Ya sabemos todos que 2020 no ha sido muy buen año para la mayoría. Yo no tengo queja. A pesar de todo lo que está pasando, mi año ha sido bastante bueno y fructífero: he participado en dos vídeos que hemos hecho a partir de un sueño/pesadilla producto de la encerrona. Están publicados en el canal de La Tatucera netlabel.
Con mis compañeros de Le Genes hemos conseguido mezclar las grabaciones que habíamos hecho anteriormente. Cada uno por nuestro lado, y sometiéndonos a la “dictadura del azar objetivo” hemos publicado tres discos de “improvisación libre autárquica” más que decentes e interesantes:
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Y para finalizar el año, como guinda, mi amigo Miquel Àngel Marín me invitó a los 3rs Encontres Aproximatius de Postbouesia, donde estuve con lo mejorcito de la improvisación libre levantina y catalana. Una gozada, vamos…
Y aquí no termina todo… Resulta que me llama Antony Maubert, director del festival Radical dB, y me invita para que vaya con el Cuarteto 4? para hacer el gamberro a nuestras anchas ante un público acostumbrado a un festival que programa música electrónica normalmente.
Me vine muy contento porque la gente se partió de risa en nuestra actuación, muy distinta al resto del programa. Así que, objetivo conseguido.
La improvisación libre y la performance como terapia para desentumecer músculos y neuronas, y para sentirte totalmente libre durante unos instantes al menos.
Quizá no hubo mucha “música sonora” en esa performance, pero estuvimos en los límites del arte musical, haciendo equilibrios sobre las delicadas líneas que separan un arte de otro.
Por último, quiero incidir de nuevo en la Guía Opaeme y en algunos autores que aparecen en ella, aunque cambie de tercio radicalmente.
Diego Agulló y Jorge Ruíz Abánades son los autores del corto The Dancing Plague. Si alguien está interesado en ver “cómo se hizo”, puede hacerlo en este link.
Diego y Jorge son dos tipos inquietos, fundadores y miembros del proyecto de improvisación libre En Busca del Pasto.
Diego trabaja principalmente en el marco de las artes escénicas: la danza contemporánea, la performance y también el vídeo-arte, la improvisación libre musical y la escritura, centrándose en la afinidad entre cuerpo y evento. Y Jorge es artista multidisciplinar (música, performance, instalaciones, visuales, espacios…), y diseñador además de realizador audiovisual.
Y para terminar este relato de lo que me ha supuesto “el año de la pandemia”, quiero hacer referencia de nuevo a un autor, que, aunque tiene un concepto lejano a la improvisación libre, sí es digno de mencionar por lo bien que utiliza la música en sus obras, y cómo ésta dirige en gran medida su idea y concepto artístico.
Crea imágenes en las que la coreografía es un violento “ballet” perfectamente sincronizado y medido, y con una utilización de la música muy eficiente y llamativa. Ahí les dejo con su último trabajo Die Lethal, de Alberto González Carrascal:
