco de los Dezaire”, porque él era el manager. Lo quería para enero 2003.

Fines del 2002 ¿no?

Perfecto, yo lo puedo hacer -le dije-. Vimos los temas, me los presenta a los muchachos… y a grabar. Yo creo que dormí una semana en el Estudio, en 5 días hemos hecho el disco.

Y dice en el álbum, grabado del 8 al 15 de enero 2003.

Sí, grabado y mezclado todo en ese tiempo. Tengo bellos recuerdos de ese disco, a los chicos les guardo un cariño enorme. Fue hecho a pulmón, con mucho amor y poquitas cosas.

Que nos trae un clásico -ahora- en el tema Reggae Alone.

Sí, un gran tema ¿no? Creo que ahí toca el Martin Fox la batería. Yo tuve que producir algunas cosas, porque no hubo tiempo. También estuvo el Alfonsito de Guapachá, Romil Travieso tocó los trombones, necesitaba unos músicos para armar.

Tengo un recuerdo muy grande, el Omar Ríos (+) un “MOSTRO” con mayúsculas, grabó todo el disco en una tarde, todas las tomas. Un crack ¿viste? Los cantores cantan 2 o 3 canciones, yo no he visto que alguien cante más, y el Omar le tiró el disco entero.

Se siente bien orgánico.

Claro, era una tras de otra. Nunca me pasó algo similar.

¿Cuál es tu discografía? De tu propia voz.

El primer disco de Pateando al Perro, que se llama Disfrazados, el segundo, Desmayo. De ahí tengo con Go Go Blues el primero, que se llama Atrapados en la Máquina del Tiempo.

El segundo se llama No Más Problemas, luego Vivo en el Equinoccio, un disco en directo, después está Hoy, posteriormente Rojo Sangre, y luego hacemos los dos últimos, producimos el DVD en Vivo en el Teatro Municipal, y finalmente Vida, Muerte y Resurrección.

Coméntanos de este álbum, Vida, Muerte y Resurrección.

Lo presentamos en noviembre 2019, después de todos los conflictos y los desputes del “Golpe de Estado”. Nos habíamos ganado Intervenciones Urbanas, teníamos que hacer una gira presentando el disco, fue una locura, pero no lo pudimos mostrar, fue un disco hermoso. Es un discazo Vida Muerte y Resurrección, lo grabamos en Caja Negra, el Estudio de Mauricio Salcedo.

¿Con qué formación lo grabaste?

Tocó el Daniel Subirana (batería), Andy Burnett (bajo), el Maestro Nico Suárez (piano) y yo (guitarra / voz). Hay unos temas también que toca el Benjo Chambi (batería) y el Motete Zamora en la otra guitarra.

¡Uy! Siempre te has asegurado de un buen equipo.

Sí, Go Go Blues siempre ha sido fuerte.

¿Cómo estuvo el Show XX Aniversario de Go Go Blues?

Justamente encontrarme con muchos de ellos. He tocado a dos baterías con el Alexis Trepp y el Benjo Chambi, con los hermanos Fox (Martín y Franz). Estuvo Freddy SNM Mendizábal (teclados), el Maestro Nico Suárez (piano), el Heber Peredo (teclados).

¿Quiénes conforman en la actualidad Go Go Blues?

El Pepe Zapata en la batería, Diego Murillo en el bajo, Heber Peredo en el piano y órgano, y yo en guitarra / voz.

Y como no podíamos quedarnos los fanáticos sin la segundita, estás preparando en abril el reencuentro de Pateando al Perro.

Es el reencuentro que pudimos hacer. Íbamos a hacer el aniversario de los 25 años de la banda, vino la pandemia, y se fue todo a la mierda. Han pasado 2 años, y al final lo hemos logrado.

Habrá una gira que será La Paz – Tarija, donde tocaremos el 21 y 22 en el Teatro Nuna, y el 23 en un boliche que se llama Fire & Ice en Tarija. Vamos a tocar después de tanto tiempo, con mi esposa Claudia Gaensel (que es la productora más importante de este país) estamos armando un documental de Pateando al Perro.

Con el motivo del reencuentro, contar algo de todo esto, de las bandas de los 90’s, así que seguramente hablaremos de The Way, y de los primeros momentos que fueron muy lindos, donde yo te conocí a vos tocando con el Steve.

Así que estamos muy contentos de hacer eso, muy felices de reunirnos a tocar. Ya empezamos a ensayar y tocar las canciones, es realmente alucinante cómo suenan.

¿Y es la banda original?

El Franz Fox en la batería, Julio Jaime (bajo) llega desde Barcelona, el Gastón Nigro (guitarra) desde Córdoba.

Sólo para los Shows.

Para los shows de ese fin de semana, luego ellos se van.

Los Amigos serán Amigos

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¿Están ensayando vía Zoom?

No, yo tengo dos apoyos que vamos a sumar a esto, queremos una banda que suene gruesa. Toca el Diego Murillo (bajo, guitarra acústica y eléctrica) y Freddy More, que hace los sintetizadores y teclas. Más que todo había muchas teclas en Pateando al Perro. Cuando lleguen los chicos ya vamos a tener todo armado acá.

Va a ser un espectáculo para los que sabemos degustar de nuestra Historia musical, querido Gonzalo, es una hermosa charla. Me comentabas que tu primogénito está metido en el Movimiento Urbano, ¿qué le dices a los y las que quieren incursionar en la música?

Todo lo que yo les digo, nada les sirve. Han pasado tantos años y cosas, que ya los chicos tienen una cabeza tan distinta con respecto a cómo armar su música. Yo me acuerdo, vos fuiste uno de los primeros en hacer Rap & Hip Hop, estamos hablando de los 90’s, vos ya hacías eso. Son casi 30 años, nene, ya eso era raro para mí (ja ja). Imagínate lo que es ahora, lo que sucede ahora.

Yo les diría a los chicos que para ser músico hay que subirse a todos los escenarios que existan, hay que tocar con cada uno de los músicos con que te cruces, y hay que hacer canciones y dejar de chorear. Hay que hacer un Movimiento Nacional que sea de todo el país, dejar de la boludez esa del Rock Camba, del Rock Chapaco, ¡qué putas es eso!

Regionalismos Absurdos.

Nosotros somos bolivianos, trabajamos para el Rock Boliviano, ¿acaso parecemos Rock Paceño? No me entra en la cabeza, entonces nosotros tenemos que sumarnos, y hacer un Movimiento grande en todo el país.

Encontrarnos en los espacios que podamos, todos los que hacemos música, y siempre darnos una mano, compartir lo que sabemos para las generaciones que vienen. Y eso, componer, hacer canciones y grabar, y dejar de chorear.

¿Alguna primicia en este 2022 con Go Go Blues?

Cumplimos 20 años del primer Go Go Blues, que es un disco emblemático en la Historia del Rock Nacional, y voy a salir de Pateando al Perro, y voy a empezar a tramar algo (ja ja). Porque producir hoy en día es dificilísimo.

¡Es más difícil que antes!

Es muy difícil. Trabajamos con aforos limitados del 50 %, hay gente que se enoja porque vos salís a tocar, ¡che, no tienes que salir a tocar! Ellos salen a laburar, van a su trabajo, pero vos no podés salir al tuyo -digamos-.

¿Cómo te ha caído la pandemia?

Muy triste, como a todos. Hemos perdido compañeros entrañables, amigos del Alma, familiares han quedado en el camino, y, lo peor de todo, uno no se ha podido despedir.

Estamos en un eterno Réquiem, nuestro show es un homenaje.

Ha sido terrible. Yo creo que nadie estaba preparado para esto, pero como dice la Morenada: “Sin llorar”.

¡Hay que pararse!

Sí, ¿qué vas a hacer? En la crisis están los que lloran y los venden pañuelos, ¿viste? Yo prefiero vender el pañuelo (ja ja).

Es el trabajo de los músicos.

¡Claro! Está difícil, pero hay que laburar.

Futuro incierto, ¿no?

Sí, pero yo no me voy a entregar, yo voy a seguir haciendo cosas, tal es así que mira en lo que nos hemos metido, el Julio viene desde España a tocar con los Perros, Gastón viene de Argentina.

Va a ser muy agradable verlos.

Como decía mi vieja: “si hay miseria, que no se note”. Claro, vamos a derrochar y pondremos el escenario full, para que nuestro público diga, “carajo, todavía se pueden hacer cosas gruesas”.

Y se debe.

¡Y se debe! Nosotros con los 20 años de Go Go Blues tocamos con el Gery Bretel, los hermanos Fox, el Master Nicolas Suárez, vino el Motete de Tarija, Santiago Vallejos de Santa Cruz, tocó Freddy More, Romil Travieso en el trombón, Diego Murillo en el bajo, yo en la otra guitarra, ¡mierda! ¡Quién iba a innovar! 10 de número 1.

Una selección boliviana de músicos.

Mucha gente que tocó con Go Go Blues en todos estos años, entonces ha sido lindo ¿no? Tener a toda esa gente. Yo sigo apostando por hacer shows importantes, y que queden en la cabeza de la gente.

Belleza. Nos has dado mucho, Gonzalo, te lo agradezco. Éxitos hoy y siempre

Igualmente, hemos compartido mucho, y, aparte, siendo Stronguistas todo se puede.


Ése será otro capítulo: The Strongest. Mientras tanto, al cierre de esta edición, quiero dedicar esta hermosa entrevista a la memoria y gloria del cantante Omar Ríos (+), vocalista líder de la banda Dezaire, quien partió de gira al espacio exterior el 8 de marzo del presente.

Su muerte fue motivo de una gran emoción por parte de la hinchada o fanaticada -donde me incluyo-, los medios de prensa y la gran familia del Rock hecho en Bolivia se adhirieron al luto de la familia doliente, quienes colectivamente le dimos la despedida eterna.

Más información sobre Go Go Blues en el siguiente enlace:
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