Desde Madrid al Metal Nacional: La Visión Cruda y Directa de Sonitum Shelter
Todo artista tiene ese escenario o destino soñado que representa un objetivo a alcanzar, un lugar donde tocar sería como hacer realidad un sueño. ¿Hay algún destino o escenario en el que siempre hayáis soñado tocar?
Pues, como la mayoría de los grupos de metal, el objetivo siempre es hacer gira de festivales. Hace unos años, hubiese sido Festimad, Sonisphere… Ahora mismo, por afinidad de estilos y por lo bien que nos lo hemos pasado siempre allí, lo más grande sería tocar en el Resurrection Fest.
De hecho, este año hemos salido entre los 20 finalistas del Band Contest pero por desgracia no salimos elegidos para tocar en Viveiro. A nivel europeo, Hellfest, Wacken, Vagos… Pero también en cualquier otro festival nacional, ¡ojo que en casa tenemos algunos buenísimos!: Rock Imperium, el Leyendas, Z-Live, ViñaRock, Sun&Thunder… En general, cualquier sitio en el que te subas al escenario y la gente responda a lo bestia, está bien.
Es inevitable que el lugar donde crecemos deje una huella en quienes somos y, por supuesto, en nuestra música. Cada ciudad o región tiene una historia, un sonido, una energía que influye en los artistas que la habitan. ¿Cómo creéis que vuestra ciudad/región ha influido en vuestra música?
Sonitum Shelter nació en Coslada, una ciudad pequeña, muy cerquita de Madrid, que naturalmente lo influye todo, pero tenía su microcosmos para muchas cosas. Entre esas cosas estaban los garitos, los conciertos, las bandas… Podías salir de juerga un viernes, sin tener un plan y acabar en un concierto de tres bandas al lado de tu casa.
El ambiente musical de principios de los 2000 era alucinante. Había muchísimas bandas, de estilos muy variados, pero con una extraña tendencia hacia el metal. Había bandas de Heavy clásico, de Thrash, de Punk, de Rock y muchas de Nu Metal, experimentando con sonidos, mezclando estilos. Todos nos conocíamos, tocábamos juntos, hacíamos bandas con el batería de una, el bajista de otra… Al final, todo eso va calando en la forma de tocar y de componer.
La música, como la comida, puede ser una mezcla de sabores y texturas que nos sorprende y nos deja con ganas de más. Comparar tu estilo con un plato puede revelar mucho sobre cómo os defines. Si pudierais describir vuestro estilo musical con una comida, ¿cuál sería y por qué?
Esta es fácil, porque si hay algo que nos gusta, a parte de la música, ¡es comer! Sería una mezcla de platos. Puede que un cocido, mezclado con hamburguesas a las 3 de la mañana, los restos fríos de una parrillada, gazpacho y cerveza. Con la incorporación de Tatyana ¡habría que añadir una bandeja paisa! Algo, a priori bastante repugnante, pero que luego, extrañamente, ¡funciona!
Las influencias de la infancia siempre permanecen, incluso aunque cambien con el tiempo. Esas primeras canciones y artistas que escuchamos suelen ser las que siembran la semilla de nuestra pasión por la música. ¿Qué música escuchabais de pequeños y cómo ha influido en vuestro estilo actual?
Aquí la diferencia de edad entre nosotros es un poco más palpable. Lo que para Iván era su música de la infancia, era la música de la adolescencia de Pablo y de un Pao ya barbudo. Pero sí compartimos bandas con las que hemos crecido. La típica sería Metallica, pero también Nirvana, Pantera, Sepultura, pasando por Héroes del Silencio o Extremoduro. Más tarde, Slipknot, Korn, Machine Head, Sôber… Un poco de todo.
Las giras no solo son conciertos, también son viajes llenos de anécdotas, sorpresas y momentos que no estaban en el guión. La carretera a menudo se convierte en una fuente de historias inolvidables. ¿Qué es lo más sorprendente o inesperado que os ha pasado en la carretera?
Salir a tocar siempre es una experiencia estupenda. Pasas de los nervios más jodidos al desahogo más absoluto, es un chute de adrenalina increíble. En carretera pocas anécdotas, la verdad. Siempre antes o después. Las cenas, las risas, algún catering compuesto por Cheetos y cuatro botellas de agua, un escenario móvil que se te viene encima y está a punto de matar a la banda al completo… Lo normal, jajaja!!
Gracias por vuestro tiempo y por compartir estas historias y reflexiones con nosotros. Antes de cerrar esta entrevista, ¿os gustaría dejar unas últimas palabras para vuestros seguidores o para los lectores de LaCarne Magazine?
¡¡Disfrutad del verano!! Nosotros nos quedamos trabajando en un montón de cosas nuevas que compartiremos con todos vosotros a la vuelta. ¡Un abrazo!
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