Night, un viaje al Heavy de los setenta

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Night es una de las bandas de Heavy Metal sueco más interesantes de la última década. Si hablamos de tendencias retro, esta agrupación le gana a todas.

Manejan un estilo austero, no sólo a nivel compositivo sino también en cuanto a producción, sin que eso signifique una merma en su calidad musical. Todo lo contrario.

Los miembros de Night son artífices de las piezas más vintage que podamos escuchar hoy en día. Su Heavy Metal es como el de Judas Priest en la época de Sad Wings of Destiny (1976) o Sin After Sin (1977). Es como escuchar Diamonds and rust.

Este estilo de Heavy Metal parecía tomar fuerza hace más de un lustro, con el advenimiento de otras bandas como The Dagger, pero al final Night fue la única banda que permaneció con un ritmo constante.

El mes pasado la agrupación lanzó su ya cuarto álbum de estudio titulado High Tides – Distant Skies (2020). El redondo era largamente esperado después del éxito que significó su predecesor: Raft of the World (2017).

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Night y su nuevo trabajo High Tides – Distant Skies

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Para esta nueva entrega, la agrupación ha realizado algunos cambios. En primer lugar, reclutaron a Linus Fritzson en la batería, el mismo percusionista de Ambush (de quien ya les hablamos en otra ocasión).

Es interesante escuchar una faceta distinta de este músico. Una donde la velocidad y la devastación son dejadas a un lado, en aras de algo más sencillo pero igual de efectivo. El intro de Shadow Gold es en verdad oro escuchable.

El otro cambio fue la inclusión del bajista «Filip» Ouirra como segundo vocalista al lado del ya conocido Oskar Andersson. Su participación es por demás atinada, y sorprende que se haya esperado hasta el cuarto álbum para cantar.

A diferencia de su anterior redondo, en esta ocasión las guitarras interactúan mucho más. Se escuchan unísonos desde la introducción o los interludios, lo que mantiene el sonido de Night en el presente.

Sin embargo, las estructuras y sus recursos son completamente rudimentarios, utilizando incluso acordes acústicos, como en la canción Crimson Past. Los efectos de las guitarras son mínimos.

Esto abrió un enorme espacio para que la voces pudieran presentar más recursos. Digamos que toda la producción que no le dieron al sonido de las guitarras se lo terminaron dando a las voces.

Abundan versos en coro y estribillos con varias voces, brindando una enorme profundidad armónica a las líneas. Este aspecto es explotado en varias canciones, como Here On My Own y Running Away.

En esta última pieza se escucha un contra hecho con puras voces, similar a lo que Enforcer hizo en Forever We Worship the Dark. Habría sido magnífico que hubieran usado más ese recurso.

Afortunadamente el bajo no quedó olvidado, como en tantas otras agrupaciones. La austeridad de elementos producidos permitió que el bajo pudiera sonar y ofrecer líneas interesantes.

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Habría sido el colmo que aun en un disco de esta tesitura se hubiera enterrado el sonido de las cuatro cuerdas.

High Tides – Distant Skies es un álbum muy bien cohesionado. Todas las canciones empujan para ser escuchadas, haciendo que sus apenas 37 minutos de duración se vayan rapidísimo.

La única deuda que se le puede señalar a este álbum es la ausencia de alguna balada acústica, algo que no se escucha en toda su plenitud desde su álbum Soldiers of Time (2015) con la pieza Stars in the Sky.

Night es una de esas bandas que han dejado de ser nuevas y novatas. Este disco viene a abrirnos los ojos y confirmar su maduración. Cuatro álbumes de gran calado, y una calidad en ascenso confirman el talento de una agrupación muy consistente.

Más información sobre Night en los siguientes enlaces:
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