The End of the Beautiful Things de David Ramos

the end of the beautiful things

A mediados del verano de 2019, un artista visual afincado en la vecina isla de Lanzarote contactó conmigo para proponerme un proyecto que consistiría en una parte visual muy potente, incluso dura y agresiva, a la vez que muy oscura en su alma primigenia. Todo ello debería ir acompañado de música electrónica en directo, en una línea oscura, muy “dark”, algo incluso rayando lo tenebroso.

Me gustó la idea, pues me hacía reinventarme y estrujar mi cabeza para encontrar ese toque oscuro que pedían las imágenes de la performance en cuestión. Comencé a componer, y lo primero que salió fue la semilla de lo que luego sería el tema leitmotiv de mi álbum The End of the Beautiful Things. Pasé este tema junto con otros bocetos musicales a mi compañero de batalla, y le entusiasmaron, todo iba sobre ruedas.

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The End of the Beautiful Things (David Ramos “Darwin” 2020)

the end of the beautiful things

Seguí componiendo, pero cuando se acercaba el estreno de la presentación, problemas burocráticos, y sobre todo económicos, impidieron que se pudiera realizar, y todo quedó en nada. Me decepcionó bastante, pues había puesto mucha ilusión en el asunto.

En septiembre del mismo año viajé a Alemania, y visité las ciudades de Dusseldorf y Colonia. La historia de esta última me caló muy hondo, tuve la oportunidad de ver cómo había quedado la ciudad después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y, al pasear por esas calles que años atrás habían sido arrasadas, me marcó profundamente. Además, el rio Rin (Rhein) parecía como que me susurraba cada vez que pasaba por sus interminables paseos… Allí nació algo.

Cuando volví a Tenerife, compuse de un tirón todas las pistas que iban a conformar mi nuevo álbum, The End of the Beautiful Things, un álbum que aglutinaría puras sensaciones, vivencias, y sentimientos. Me di cuenta que en mi vida, en ese año 2019, algo me estaba transformando.

Hay quien me ha comentado (seguramente por el título del disco) que le parece un trabajo pesimista, y siempre les contesto igual: es un disco biográfico, de una serie de experiencias que me han hecho ser otro, me han transformado. Se acabó pensar que todo en la vida es bonito, es una expresión de crecimiento personal, “el final de las cosas bonitas”, como expreso en el interior de la carpeta del álbum.

Es el nuevo comienzo, es un “partir de cero”, pero con una gran experiencia a las espaldas. Me atrevo a decir que The End of the Beautiful Things es un disco con el que me siento totalmente dibujado, me veo y reconozco en cada pieza.

Kholn es la imagen que empieza a transformar su silencio a gritos, su melodía reptante se apodera de lo más profundo del alma.

Sirio muestra, desde un punto de vista musical, mi yo del pasado que dice adiós para dar paso, tras una mutación ruidística, a lo nuevo, a Darwin.

Rhein es un homenaje a ese majestuoso personaje que representa esa gran masa de agua que tantas cosas ha visto y vivido.

Lalande 21185 nos cuenta que con poco puedes llegar a conquistar una estrella lejana, que si quieres puedes, y que, aunque nunca llegues a tu destino, lo verdaderamente importante es el camino, sin duda alguna. De hecho, este tema fue compuesto y grabado con un pequeño Casio SA 2 modificado, un instrumento que no llega a los 15 euros de precio.

Ataraxia es el remanso de paz al que finalmente llegas cuando de verdad estás haciendo aquello que te gusta, aquello que te hace feliz por el simple hecho de hacerlo, sin metas, sin esperar nada a cambio, la recompensa en el hecho intrínseco de la acción. Fue realizado con un loop de cinta de cassette de 60 cm, más un efecto de delay. Algo simple, menos es más. Otra de las grandes lecciones que me ha costado aprender en esta vida.

Finalmente tenemos el tema que cierra el álbum y da el título al mismo. Ese tema que fue la semilla de todo, ése que iba a ser la “demo” para la performance audio visual que nunca llegó a realizarse.

Curiosamente, y es todo casualidad, The End of the Beautiful Things se editó en febrero de 2020, un mes escaso antes de que en Europa y en España se acabaran “las cosas bonitas”.

Instrumentalmente, The End of the Beautiful Things está hecho con un 80% de instrumentos creados por mí. Desde simples osciladores, como el TW3 y TW5, a teclados electrónicos y juguetes sonoros modificados mediante circuit bending. Usé también técnicas de loop de cassette analógico, y samplers como el Micro Granny de Bastl Instruments para crear ciertas atmósferas.

En la parte rítmica, usé el Poquet Operator PO12 sincronizado con mi Korg Monotribe, y para las melodías de Sirio, un Yamaha PSS 590 pasado por el pedal Grazer de Dwarfcraft Devices. Toda la evolución del loop de piano de Ataraxia está intervenido por un pedal de delay modificado, el Darwinator.

Toda la grabación de The End of the Beautiful Things fue una verdadera aventura. Me lo pasé genial, y parecía como si las piezas del puzzle ya estuvieran ahí, y yo solo tenía que encontrarlas y encajarlas.

David Ramos “Darwin”

Más información sobre David Ramos “Darwin” en los siguientes enlaces:
Discogs.com
Bandcamp

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